Reconocidos resultados e investigadores del CNEA con el Premio Anual Provincial de Salud Pública

El pasado 1º de junio, en medio de la alegría por la entrega de la bandera Colectivo Vanguardia Nacional, conocimos de la entrega del Premio Anual Provincial de Salud Pública2011 aresultados e investigadores de nuestra institución.

En el apartado de Innovación Tecnológica fue reconocido el trabajo Introducción del Estimulador Magnético NaK-02 en el al Sistema Nacional de Salud, liderado porla MSc Miriam Marañón Cardonne, en colaboración con médicos y especialistas de varias instituciones de salud del territorio.

Por su parte, en la modalidad Trabajode Actualización, se alzó con el premio el estudio Cianobacterias: un riesgo emergente en embalses de agua de Santiago de Cuba, de la doctora Liliana María Gómez Luna.

Para ambas investigadoras nuestra más sincera felicitación

Atractivas conferencias, provechosos debates y buenas nuevas.

Si alguna duda quedara a los organizadores del Taller “Comunicación y Divulgación científica: una mirada desde los centros de investigación”, sobre la pertinencia del mismo en el contexto actual de la ciencia santiaguera, quedó totalmente despejada durante los debates sostenidos los días 17 y 18 de mayo en el Salón de Protocolos del CNEA.

El Ing José Joaquín Tristá, Director General del CNEA, da la bienvenida a los participantess

Investigadores de instituciones de ciencia del territorio, profesores de la Universidad de Oriente, gestores de información, bibliotecarias, estudiantes de pregrado de la universidad santiaguera, del Instituto y del Instituto Superior de Ciencias Médicas, periodistas, comunicadores sociales, informáticos y otros, se dieron cita en el CNEA para intercambiar ideas, proyectos, experiencias sobre la comunicación y divulgación científica desde nuestro entorno; en una muestra objetiva de lo planteado por la doctora Luisa Massarani cuando comentaba que el perfil de la persona que vaya a divulgar la ciencia es amplio, y afirmaba: “Lo que sí importa es que tenga interés en reducir la brecha entre la ciencia y la sociedad.” Y debemos reconocer que ese interés se evidenció en los asistentes a este primer taller.

La conferencia impartida por la Dra liliana Gómez tuvo una gran acogida

El programa del Taller se dividió en dos jornadas. La primera de ella estuvo dedicada a la presentación de Conferencias que sentaron las bases teóricas para el debate. De esta forma, el auditorio reunido en el acogedor ambiente del Salón de Protocolos del CNEA, pudo disfrutar de la exposición del Dr.C. Giovanni Villalón, especialista de Comunicación Social de la Delegación Provincial del CITMA en Santiago de Cuba, quien abordó el tema “Sustentos teóricos metodológicos de la comunicación y divulgación científica. Experiencias en Santiago de Cuba”, durante el cual expuso a los oyentes importantes aspectos conceptuales e hizo hincapié en la necesidad “profesionalizar la divulgación científica”. Otra de las conferencias que más amplia aceptación encontró en los asistentes fue la impartida por la Dra.C. Liliana Gómez Luna, investigadora prolífica, y Asesora de Ciencia y Técnica de la Vicerrectoría de Investigaciones de nuestra sexagenaria universidad, quien tituló a su exposición “Comunicación y divulgación científica: una responsabilidad individual e institucional” y evidenció, desde el contexto de nuestras universidades, lo expuesto por la Dra.C Diana Cazaux en su artículo “¿Quién debe comunicar la ciencia?”, cuando expuso que la escasa participación de los científicos en actividades de comunicación pública de la ciencia se debe a causas multifactoriales entre las que sobresale “la multitud de labores y gestiones que acompañan habitualmente a su [de los científicos] trabajo de investigación, o la escasa importancia que se da a estas tareas a la hora de evaluar la actividad de los científicos (…)” . Según la opinión de la Dra Liliana Gómez, ampliamente compartida por los presentes, los indicadores de evaluación del desempeño científico de los profesores (que además actúan en la mayoría de los casos como investigadores) “crea un modelo de profesional que no sabe divulgar”, al exigir al profesional la especialización en producción de artículos científicos especializados que sólo puede ser consumido por un público también especialista en la temática tratada. La Dra Gómez Luna sentenciaba: “No es ético atender a un solo tipo de público, desconociendo al gran público”.

