¿A cuántos árboles equivale un magnetizador?

Esta fue una de las preguntas a la que intentó dar respuesta la MSc Mónica Berenguer Ungaro, como parte del trabajo “Otra mirada para evaluar el impacto ambiental del uso del tratamiento magnético en sistemas”, realizado en coautoría con la Ing. Rebeca Conde García y el MSc Douglas Deás Yero y presentado en la primera jornada del Forum de Ciencia y Técnica del CNEA.

Forum Ciencia y Técnica CNEA
¿A cuántos árboles equivale un magnetizador?, se pregunta la MSc. Mónica Berenguer Ungaro

La idea del trabajo nació, según explica la MSc. MónicaBerenguer, a raíz de la lectura de un artículo publicado en “Energía y tú”, revista científico-popular del grupo CUBASOLAR[1]; que los incentivó a investigar y cuestionarse ¿cómo puede contribuir a la huella ecológica el uso de los acondicionadores magnéticos en los sistemas ingenieros?

Se dieron entonces a la tarea de intentar motivar a los investigadores de la institución sobre la temática de la huella ecológica, con vistas a insertarla como una variable de investigación siempre que sea pertinente, comentó tambiénla MSc. Berenguer.

No cabe duda que ese primer objetivo se cumplió sobremanera, tal y como evidenciaron las disímiles intervenciones que despertó en el auditorio la presentación de la también docente de la Universidad de Oriente.

De forma muy amena y didáctica, los autores del trabajo se basaron en los resultados obtenidos a partir de la aplicación del tratamiento magnético a los sistemas ingenieros del Hotel “Villa San Juan”, en la ciudad de Santiago de Cuba; para determinar cómo el uso de esta tecnología se refleja en la huella de absorción de carbono[2] dejada por esta instalación turística.

Según se recoge en el trabajo realizado por los investigadores del CNEA, sólo por concepto de consumo de energía (826 632 kWh), en un año la Villa “San Juan” emitía a la atmósfera un equivalente a 409 182,84 kgde CO2, antes de la instalación de acondicionadores magnéticos en sus sistemas ingenieros Esto a su vez equivale a un total de 20 459 árboles necesarios para absorber esta cantidad de carbono emitido.

Tras la puesta en funcionamiento de los dispositivos magnéticos el Hotel “Villa San Juan” redujo su consumo de energía en 79 335kWh, es decir, dejaron de emitir por este concepto 39 280.725 kgde CO2, o lo que es lo mismo, fueran necesarios 1964 árboles menos para absorber sus emisiones de carbono.

Pero no bastaba con conocer el efecto del tratamiento magnético en los sistemas ingenieros sobre la huella de absorción de carbono de la instalación hotelera; sino que los autores también se preguntaron ¿cuál sería la huella ecológica (en concepto de emisiones de CO2) de la construcción de una magnetizador en las instalaciones del CNEA?

Para la fabricación de un magnetizador en el CNEA se consume 1.16 kWh, explica la MSc. Berenguer. Si tenemos en cuenta que se instalaron 18 de ellos en la Villa San Juan, significa que en total se consumió 20,88 kWh; lo que equivale a una emisión de 10,34 kgCO2 a la atmósfera. Luego, para absorber esta cantidad, sería necesario menos de un árbol, exactamente ¡0,51678 árbol!

Esto significa, dice Mónica Berenguer, que la huella ecológica de la fabricación de un equipo magnetizador es ínfima, respecto a los beneficios que el uso del tratamiento magnético en sistemas ingenieros puede significar para la disminución de la huella ecológica de las industrias.

Aunque reconoce que existen otros aspectos involucrados en la huella ecológica de esta tecnología que no fueron analizados en el trabajo, Mónica asegura que los próximos pasos serían “establecer una guía para el cálculo de la huella ecológica que provoca la aplicación del tratamiento magnético en los diferentes sistema y de esta forma evaluar el verdadero impacto medio ambiental” de esta tecnología.

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Primera jornada del Forum de Ciencia y Técnica en el CNEA

Otros diez trabajos se presentaron en la primera jornada del más masivo de los eventos científicos en Cuba.

