Palabras enviadas por la Dra.C. Diana Cazaux a los participantes en el IV Foro de Comunicación de las Ciencias
En primer lugar felicito a los organizadores por llevar a cabo este IV Foro de Comunicación de las Ciencias, lo que marca particular empeño por lograr continuidad a través de los años de una actividad de capacitación en una especialidad que, particularmente en nuestra región, no figura entre las “estrellas” de la comunicación masiva.
Entiendo, que al elegir “comunicar las ciencias” como lo han hecho quienes participan de este Foro, ya sea como comunicadores desde los centros de ciencia, divulgadores científicos o periodistas, tienen presente la íntima vinculación que existe con el componente ético por la que deben estar atravesadas.
Debemos tener en cuenta que al tener el periodismo como fin último la verdad, y estar el conocimiento científico en las mismas condiciones, los condicionamientos éticos son absolutamente imprescindibles en esta modalidad.
Porque ¿qué es lo que ocurre con un comunicador de la ciencia no es ético? Su noticia es leída por varios millares de personas o millones de lectores y puede causarle daños a todos o a la mayoría de ellos, sobre todo si la información se ha expandido por todo el mundo. Podría alegarse que esta noticia puede ser rectificada por otra posterior y correcta. Pero el daño ya se habría inferido, pues no siempre los mismos lectores tendrían oportunidad de leerla. Pero esto es todavía más grave cuando se halla en juego la salud de la población, sobre todo si se trata de divulgar nuevas terapéuticas, no del todo bien experimentadas. Se pueden crearfalsas esperanzas.
Esta vinculación de la difusión de la ciencia y los principios éticos se consideró en la 5º Conferencia Mundial de Periodistas Científicos llevada a cabo en Melbourne Australia entre el 17 y 20 abril del 2007, en la que el profesor de genética médica y divulgador científico Bob Williamson, de la Universidad de Melbourne, propuso la adopción de un código de ética especial que defina el concepto y los alcances del reporterismo científico y ayude tanto a los científicos como a los periodistas a dilucidar, entre otras cuestiones, si se está haciendo una promoción exagerada de resultados de investigación.
“Este código sería importante para los periodistas científicos de los países en vías de desarrollo, a los que se le pide muchas veces que hagan alarde de ciertas investigaciones”, puntualiza Williamson.
Cabe recordar que esta preocupación ya se había manifestado en el1er. Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico, llevado a cabo entre el 10 y el 16 de febrero de 1974, en Caracas, Venezuela por medio de la ponencia del argentino, a la sazón vicepresidente de la Asociación Argentina de Periodismo Científico, Dr. Miguel M. Muhlman “La ética del periodismo y la enfermedad del siglo” donde formulaba un conjunto de recomendaciones a tener en cuenta al momento de encarar la difusión de un tema científico.
Estas Recomendaciones fueron recogidas en las conclusiones de este 1er. Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico cuando se aprobó la siguiente Declaración de principios éticos del periodismo científico:
- El periodista científico defenderá el derecho de todo ser humano a participar en el desarrollo del conocimiento.
- Promoverá la confianza de la comunidad hacia la ciencia; promoverá la difusión de los hallazgos que beneficien al hombre y tratará por todos los medios de valorizar con la máxima claridad los aspectos positivos del avance científico y tecnológico, y denunciar los negativos, en relación con el individuo y con la sociedad.
- Denunciará la peligrosidad de las falsas ciencias, que son obstáculo para el desarrollo espiritual y material del ser humano y tratará de desenmascarar a sus cultivadores.
- En materia de información médica, tratará de no suscitar vanas esperanzas en quienes padecen enfermedades graves, dando nombres de productos, drogas, medicamentos, con que pueda beneficiarse un laboratorio comercial, defendiendo –irresponsable e indiscriminadamente- descubrimientos no comprobados totalmente o de sustancias o fármacos cuya eficacia no ha sido confirmada.
- La noticia científica podrá completarse, cuando sea posible con una explicación sobre la personalidad del autor del descubrimiento o sobre la calidad del Centro de Investigación donde se haya originado la noticia. De ese modo puede el público valorar, en sus justos términos, la mayor o menor trascendencia de la información.
- Deberá cuidar que la atribución de las ideas o las innovaciones, solamente corresponden a quienes en realidad les pertenecen.
- El periodista científico deberá promover y fomentar el desarrollo de la investigación, tanto básica como aplicada, que atienda al bienestar de la comunidad local o nacional, como internacional; y trabajará por la creación de una conciencia pública sobre el valor de la investigación científica al servicio del desarrollo de los pueblos.
En este 1er. Congreso Iberoamericano de Periodismo Científico la preocupación manifestada por el Dr. Muhlman en su ponencia fue la cobertura periodística de lo que llamó “El Mal del Siglo”, recordemos que hace cerca de 40 años – cuando se llevó a cabo este Congreso-, el “Mal del Siglo” era el cáncer. Por esos años los editores inescrupulosos cuando deseaban elevar las ventas de sus publicaciones recurrían a titulares del tono: “El cáncer se cura” y otras afirmaciones semejantes. Ver publicadas estas aberraciones es lo que lo llevó a escribir ese Código de Ética destinado a los comunicadores de la ciencia.
Estimados colegas con estas palabras deseo colaborar para que las reflexiones a que se aboquen en el desarrollo de este Foro estén también imbuidas por este pensamiento ético que contribuirá a que los comunicadores “seamos buenas personas”, tal como lo solicitaba Ryszard Kapuscinski en su ensayo “Los cínicos no sirven para este oficio”.
Dra. Diana Cazaux
Presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico
Presidente de la Asociación Argentina de Periodismo Científico