En este sentido, sin embargo, nos aportó una buena nueva al informar que apenas dos semanas atrás, el Ministerio de Educación Superior de Cuba (MES) había incluido entre los indicadores de evaluación del desempeño científico del profesor/investigador universitario, el de “Cultura y percepción social de la ciencia”, noticia esta que de inmediato tuvo excelente acogida por parte de los presentes.

La última conferencia de la jornada estuvo a cargo de la Dra.C Maribel Brull González, presidenta de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales en Santiago de Cuba, quien nos introdujo, de una forma muy amena, los conceptos referidos a la contaminación comunicacional. Además, en conjunto con Lic. Luisa Cepeda, mostraron parte de sus trabajos investigativos en el campo de la Comunicación de la Ciencias en nuestro territorio.

Por otra parte, la segunda jornada de trabajo, celebrada el miércoles 18 de mayo, estuvo dedicada a la presentación de experiencias de comunicación y divulgación científica realizadas desde los diferentes centros de investigación. Previo a la presentación de estos trabajos, disfrutamos de la exposición del Dr.C. Fidel Gilart González quien abordó una vez más la temática “Ciencia y seudociencia: una mirada desde el electromagnetismo”, fragmento de la presentada, con gran acogida, durante las jornadas de la pasada IV Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado.

Las experiencias mostradas hicieron uso de varias herramientas comunicativas: desde el documental científico, con la muestra de la bella obra “Ecosistemas del Caribe”, realizada por estudiantes canadienses de la Universidad de Alberta, Canadá, bajo la dirección general de la Dra.C. Liliana Gómez Luna, pasando por el uso de los blogs institucionales (CNEA), las multimedias (Centro de Estudios de Biotecnología Industrial, CEBI) y el espacio histórico-cultural “Desempolvando”, desarrollado por el Archivo Histórico de la ciudad de Santiago de Cuba, que pretende “desempolvar” no solo la historia de la ciudad, sino temáticas y tradiciones que en su conjunto contribuyen a la conformación de la idiosincrasia de los cubanos y los santiagueros en especial.

Al final de la jornada de este 18 de mayo, se presentó a los asistentes, la Convocatoria al segundo Taller, a celebrarse en semejante fecha del año 2012, en conmemoración a la fundación de la primera Academia de Ciencias de Cuba (el 19 de mayo de 1861).

Debates

La Dra Maribel Brull confirmó el coauspicio de la segunda edición del Taller por parte de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales

Cada jornada dispuso de un espacio para el debate de los temas tratados durante las exposiciones de conferencias y experiencias, aunque el mismo fue aprovechado igualmente para comentar y analizar otras experiencias desarrolladas en diferentes instituciones de ciencia del territorio.

En cada momento se resaltó la pertinencia de un evento de este tipo y, en tal sentido, fue muy importante la intervención de la Dra.C. Maribel Brull quien brindó el coauspicio de la segunda edición por parte de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, y del Programa Ramal de Comunicación Científica.

Además, comentó de la necesidad de que, como parte del evento, pudiera contarse con una publicación donde se recojan las experiencias presentadas en el mismo.

Otro tema muy debatido fue el relacionado con el uso de los blog institucionales, y se manifestó, como uno de los retos y estrategias posibles a seguir, la creación de una “blogosfera de la ciencia santiaguera”, desde donde se pueda mostrar al mundo, los resultados científicos de la ciencia que se hace en esta región del país.

Retos para el futuro

La necesidad de un espacio donde se debata sobre la comunicación y divulgación de los resultados científicos, haciendo énfasis en el papel de los centros de investigación como gestores de los mismos; quedó confirmada con la celebración de este primer Taller. Sin embargo, como todo lo que inicia, muchos detalles quedarán por ajustar en el año que media entre esta edición que recién vio luz y la segunda que desde ya se hace imprescindible.

Convocar de forma especial a aquellos representantes de los centros de investigación que no estuvieron representados en esta experiencia inicial, ampliar el número de temáticas tratar, e involucrar a un mayor número factores clave dentro de la comunicación de la ciencia (dígase periodistas, comunicadores y científicos; sin demeritar a otros), se nos presentan como algunos de los principales retos a alcanzar para el año 2012.

El primer paso está dado. De ahora en adelante, tal y como lo exige la comunicación de los resultados de la ciencia, lo importante es la constancia.