Resultados de investigaciones básicas, estudios preliminares en el uso del agua tratada magnéticamente en cultivos de plantas de tilo, soluciones para mejorar el funcionamiento de servicios y procesos de la entidad; así como la experiencia de la sustitución de importaciones en una empresa mixta cubana, como consecuencia de la instalación de acondicionadores magnéticos en sus sistemas ingenieros; marcaron las presentaciones y debates que tuvieron lugar en el Salón de Protocolos del CNEA.

Cada exposición fue analizada por un tribunal encabezado por el Ing. Arístides Berenguer Maurant; personalidad del movimiento del Forum, y exdirector de nuestra entidad.

Para hoy se espera la presentación de otros tantos trabajos en los que sobresalen varios encaminados a dar respuesta a necesidades de la institución; objetivo permanente de las jornadas de ciencia y técnica que cada año reúne el movimiento del Forum en todo el país.


[1] Eduardo López Bastida. “La huella ecológica como indicador de sostenibilidad”. En Energía y tú, Nº54 (abril-junio, 2011), pp:35-37
[2] Huella de la absorción del carbono: Calculada como la cantidad de terreno forestal requerido para absorber las emisiones de Co2 procedentes de la quema de combustible fósil, cambios en el uso del suelo y procesos químicos, excepto la absorción absorbida por los océanos. Según Energía y tú, Nº54 (abril-junio, 2011), pp:26-27.
 

Los jóvenes científicos realizan el balance del año 2011-2012

BTJCon la presencia del Dr.C Hipólito Carvajal Fals, Vicerrector de Investigaciones de la Universidad de Oriente (UO), se celebró el Balance de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) de este centro de educación superior en el año académico 2011-2012; etapa en la que el Consejo de las BTJ de la Alta Casa de Estudios santiaguera fue seleccionada como el mejor de la provincia.

Luego de presentado el Informe de Balance, los principales directivos de las BTJ en la universidad reflexionaron acerca de las principales insatisfacciones; de los objetivos a los que debe ir dirigido el trabajo de las Brigadas; así como estrategias de trabajo para lograrlos.

Como parte de este debate se tomaron varios acuerdos que deben redundar en un fortalecimiento del trabajo de los jóvenes investigadores en las diversas áreas universitarias; entre ellos, la convocatoria a un encuentro con todos los brigadistas para debatir sobre el estado de la ciencia en la Universidad de Oriente.

Por su parte, el Dr.C Carvajal felicitó a los jóvenes brigadistas, aunque insistió en la necesidad de que las BTJ aproveche al máximo los espacios que brinda la Universidad, que sean más proactivos en su accionar, recordando que las BTJ son “el motor impulsor de la ciencia en la Universidad y en la sociedad”.

En este sentido expresó el deseo de convertir a la UO en una universidad científica, una idea posible tal y como se demostró en el recién concluido Forum Nacional de Ciencias Sociales, Exactas y Naturales, que sesionó del 14 al 17 de junio de 2012, enla Universidad Central“Martha Abreu” de Villa Clara; evento en el que la Universidad de Oriente se alzó con la categoría de Universidad Relevante, como resultado de los premios obtenidos en 9 de las 15 comisiones convocadas para esta edición.

La Universidad de Oriente cuenta con 16 brigadas de base de las BTJ, organizadas en sus diferentes facultades, centros de estudio y entidades de ciencia e innovación tecnológica. Sus brigadistas tienen incidencia en un total de 113 líneas de investigación entre las que destacan la producción de alimentos; el desarrollo energético sobre bases de eficiencia y ahorro de portadores, el desarrollo local; entre otras.

Entre las prioridades de trabajo que ya se vislumbran para el curso 2012-2013, se mencionaron: el fortalecimiento de las estructuras de dirección; la consolidación del sistema de ciencia e innovación tecnológica y la estimulación a la participación de los estudiantes universitarios en las brigadas.

