Por Nora Bär
Ya nadie discute que la ciencia y sus aplicaciones son las principales fuerzas de transformación de la sociedad global. Pero hay problemas para cuya solución no alcanza con la intervención de los científicos.
Uno es el de la sostenibilidad planetaria, tema complejo si los hay, que hasta mañana congrega en Londres a cerca de 3000 científicos, funcionarios y empresarios. Con el lema de «Nuevo conocimiento para [buscar] soluciones», la conferencia «Planeta bajo Presión 2012» ( Planet under Pressure 2012 ) se propone hacer una puesta al día del impacto del cambio climático y de otras transformaciones sin precedente que la humanidad introdujo en los últimos 50 años en su relación con la naturaleza.
Entre los indicadores que se discuten en este encuentro, que intenta ser una preparación para la gran cumbre de mandatarios Río+20 (que tendrá lugar entre el 20 y el 22 de junio en la ciudad brasileña), figuran predicciones demográficas que no dejan de ser inquietantes. Por ejemplo, que según cálculos de las Naciones Unidas, en 2030 la humanidad ocupará 1,5 millones de kilómetros cuadrados más, una superficie comparable a los territorios de Francia, Alemania y España combinados. En los próximos 38 años, nacerán un millón de bebes por semana, y se incorporarán mil millones de personas a las ciudades. Para comprender el impacto que esto tendrá en los sistemas naturales basta recordar que las urbes no sólo plantean enormes desafíos en materia de transporte, manejo de los residuos, vivienda, y abastecimiento de agua, energía y comunicaciones, sino también en lo sociológico y antropológico.
Se estima que las ciudades producen alrededor del 70% de las emisiones de dióxido de carbono, de modo que para enfrentar el cambio climático, dijo Shobhakar Khakal, director ejecutivo del Global Carbon Project, es fundamental hacer una reingeniería urbana trabajando sobre la eficiencia. Los atascos, por ejemplo, les cuestan a las economías del mundo entre un uno y un tres por ciento del producto bruto interno ¡y miles de millones de horas! a los sufridos transeúntes.
En un editorial para SciDev.Net a propósito de la reunión, David Dickson subraya que la ciencia fue muy efectiva hasta ahora para reunir pruebas convincentes de que la actividad humana tiene un impacto creciente y potencialmente insostenible en casi todos los sistemas vitales del planeta. Pero, lamentablemente, si no queremos desencadenar una catástrofe inmanejable, con eso no basta.
Hay que desarrollar nuevas tecnologías y diseñar modelos de desarrollo social y económico compatibles con los recursos finitos del planeta, dice Dickson. Además, agrega, los científicos deben «interactuar más directa y eficazmente con los diseñadores de políticas, en lugar de darles sermones a distancia», y establecer prioridades de investigación determinadas por los problemas que hay que resolver y no sólo por los temas que encuentran intelectualmente estimulantes. Un cambio cultural difícil, pero al parecer imperioso.
Tomado de: A veces, la ciencia no basta – 28.03.2012 – lanacion.com .