Como los hijos que buscan en el amparo de la sabiduría paterna, los consejos que guíen nuestros pasos por el camino correcto, así regresamos los cubanos, una y otra vez, al verbo encendido y oportuno de José Martí, Héroe Nacional, quien, desde su omnipresencia decimonónica, alerta sobre los problemas más acuciantes de este siglo XXI y señala los derroteros hacia el mejoramiento humano.
Quizás por esa erudita vigencia del pensamiento martiano, sobre el que se ha sostenido el quehacer de la Cuba posrevolucionaria, el acercamiento activo al verbo y la acción del prócer da inicio cada año a las jornadas del Forum de Ciencia y Técnica en el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado.
En esta ocasión, desde la exposición emocionada de la Dra.C Margarita Moncada Santos, nos acercamos a la preocupación martiana por la naturaleza, su protección y la interacción del hombre con su entorno, a través de la conferencia “Naturaleza y medioambiente en el pensamiento de Martí y Fidel”. Y una vez más la coincidencia de ambos revolucionarios no es casual, sino hija de una continuidad de ideas y acciones que coinciden más allá del acto político, en una activa preocupación por la protección del entorno y la alerta oportuna ante la amenaza del hombre al medioambiente y a su propia especie[1].
Alertaba Martí desde su atemporalidad: “Los grandes problemas humanos son: la conservación de la existencia, y el logro de los medios para hacerla grata y pacífica”
Por esa ruta, el desarrollo de medios para hacer más grata y pacífica la existencia humana, respetuosos de la naturaleza que nos da abrigo, ha de andar la ciencia y la técnica.
Quedó así todo listo para la presentación, hoy día 6, de los trabajos primeros trabajos en el Evento Técnico, y mañana día 7, la presentación de las Nuevas Ideas y los trabajos de Generalización.
Encuentro con fundadores del CNEA
Todo momento es propicio para compartir con amigos, para recurrir a los recuerdos y confesar nostalgias. Luego, esta primera jornada del Forum de Ciencia y Técnica, enmarcada en las celebraciones por el aniversario XX de la fundación del CNEA, sirvió de pretexto para el reencuentro entre los fundadores que aún laboran en la institución, con aquellos que la vida los ha llevado por otros rumbos, pero que permanecen atados por eso hilos no siempre invisibles de la amistad y el pasado común.
Entre risas, bromas, sorpresas y alguna que otra confesión, se recordaron aquellos primeros momentos en los compartían ideas, novatadas y afanoso trabajo, en los estrechos espacios de las queridas (y lamentablemente destruidas) “casitas del IPSJAM”, o por los recorridos por centrales azucareros a lo largo del país.
Así, algunos agradecieron al CNEA su formación como trabajadores y el aprender que todo resultado es fruto de un gran esfuerzo. Otros, sonreían pícaros al recordar alguna que otra actividad festiva, aunque no faltaron los recuerdos de otros Forum o de los primeros eventos desarrollados en la institución; incluso, no faltó quien identificara las primeras imágenes de su vida como trabajador, con las agotadoras jornadas de trabajo voluntario en las que se plantaron extensos platanales o la propia construcción de la actual sede del CNEA. De ahí también que, para muchos, la inauguración del edificio que hoy nos identifica, el 16 de marzo de 1996, sea recogido como el momento más feliz de estos últimos veinte años.
No faltó entonces la foto del recuento, donde también estuvieron, desde sus justificadas ausencias, otros tantos más que forman parte de esta diversa y hermosa familia que somos. Que es: el CNEA.
[1] «Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo.» Fidel Castro Ruz, Cumbre de la Tierra, 1992.