 

Tercera jornada de la ciencia en el Festival del Caribe


Una Mesa Redonda sobre las realidades y potencialidades de las ciencias médicas santiagueras, ocupó el interés de los asistentes a la tercera jornada de la Expo “La ciencia santiaguera en el Festival del Caribe”; iniciativa organizada por el Gobierno Provincial,la Delegación Territorialdel Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Santiago de Cuba y el Comité Organizador de la edición 32 del Festival.
En un panel constituido por doctores, docentes, e investigadores de las ciencias médicas, se hizo un acercamiento a la labor científico-técnica de centros e instituciones de salud e investigación del territorio.
La Dr.C MarlénGorguetPi, Vicerrectora Académica de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, destacó la labor de esta institución, que recién celebró su aniversario 50, en la formación de profesionales de diversas ramas de la salud.
La Universidad de Ciencias Médicas santiaguera, Institución Auspiciadora de la Academia de Ciencias de Cuba, cuenta en la actualidad con una matrícula de 14 4992 estudiantes en sus diversos campus, de ellos, 1 844 son estudiantes de 54 naciones del mundo.
Sobre sus principales resultados en materia de ciencia y técnica comentóla MSc. SaraRicciSalas, asesora del Rector de la universidad médica para el área de ciencia e innovación tecnológica. Resaltan entre estos resultados dos Premios Anuales de la Academia de Ciencias cubana, y un Premio Anual de Salud.
Otros aspectos del quehacer científico médico en la provincia fueron reseñados por el resto de los panelistas entre los que se encontraba el Dr. Ernesto Álvarez, director del Centro de Toxicología y Biomedicina yla MSc. MarthaZoeLemus, personalidad de la ciencia santiaguera, del Laboratorio Farmacéutico Oriente.
Zoe Lemus comentó sobre el papel de las ciencias médicas cubanas en la Red Caribeña TRAMIL, encargada de “validar científicamente los usos tradicionales de las plantas medicinales” en el Caribe; así como de divulgar el uso de estas en diversos países dela región. Entre los principales resultados de esta Red, la también investigadora no dudó en señalar las dos ediciones (1999 y 2007) dela Farmacopea Vegetal Caribeña.
La jornada contó además con la válida intervención del Doctor en Medicina Díaz Sarduy, personalidad de las ciencias en Santiago de Cuba, quien abogó por la unidad entre los científicos y los centros de ciencia, como única vía de lograr mayores avances en esta rama.
Este 7 de julio continuará la Expo de las ciencias santiagueras, en su escenario del Salón de los Vitrales de la Plaza dela Revolución Santiaguera, evento que concluirá el próximo domingo 8 de julio.

La ciencia santiaguera en la Fiesta del Fuego

Del 3 al 9 de julio, como ya es tradicional, Santiago de Cuba acogerá el Festival de Caribe o Fiesta del Fuego, un espacio multicultural que en esta ocasión se dedica a Martinica.

El Gobierno Provincial, la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Santiago de Cuba y el Comité Organizador del Festival, han querido incluir en las jornadas de este evento, un espacio para la ciencia.

Desde el 4 de julio y hasta el día 8, el Salón de los VItrales de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo de esta ciudad, será el escenario para la Expo «La ciencia en el Festival del Caribe», que acogerá, entre otras actividades, conferencias de personalidades de la ciencia cubana.

Les dejamos con el Programa del Evento:

Fecha: del 4 al 8 de julio de 2012
Lugar: Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución

PROGRAMA GENERAL

Día 4 de julio:
9:00 Inauguración de la Exposición
9:30 Documental Fidel en Río
10:30 Conferencia panorámica de las ciencias en Santiago de Cuba, del Dr. Cs. Homero Fuentes González.

Día 5
9:00 Conferencia del Dr. Nicasio Viña Dávila sobre el Corredor Biológico del Caribe.
9:45 RECESO
10:00 Mesa redonda por especialistas de las Ciencias Naturales acerca de la Biodiversidad en el Caribe.
11:15 Presentación de documentales sobre el tema.

Día 6
9:00 Mesa redonda por especialistas de las Ciencias Médicas y Ciencias Sociales acerca de resultados y potencialidades de estas ciencias en Cuba.
11:00 RECESO
11:15 Presentación de documentales sobre el tema.

Día 7
9: 00 Mesa redonda por especialistas de las Ciencias Técnicas sobre resultados y potencialidades estas ciencias en Cuba.
11:00 RECESO
11:15 Presentación de documentales sobre el tema.

