Por. Mailen Portuondo Tauler. Estudiante de Periodismo de la Universidad de Oriente*
“Lo más bonito que podemos experimentar es el misterio, que es la fuente de todo arte verdadero y de toda ciencia (…)”.
Albert Einstein
Entrevista realizada al Ingeniero Eléctrico en Control Automático Arístides Berenguer Maurant.
Resulta imposible contar la historia del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA) sin mencionar a Arístides Berenguer, paradigma de la ciencia santiaguera, quien fuera Profesor Auxiliar, Profesor de Teoría de Circuitos Eléctricos y Jefe del Departamento de Electrotecnia de la Universidad de Oriente durante 25 años. Actualmente se encuentra vinculado a la Comisión Provincial del FORUM de Ciencia y Técnica y Preside la Comisión del Grupo IV de Energía.
– Ingeniero, ¿cuál fue el disparador de su interés por las ciencias y el mundo de las investigaciones?
– Fui un lector ávido, de la mano de Julio Verne y Salgari fui cimentando mi concepción del mundo. Disfrutaba del cine y las series de ciencia ficción como Flash Gordon. Comencé el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza en Santiago de Cuba, y ya leía a Aníbal Ponce, Descartes, Louis Stevenson, y se redondeo mi inquietud por la filosofía. Matriculé Ingeniería Eléctrica por decisión final pues me gustaba la Ingeniería Civil y Naval, y en ese momento se concretó en mí el interés por la ciencia aplicada. Se me abrió un gran campo y por decisión propia comencé a trabajar con personas que me introdujeron en ese camino de la ciencia aplicada a la obtención de resultados concretos.
– ¿Tuvo algún referente, es decir, alguna persona o personas cuyas investigaciones le han servido de estímulo?
– Sí, tuve referentes que fueron de gran estímulo como el compañero Francisco Marean Siria, Paquito como le decimos, un verdadero educador, quien me ayudó en el desarrollo de mis ideas científicas y de aplicaciones en el laboratorio. Tuve otros compañeros, pero como Paquito ninguno. Aunque no puedo dejar de nombrar en la parte académica y también práctica al Ingeniero Bernardo Álvarez Bravo, mi profesor de Electrónica, muy exigente y entrañable amigo el resto de la vida.
– ¿Cómo describiría su profesión?
– Sumamente interesante, útil, al extremo de imprescindible en todas las ramas del saber, tiene la ventaja que todos los fenómenos se explican rigurosamente, pues la matemática es su principal herramienta y no queda nada a la aproximación o al supuesto. Es altamente conceptual y eso a conducido a que muchos ingenieros eléctricos han desarrollado su trabajo en otras ramas tanto de la técnica como de las letras y las artes, teoría esta muy personal.
-¿Qué cualidades cree que debería tener un investigador?
– Ante todo, ser trabajador y un soñador insaciable. Saber que tiene una alta responsabilidad con su ciencia y el deber de trasmitirla con generosidad sin esperar recompensa. A veces el trabajo es duro pero cuando se obtiene el resultado, sea cual fuere, grande o pequeño, el placer que se siente es inigualable. Por eso me duele mucho ver que personas que nos rodean sólo ven en esto un medio económico o inclusive de lucro y se quedan en pequeñas, pequeñísimas cosas que no dan satisfacción al espíritu. Crear es hacer, y hacer algo útil.
– ¿Es gratificante dedicar parte de su vida a la investigación?
– Es muy gratificante dedicar parte de la vida a crear nuevos conocimientos, tecnologías, etc. Hacer ciencia no es una profesión fácil, las personas que nos dedicamos a la investigación tenemos una presión elevada en cuanto al tiempo que le dedicamos a esta tarea, a la necesidad de la superación y el estudio constante, pero se produce un gran goce cuando se concluye algo con resultados evidentes y uno ve que es realmente útil y eso es lo que compensa las horas y el esfuerzo dedicado.
– ¿Cómo llegó al CNEA?
– El CNEA no existía y hago un poco de historia. El Departamento de Industria del Comité Central encargó al Departamento de Electrotecnia Básica la construcción de una regleta magnética para ser utilizada en los tornos como elemento de medición para la producción de piezas mecánicas. Habíamos conseguido un enorme y potente imán que estaba produciendo en el taller de mediciones donde se encontraba efectos nocivos. En eso, el compañero Ingeniero César Portuondo de la Textilera Celia Sánchez Manduley nos hablo de que tenían serios problemas con las incrustaciones de los enfriadores de los compresores, ya conocíamos de las aplicaciones del tratamiento magnético del agua (TMA) para eliminar incrustaciones, y allá fuimos y colocamos el imán en un circuito de enfriamiento. Resultó muy pero que muy efectivo. El compañero Ingeniero Eugenio Mainegra Jefe del Departamento de Industria del Comité Central, viajó a Santiago de Cuba para verificar como estaban los trabajos de la regleta magnética y cuando se enteró de esto, nos invitó a generalizar esta tecnología en el país.