1. Avanza la divulgación de la ciencia en América Latina, pero debe ser más crítica y regionalizada. Tomado de: http://www.oei.es/divulgacioncientifica/reportajes162.htm

2. Cazaux, Diana (2009, julio-septiembre) ¿Quién debe comunicar la ciencia? Razón y Palabra, 69. Consultado el 5 de marzo de 2011, en http://www.razonypalabra.org.mx/periodismocientifico/jul31.htm

Se desarrolla con éxito en el CNEA primer Taller provincial de Comunicación y Divulgación científica

Durante la tarde de hoy se desarrolló la primera jornada del Taller provincial «Comunicación y Divulgación científica: una mirada desde los centros de investigación» que, convocado por la Dirección Organizacional del CNEA y con el apoyo de la Delegación Provincial del CITMA en Santiago de Cuba, concluirá mañana.
Hoy se contó con tres excelentes conferencias impartidas por el DrC Giovanni Villalón, la DrC Liliana Gómez Luna y la DrC Maribel Brull González, esta última, presidenta de la Asociación de Comunicadores Sociales en Santiago de Cuba.
La jornada culminó con un provechoso debate en el cual, desde ya, se plantearon objetivos y estrategias concretas en aras de profundizar en la temática de la comunicación y divulgación científica.
En los próximos días, desde las páginas de este blog, estaremos brindando más detalles de los debates que tiene por sede el Salón de Protocolos del CNEA

Convocados los Centros de Investigación santiagueros a debatir sobre la comunicación y la divulgación científica.

Los próximos días 17 y 18 de mayo, en las instalaciones del CNEA, se llevará a cabo el primer taller provincial “Comunicación y divulgación científica: una mirada desde los centros de investigación”, convocado porla Dirección Organizacionaldel CNEA, con el apoyo dela Delegación Provincialdel Ministerio de Ciencia y Tecnología de Cuba (CITMA).

Dirigido en esta primera oportunidad a crear un espacio para el debate e intercambio de ideas, experiencias y proyectos relacionados con la comunicación y la divulgación científica realizada desde los propios centros de investigación de la provincia; la convocatoria al taller ha tenido una buena acogida y promete contar con la asistencia de personas de formaciones profesionales muy diversas pero que apuestan por la necesidad de comunicar y divulgar los resultados de la ciencia santiaguera desde su propia fuente gestora.

De esta forma, directivos de centros de investigación, científicos, periodistas, estudiantes del pregrado de la Universidad de Oriente y del Instituto Superior de Ciencias Médicas (ISCM) de Santiago de Cuba, docentes de la sexagenaria universidad santiaguera y otros profesionales afines a la temática, debatirán sobre el papel de las entidades de Ciencia e Innovación Tecnológica en la comunicación de la ciencia y la formación de una cultura científica en la sociedad a la cual van dirigidos sus resultados científicos.

Las jornadas del Taller se prestigiarán con las conferencias que impartirán destacados especialistas e investigadores de la provincia, entre los que destacamos al DrC Giovanni Villalón, Especialista de Comunicación Social del CITMA yla Dra MaribelBrul, Presidenta de la filial provincial dela Asociación Cubanade Comunicadores Sociales. Mientras que la perspectiva de los Centros de Investigación la brindarán las conferencias impartidas porla Dra LilianaGómezLuna y el DrC Fidel Gilart González, ambos investigadores del CNEA. Este último, a solicitud del comité organizador del Taller, nos ofrecerá un fragmento de su magistral intervención en la recientemente clausurada IV Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado, en la cual abordó el debate ciencia y seudociencia en el electromagnetismo.

El espacio será propicio igualmente, para mostrar algunas experiencias que en materia divulgativa se realizan en algunos centros de investigación del territorio.

Desde las páginas de Magnetismo Aplicado brindaremos, oportunamente, detalles del desarrollo de este primer taller.

22 de abril: Día de la Tierra

A propósito de la celebración, mañana día 22 de abril, del Día de la Tierra, les presentamos este artículo escrito por la DrC Liliana María Gómez Luna especialmente para el cuarto número del Boletín Interno del CNEA .

El 22 de Abril se celebra el día dela Tierra. Undía… sólo un día de celebración, algo simbólico, aunque en realidad debemos dedicarle un pensamiento y una acción diariamente a nuestro planeta.