Día 8
9: 00 Mesa redonda por especialistas de las Ciencias Agropecuarias acerca de la realidad y potencialidades de desarrollo de estas ciencias en Cuba.
11:00 RECESO
11:15 Conferencia integradora del Dr. Pedro A. Beatón Soler, Delegado CITMA.

Participantes:
50 Investigadores, profesores y directivos invitados de las instituciones de ciencia de Santiago de Cuba.
Delegados y participantes en el Festival del Caribe.
Personalidades invitadas.

Cuba, por el camino de la sostenibilidad energética

panel solar. Foto: Portal de la ciencia cubana

“El mundo se mueve lenta, pero inexorablemente, hacia el uso extensivo de las energías renovables y esto responde a la necesidad de hacerse cada vez menos dependiente de los combustibles fósiles, porque están en vías de agotamiento”, dice Guillermo Leiva Viamonte, ingeniero a cargo de la dirección de la Unidad empresarial básica Energía Renovable de la Empresa de Ingeniería y Proyectos para la Electricidad (Inel).

La “sostenibilidad energética”, utilizando los términos con los que fuera bautizado el 2012 —Año de la de la energía sostenible para todos es un camino por el que debemos transitar si pretendemos que se mantenga el equilibrio de la naturaleza frente a las progresivas transformaciones del hombre, considera Leiva.

-¿Cuál es la situación mundial  hoy, en cuanto al uso de las fuentes renovables de energía?

Desde el punto de vista tecnológico, se conocen mejor las tecnologías de las energías renovables. En el mundo hay líderes, es decir, las grandes potencias o los países ricos, que han podido apostar por estas, poner mucho dinero en investigarlas y desarrollarlas, y han involucrado a sus empresas en el mercado, de manera que hacen declinar los costos de producción, mientras promueven estas tecnologías para que sean comercialmente competitivas o accesibles, con respecto a los combustibles fósiles.

“De forma general se han desarrollado muchos métodos para obtener energía a través de las fuentes naturales como el sol, el agua, el viento, las mareas, la fuerza terrestre, incluso de desechos orgánicos. La mayoría han sido empleados desde antaño y retomados hoy.”

-¿En qué situación se encuentra Cuba? 

No podemos decir que seamos pioneros del uso de la energía renovable, aunque hubo tecnologías de aprovechamiento tradicionalmente usadas, pero no con la connotación que hoy les damos. Por ejemplo, la industria azucarera históricamente quemó el bagazo, que es un subproducto.

En los últimos 25 años ha habido un fortalecimiento de acciones para propulsar el uso de las tecnologías que aprovechan las fuentes renovables de energía debido, primero, a que ha habido un desarrollo científico técnico en el país, pues contamos con más científicos y más ingenieros; segundo, porque las tecnologías han avanzado en el mundo y ya no son una quimera, ahora son bastante asequibles y, tercero, porque existe la necesidad, ya que somos completamente dependientes, no de la importación de combustibles, sino de combustibles fósiles.

-¿Cuáles son las principales fuentes que se explotan?

Las fuentes renovables que hoy están identificadas como más importantes para el país son la energía eólica y la hidroenergía. En cuanto a la eólica ya existe un potencial técnicamente aprovechable para las condiciones actuales de precios de las tecnologías y de costo de la generación, del orden de los 2 000 MW.
La hidroenergía se ha fortalecido a partir del programa de voluntad hidráulica del país, luego del ciclón Flora, en 1963, cuando se produjo una descomunal inundación de regiones enteras del Oriente cubano y se vio que era importante represar o encauzar las aguas que dejaban estos grandes eventos meteorológicos.

Progresivamente se tomó conciencia de que era necesario represar el agua para darle usos agrícolas y abastecer a la población, aunque también se utilizaría su fuerza para generar electricidad, de manera que se construyeron casi 300 presas.

A finales de los años 80 del siglo anterior se hicieron importantes proyectos demostrativos del uso de la energía solar fotovoltaica y la energía solar térmica, para calentar agua fundamentalmente. En la primera década del siglo XXI estos proyectos se retomaron, debido a eventos importantes como fue el desarrollo del programa audiovisual, en 2003-2004, mediante el cual se llevó la televisión y el video educativo a todas las escuelas del país.

