(Santiago de Cuba, 1 de junio de 1915 – La Habana, 2 de febrero de 2001)
Maestro de la entomología cubana
Estudios realizados
De origen vasco (Alayo) -catalán (Dalmau) estudio en el Colegio de Dolores de dicha ciudad. Matriculó en la Universidad de Oriente en la Facultad de Ciencias y se graduó de Doctor en Ciencias Naturales en 1957.
Trayectoria profesional
Fue director de la Sección de Zoología, del Museo Charles T. Ramsden desde su fundación en 1951.
Publicó sobre todos los órdenes de insectos cubanos (excepto los coleópteros). También incursionó en reptiles, peces, arañas, moluscos y otros organismos acuáticos. Sus grupos favoritos fueron los himenópteros (avispas hormigas y abejas) y la fauna de las aguas dulces.
En la década de 1960 se trasladó a La Habana donde trabajó en el Museo de Ciencias Naturales Felipe Poey. Entre sus numerosos estudios y monografías pueden citarse como importantes los referentes a las especies cubanas de Hemípteros, Anfibios, Arácnidos, y Reptiles muchas de ellas dadas a conocer en las Memorias de la Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey.
Transmitió su conocimiento y energía de forma suficiente, para incentivar la formación de otros taxónomos. Envió muchos ejemplares a los principales especialistas del mundo, que le devolvían el material identificado, incorporándolo en su colección (actualmente en el Instituto de Ecología y Sistemática).
Durante 1947-1956 realizó trabajo de campo con Fernando de Zayas (su amigo inseparable de temas entomológicos), Salvador de la Torre, Oscar Alcalde, José A. Freire, Miguel Jaume y otros. Posteriormente lo hizo con su hijo Rafael Alayo, Luis F. de Armas y Giraldo Alayón, entre otros.
Fue catalogado por sus colegas y discípulos como un curador de excelencia sobre todo en lo referido al rigor del montaje, así como por la preservación de ejemplares, a lo cual se sumaba la precisión en la información asociada.
Acerca de su sapiencia vale resaltar, igualmente, que abarcó asimismo la Limnología y su Guía elemental de las aguas dulces de Cuba continúa siendo, en la actualidad, una referencia obligada para quienes se dedican o interesan en estos temas.
No menos importante resultó su quehacer, como educador pues a pesar de no haber enseñado de manera regular en las universidades desde su laboratorio y colecciones contó con muchos alumnos muy destacados.
Enseñaba a trabajar con las colecciones los métodos de montaje de ejemplares el uso de claves dicotómicas para la identificación de especies además de transmitir su amplia experiencia en el trabajo de campo. De igual manera en su haber se cuentan numerosas artículos y obras tanto en publicaciones especializadas como de divulgación popular, entre estas Las mariposas en Cuba.
En el 2009 fue aprobado como Personalidad de las Ciencias en la categoría de RELEVANTE.