¿Qué se celebra exactamente? Cada 22 de abril celebramos el surgimiento del  movimiento ambientalista moderno. Fue en 1970, cuando 20 millones de norteamericanos tomaron las calles, los parques y los auditorios para manifestarse por un ambiente saludable y sustentable, por eso se instauró la celebración, con el nombre de ¨El día de La Tierra¨. En aquel año, se logró el apoyo de políticos de distintas tendencias, ricos y pobres, citadinos y granjeros, magnates y líderes sindicales. Ese día condujo además a la creación de la Agencia de Protección al Medio Ambiente de Estados Unidos y a la aprobación de leyes relacionadas con el aire limpio, el agua limpia y la conservación de especies en peligro de extinción. A partir de entonces, cada año en esta fecha, el mundo entero reflexiona y se moviliza por una Tierra mejor, aunque la celebración tuvo sus altas y sus bajas.

Lejos de ser algo formal, o una oportunidad para demostrar cierto interés por temas ambientales, sin una conciencia real del escenario ambiental que vivimos hoy, debemos convertir este día en un espacio para la reflexión y la acción, sobre todo esta última. Hoy se hace necesario, más que nunca, promover conductas ambientales responsables, promover también el conocimiento sobre los ecosistemas y sus recursos, y resulta clave sensibilizar a tomadores de decisión. Debemos adoptar, todos, una actitud responsable, pero hay que acotar que la responsabilidad y la voluntad política pesan mucho en un “Día de la Tierra”.

Adoptar acciones y un modo de vivir ambientalmente responsable es por supuesto, un gran reto. Las responsabilidades van desde lo individual a lo colectivo, desde una calle a una nación, o hasta una región. La concientización debe llegar a cada uno de los habitantes de este planeta, con el cual algunos han logrado vivir en armonía, pero la mayoría, a pasos de gigantes, han aprendido a irrespetar.

No voy a hablar de lo mal hecho, sino de las acciones simples que podemos hace cada día. La lista de prácticas sensatas es extensa: evitar ruidos molestos, ahorrar agua, electricidad, generar menos basura, reciclar, realizar elecciones correctas sobre el combustible que se usa en los autos, pero mejor, utilizar alternativas viables para contribuir con la disminución de la contaminación ambiental, evitar trasladar especies de una región a otra; no contribuir con el tráfico de estas; clasificar la basura para su depósito en lugares específicos, según sus características y riesgos; no mantenerse inmutable ante un problema ambiental cuya solución esté a nuestro alcance; predicar con el ejemplo, para formar nuevas generaciones ambientalmente responsables. El gran problema es el modelo de desarrollo culturalmente impuesto…  ¿quién no quiere un auto propio, o traer una planta o una mascota exótica a un hijo? ¿quién está dispuesto a cambiar su auto privado por una alternativa pública o por una bicicleta? ¿quién si puede ,rehusaría a tener una piscina en casa? Podemos hacernos miles de estas preguntas; difícil es encontrar una respuesta que justifique cada uno de nuestros actos o maneras de pensar.

La Tierra, este planeta que habitamos surgió hace más de 4 500 millones de años; mide de polo a polo unos 12 713 kmde diámetro y un poco más por el Ecuador (12 756 Km). Su superficie terrestre nos sostiene (aproximadamente 510 millones de Km2); somos aproximadamente unos 6 000 millones de personas, y la mitad de nosotros tiene menos de 25 años. Por si fuera poco, la Tierra nos provee agua, cuyo volumen total se estima en unos 1 420 millones de Km3, incluyendo la contenida en ríos, lagos, hielos, océanos, la atmósfera y el subsuelo. Tiene grandes montañas, como el Monte Everest con8 848 m y enormes depresiones, comola del Mar Muerto, un mar interior cuya superficie está a399 m bajo el nivel del mar. Una fauna y una flora muy rica, aunque se pierden decenas de especies por día. De manera singular este planeta posee esos espacios perfectos para el asentamiento de grandes y vistosas ciudades: las costas, en las que vivimos, admirando sus valores estéticos o preocupados por su degradación, mientras la Tierra gira y gira, parsimoniosa, sobre sí misma en 23 horas, 56 minutos y 4 segundos, demarcándonos nuestros días y alrededor del sol, para lo que emplea 365 días, 6 horas, 9 minutos y 9 segundos, lo que para nosotros es un año.