Entonces se instalaron sistemas solares fotovoltaicos para electrificar mil 500 escuelas o un poco más, además de los calentadores térmicos en los consultorios médicos, policlínicos, casas de ancianos, y hogares maternos en zonas rurales donde no llegaba la electricidad.

También se explota la biomasa cañera por el potencial que puede aportar esta industria, ya que siempre que se muela caña va a existir bagazo. La biomasa forestal tiene un lugar importante, pues pronto llegaremos a un 30 por ciento de superficie boscosa en el país.

Otras biomasas que pueden ser aprovechadas son los residuos que no se aprovechan hoy, o se aprovechan de modo muy local, las cáscaras de coco, el afrecho de café. Hay potencialidades dispersas, unas locales y otras más nacionales.

Tenemos algunas experiencias en la obtención de biogás, de los desechos de basura. Pero esta tecnología necesita una cultura en la selección de los desechos que van a los vertederos, que realmente resulta un poco compleja para la realidad cubana de hoy. Estamos hablando de la transformación anaerobia de residuos diversos que generan gas metano, o una mezcla de gas metano y dióxido de carbono.

-¿Qué otros proyectos existen?

Después de disminuir el uso de la industria de los molinos, a inicios de los años noventa del siglo pasado, ahora estamos tratando de recuperarla. Existe una industria en Güira de Melena y, además, importamos algunos elementos y fabricamos la estructura completa del molino. Está también otra industria del SIME: la empresa mecánica de Bayamo, que inició la preparación técnica para comenzar a producirlos.

A esto se agrega una fábrica de colectores solares en Morón, con una capacidad de 30 mil al año. Con respecto a la demanda no es mucho, pero es un paso adelante.

En el Combinado de Componentes Electrónicos de Pinar del Río está la fábrica ensambladora de módulos o paneles fotovoltaicos (transforma directamente la radiación solar en electricidad), la cual tiene una capacidad de 10MW al año. Igual que la de colectores se explota a muy baja capacidad por razones de financiamiento que, debido a nuestra condición de país bloqueado por Estados Unidos, dificultan la obtención de esa y otras tecnologías.

Tomado de Cuba, por el camino de la sostenibilidad energética (+Dossier) « portal de la ciencia cubana.

Efectividad del electromagnetismo en la Producción de Azúcar

Urgida, como evidenciara la recién concluida zafra, de elevar los niveles de eficiencia, la industria azucarera cubana podría aprovechar mejor sus reservas productivas, mediante la aplicación del tratamiento magnético en sistemas claves del proceso fabril.

Magnetismo por la eficiencia en la industria azucarera

Guillermo Ribeaux Kindelán, doctor en ciencias técnicas e investigador del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado, radicado en esta ciudad, señaló que tanto los resultados de su utilización en los años 90 del pasado siglo, como los estudios desarrollados actualmente, corroboran esa realidad.

Entre las valiosas experiencias, el especialista destacó la aplicación del magnetismo en los evaporadores de cuatro ingenios, donde la reducción del ciclo de limpieza del sistema y el ahorro de productos químicos registraron en una zafra un aporte económico superior a los 208 mil dólares, junto a una mayor caña procesada.

En igual sentido expuso su efectividad en la eliminación de incrustaciones y la prevención de nuevas costras en las calderas, calentadores y sistemas de enfriamiento, lo cual estabiliza los niveles de presión y disminuye los periodos de mantenimiento, el gasto de productos químicos y la contaminación medioambiental.

El campo magnético se introdujo, igualmente, entre los años 1991 y 1996, con notable influencia en la disminución de la pol (sacarosa aparente) en el bagazo, lo cual redunda en el incremento del rendimiento industrial en la producción de azúcar.

El doctor Ribeaux informó que ante la exigencia planteada al sector por el país, diversas estructuras del Grupo Azucarero AZCUBA muestran interés por retomar este aporte científico-técnico, perdido durante la indisciplina tecnológica que aún subsiste en las reparaciones de la industria.

En aras de su generalización, la experiencia de los investigadores del referido Centro será expuesta en el Congreso de la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC), a celebrarse en septiembre próximo, donde por vez primera se presentará la introducción del campo magnético en la cristalización de la sacarosa en solución.