Realmente se movilizó una maquinaria enorme produciéndose miles de equipos, se participó en cientos de conferencias en instituciones, industrias, servicios etc. De ahí salió la aplicación en los centrales azucareros, participamos en varios Forum de Ciencia y Técnica, tuvimos varios encuentros con el Comandante de la Revolución Fidel Castro, y de todo esto se comenzó a engendrar el CNEA.
Aparecimos como una institución formada tan solo por 4 compañeros: el Dr.Francisco Monier, Dr. Alfredo Fong Reyes, Ingeniero José Castillo Bonne y el que les habla.
El apoyo en todo momento por el Comité Central y particularmente del Grupo de Apoyo del Comandante en Jefe, fue decisivo en la construcción de la actual Sede del CNEA.
– ¿Qué aplicación a nivel social tuvieron esos proyectos que desarrollaron?
– Los proyectos que se desarrollaron y se desarrollan en el CNEA, estuvieron siempre inclinados a mejorar la economía del país, sustituir importaciones y brindar servicios de calidad por la vía del aumento de la eficiencia de los sistemas energéticos, aumento de productividad en los sistemas agrícolas y mejoramiento de los servicios, específicamente el de salud tanto humana como animal, en este punto tenemos que aclarar que nos abrimos al país con el uso de esta tecnología. Se realizaron una considerable cantidad de proyectos de equipos que fueron ejecutados en varias fábricas de equipos mecánicos y eléctricos del país. Fue un enorme movimiento y una gran inversión dedicada en lo fundamental a los equipos magnetizadores para la industria y la agricultura. Se realizaron múltiples aplicaciones en el MINAZ, MINAGRI, MINSAP.
El impacto social y económico fue fabuloso, y de eso dan fe las palabras de nuestro Comandante en Jefe en el VIII Forum de Ciencia y Técnica cuando dijo que:”el esfuerzo y el trabajo de desarrollo de las aplicaciones de los magnetizadores había sido enorme”. Todo esto generó lo que tenemos hoy.
– Desde su experiencia, ¿qué estrategia llevaría a cabo para impulsar la investigación y la inventiva en el CNEA?
– Cualquier estrategia tiene que pasar por recuperar el nivel de inventiva e ingenio que caracterizó al CNEA en los momentos fundacionales. Hubo una gran generación de nuevas ideas, llegando al clímax de otorgársenos la responsabilidad de ser un centro autofinanciado, logro que se consiguió no sin una dosis importante de creatividad, disciplina y visión del futuro. Se logró un gran sentido de pertenencia, cosa que aunque no me gusta la palabrita, tenemos que recuperar. El CNEA sigue siendo un gran centro, manteniendo algunos aspectos intactos pero tenemos que entrar al análisis profundo y sin prejuicios de la situación actual.
– Partiendo de la convicción de que la situación económica es la principal tarea del Partido y del Gobierno y la asignatura básica de los cuadros a todos los niveles. ¿A qué los retaría en sus 20 cumpleaños para aumentar su liderazgo en investigación científica y tecnológica?
Tengo la absoluta convicción de que el CNEA, no puede bajo ningún concepto abandonar la estrategia de investigación-producción. Vemos con tristeza, que algunos compañeros plantean el carácter puramente científico del CNEA, lo que constituye no solo un error garrafal, sino una ausencia total del principio básico que nos anima. Se deben combinar la investigación científica, el desarrollo de nuevos productos y servicios, la producción eficiente y la gestión exportadora.
El centro tiene que jugar un papel importante en cuanto a los aspectos científicos puros y teóricos, porque esto se constituye en la base para el desarrollo de dispositivos, equipos y aplicaciones en cualquier rama de la industria y los servicios.
Si se logran los aspectos anteriores estaremos dando un decisivo aporte al desarrollo económico del país y al logro de resultados importantes que ratificarían el prestigio ganado por el CNEA en sus 20 años de existencia.
Y así, nos despedimos de este ingeniero jubilado que ya disfruta de su séptima década. Un hombre familiar, solidario, afectuoso, pero a la vez intransigente. Un hombre que donde se encuentre, hace que las cosas cambien, se dinamicen, adquieran dimensiones adicionales y se entretejan relaciones que hacen un todo de alta calidad.
Sus años de experiencia profesional en la investigación, han forjado a una persona experimentada y completamente feliz con su vida, de la cual asegura que «si tuviera que volver a vivirla no cambiaría nada”.
*Premio del Concurso de Periodismo Científico Estudiantil convocado por el CNEA
Mil disculpas por «tomar» la entrevista del Profesor Aristides y compartirla en mi blog….pero, me parece tremendamente valiosa y digna de compartir
http://www.museoyeducacin.blogspot.com/
Mis saludos para mi compañero de estudios en la REDOEI
No hay qué disculpar querida Marta, usted es de la familia…un abrazo
Noel