El fundador del Día de la Tierra, Gaylord Nelson, dijo una frase que pasó a la historia, pero es bueno leerla una y otra vez y entenderla: «No olviden nunca, si quieren que la nación tome grandes decisiones sobre aspectos políticos, que el pueblo es la fuente del poder. Con él pueden hacer cualquier cosa, sin él, nada». Gaylord Nelson, entonces Senador por Wisconsin y por mucho tiempo conservacionista, fue una de las personas que entendió que los métodos desarrollados para la protesta contra la guerra bien podían ser eficaces en otras esferas.

«En aquel momento», escribió Nelson, «había gran descontento en las universidades a causa de la guerra en Vietnam. Se realizaron protestas denominadas clases anti guerra a lo largo de los centros educativos de toda la nación y en un vuelo desde Santa Bárbara a la Universidad de California en Berkeley, leí un artículo sobre tales clases; de pronto se me ocurrió la idea: ¿Porqué no dar una clase nacional sobre medio ambiente? he aquí el origen del Día de la Tierra». Regresó entonces a Washington en agosto del 1969 y empezó a promover el Día de la Tierra entre gobernadores, alcaldes de las principales ciudades, editores de periódicos universitarios y, lo que es más importante, enla Revista Académica, que circulaba en las escuelas primarias y secundarias de todo el país. En septiembre, Nelson anunció formalmente que haría una clase nacional sobre medio ambiente en la primavera de 1970. Posteriormente, narró lo que sucedió:

«Los servicios por cable difundieron el artículo por todo el país. La respuesta fue increíble. Actuó como los funcionarios que reprimen el crimen organizado. Telegramas, cartas y llamadas telefónicas llovieron de todo el país. Con la ayuda del personal del Senado, llevé a cabo actividades relativas al Día de la Tierra, fuera de mi oficina. Para diciembre, el movimiento se había expandido tan rápidamente que se hizo necesario abrir una oficina en Washington para servir de Centro Nacional de Distribución de Información y atender las preguntas y actividades concernientes al Día dela Tierra. Eneste punto, contraté a Denis Hayes y otras personas para coordinar el esfuerzo. El Día de la Tierra alcanzó lo que yo ansiaba. El objetivo consistió en demostrar una inquietud tan grande por el ambiente a nivel nacional, que sacudiera la arena política. Fue una jugada riesgosa, pero funcionó. Unos veinte millones de personas participaron en manifestaciones pacíficas en todo el país. Diez mil escolares y liceístas, dos mil colegios universitarios y mil comunidades tomaron parte. Realmente fue una asombrosa explosión popular. La gente se preocupaba y el Día de la Tierra se convirtió en la primera oportunidad que jamás habían tenido para unirse en una manifestación nacional que enviara un gran mensaje a los políticos: el mensaje de que despertaran e hicieran algo¨.

Han pasado muchos años y el escenario ambiental sigue el curso que predijola bióloga Rachel Carlsonen su ¨Primavera silenciosa¨. Hay quien tilda de apocalípticos los augurios porque confían en la resiliencia de la Tierra; pero un futuro sin trinos ni colores puede estar muy cerca si sólo consideramos la necedad humana. La concientización ambiental ha sido lenta y el apoyo total de las naciones es aún una utopía. La máxima martiana de que la mejor manera de decir es hacer, puede muy bien aplicarse a todo lo concerniente al medioambiente.

Una legislación federal revolucionaria sucedió al éxito del primer Día dela Tierra. En1970 se creó la Agencia de Protección Ambiental, seguida por la Ley del Aire Limpio, yla de Aguas Limpiasde 1972, así como la Ley de Especies en Peligro de Extinción de 1973; a partir de entonces han sido miles las iniciativas por hacer más habitable el planeta y respetar las leyes que rigen su equilibrio.

El Día de la Tierra desapareció por un buen tiempo. Aún cuando continuaron las celebraciones anuales, no lograron equiparar el tamaño y entusiasmo del primer año. Este se había convertido en una reliquia de las protestas de principios de los años 1970; vino entonces la labor de las ONGs (Organizaciones No Gubernamentales). Grupos como Greenpeace, formado en Canadá en 1971, adaptó los principios de la desobediencia civil no violenta para crear consciencia pública en torno a la menguante población de ballenas y los riesgos de la energía nuclear. Nature Conservancy, creada en 1951, retomó, a principios de los setenta la idea de la preservación de la diversidad natural y comenzó a comprar tierras sin desarrollar para la preservación dela naturaleza. Institucionesvenerables como Sierra Club yla Sociedad Nacional Audubonentablaron procesos enérgicos contra compañías de explotación forestal, a fin de desacelerar la destrucción de bosques. Las ONGs, financiadas mediante aportes públicos y conformadas por abogados y educadores, así como científicos y naturalistas, se volvieron vigilantes enérgicos del medio ambiente, al tiempo que educaban a personas de diferentes sectores sociales y enjuiciaban a compañías y gobiernos para obligarlos a cumplir con la legislación.

En muchos países se comenzó a reciclar, a clasificar la basura; llegó la idea de la gestión ambiental empresarial y del coste ambiental de los productos del mercado. Las corporaciones, bastante conscientes de los deseos del consumidor y del marco de referencia de las ganancias, comenzaron a promover los llamados productos ecológicos; algunas sufrieron transformaciones radicales, otras se quedaron en el slogan para mejorar las ventas. Lo más importante fue la adopción por muchas empresas de prácticas comerciales que aumentaban la eficiencia y disminuían la cantidad de desechos industriales.

En 1990, el Día de la Tierra fue retomado, iniciativa liderada por Denis Hayes, quien fuera el organizador principal del primer Día dela Tierra. Peroesta vez fue internacional, y abarcó empresas, minorías étnicas y funcionarios públicos. Más de 200 millones de personas en todo el mundo, diez veces más que en 1970, participaron en actividades que reconocían que el medio ambiente había pasado a ser, finalmente, tema de interés público y universal. El impulso global continuó en 1992 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (UNCED), celebrada en Río de Janeiro, Brasil, donde un número sin precedentes de gobiernos y ONGs elaboraron documentos, claves para el desarrollo sustentable de las economías.

En1995, a 25 años del primer Día de la Tierra se evaluó el progreso ambiental del último cuarto de siglo. En los países occidentales, las noticias parecían buenas: el aire y el agua estaban más limpios, los bosques se expandían y muchos indicadores ambientales también iban en ascenso. Sin lugar a dudas, la combinación en ocasiones volátil de legislación, juicios entablados por las ONGs, educación pública y prácticas comerciales más eficientes, había logrado un efecto notable y positivo en el estado del medio ambiente, pero no todas las noticias eran positivas. Al contrario de lo que se explicaba en The New Yorker,la revista Environment, dirigida por una ONG, ofreció una evaluación sombría: «El Día de la Tierra… ni ha generado una ciudadanía permanentemente activa, ni ha transformado el malestar general que socava la fe en la responsabilidad democrática. Aunque el movimiento ecologista ha hecho grandes avances desde 1970, institucionalmente, así como en la consciencia pública, la seguridad del medio ambiente y la disposición de necesidades fundamentales para todos, sigue siendo hoy más evasivo que hace 25 años».

Y es que las actividades no pueden quedarse en la organización de una Ecoferia de comida, música, exhibiciones y varios foros sobre temas ambientales, como se hace en Idaho; o en programas educativos para niños y adultos, y paseos por parajes naturales; o en la organización de un megafestival, como se hace en el Condado de Contra Costa, cerca de California, donde se ubican tres escenarios con música en vivo, áreas temáticas sobre pronóstico del tiempo, aves en peligro de extinción y automóviles eléctricos, así como cantidad de comida ambientalmente sana; donde asisten más de 20 000 personas. El día de la Tierra es cada día y lo más importante es la actitud de cada uno de nosotros. Olvidamos que la Tierra, como bien afirmó Gandhi, nos da todo lo que necesitamos, pero no todo lo que codiciamos.

El Día de la Tierra, que empezó en 1970 como un movimiento de protesta, ha evolucionado hacia una celebración global del medio ambiente y de nuestro compromiso con su protección. Su historia refleja el crecimiento de la consciencia ambiental en el transcurso del último cuarto de siglo, y el legado del Día de la Tierra es la evidencia inequívoca de que el medio ambiente es objeto de inquietud universal, pero estoy más a favor de que se declare un siglo y no un día dela Tierra. Nodoy explicaciones, porque sólo hay que mirar alrededor o escuchar las noticias diarias para entender mi humilde reclamo, aún cundo tengo la fortuna de vivir en esta isla.