La novedad, cuyos resultados a nivel de laboratorio fueron expuestos, discutidos y defendidos en la tesis doctoral del ingeniero Guillermo Ribeaux, mejora la calidad del grano de azúcar como producto final, mediante la preparación en los tachos de la «semilla» utilizada en la cristalización de la sacarosa.

Tomado de Efectividad del electromagnetismo en la Producción de Azúcar.

Tiempos para aprovechar


Nunca antes hemos tenido tantas oportunidades para comunicar ciencia. ¿Las estamos aprovechando?

En los grabados y fotografías de la historia de la ciencia puede verse al investigador trabajando solo en un laboratorio, aislado del mundo. Pero esta situación ha cambiado dramáticamente, especialmente en las últimas décadas.

Aunque hoy en día muchos sigan adhiriendo a esa imagen romántica del científico trabajando solo, la situación ya no esla misma. Losescándalos desatados en torno al reciente premio Nobel en Fisiología o Medicina por la autoría de los trabajos nos recuerdan que estos investigadores no han trabajado solos. Asignar el premio a una sola persona es más una cuestión práctica que el reflejo de una realidad.

Los trabajos científicos ya no son actividades iniciadas y llevadas adelante en solitario. Las estadísticas muestran que la gran mayoría de los trabajos científicos publicados son el resultado de colaboraciones locales, nacionales e internacionales entre varios investigadores. El aspecto social de las ciencias, incluidas las ciencias duras, no puede ser negado. La interacción humana abre la posibilidad y el desafío asociado de generar conversaciones efectivas entre los integrantes de los equipos, única forma de poder alcanzar los resultados buscados.

Pero además de verse expuestos a comunicarse entre ellos de manera efectiva, los científicos tienen ahora la oportunidad (buscada o no) de comunicarse con el resto dela sociedad. Nuncacomo en los tiempos que corren hemos tenido tantos canales para que un mensaje llegue a una audiencia determinada. A pesar de ello, no deja de sorprender lo poco que estos canales son utilizados por la comunidad científica en general. Más que una crítica, trato de reflejar una situación que, de ser abordada a tiempo y convenientemente, abre nuevas posibilidades de avances tanto en lo científico como en lo social de la ciencia.

Estamos ante un cambio de paradigma: pasando de una cultura de “no comunicación científica” a otra donde cada vez con mayor insistencia y desde los más altos niveles, aquellos que fijan las políticas científicas, se insiste en la necesidad de que los científicos desarrollen actividades comunicacionales.

Sería poco sabio considerar a estos requerimientos solo como un item más a llenar en el formulario de rendimiento del investigador. Si entendemos que la comunicación del trabajo científico que hacemos reporta beneficios para el mismo en todos los niveles (colaboraciones con otros científicos, mayores posibilidades de obtener financiamiento, atracción de nuevos recursos humanos a las carreras científicas, interacción con distintos grupos sociales y medios de comunicación), podremos abordar la tan mentada comunicación científica desde otra perspectiva.

Leonardo Wolk nos habla en su libro “Coaching: El arte de soplar brasas” dela secuencia CONTEXTOà OBSERVADOR à ACCIÓN à RESULTADOS. Si queremos cambiar los resultados, en nuestro caso comenzar a comunicar ciencia o mejorar dicha comunicación si ya lo venimos haciendo, necesitamos reevaluar nuestras acciones. Esperar resultados distintos ejecutando las mismas acciones, como dijo Einstein, es locura. Para cambiar las acciones, entonces, necesitamos cambiar al observador que las ejecuta. ¿Qué significa cambiar al observador? Crear espacios para que repiense sus interpretaciones acerca de la comunicación científica. Pasar de verla como otro incordio burocrático para completar en un formulario a verla como una posibilidad concreta de abrir nuevos espacios de crecimiento para su actividad científica.

Para pasar de una visión a la otra habrá que vencer miedos e ignorancias, adentrándonos en la exploración de las herramientas comunicacionales que tenemos a nuestra disposición y adquiriendo conocimientos en aquellas que consideremos más apropiadas para nuestros objetivos.

Ya no es una cuestión de SI la falta de comunicación científica afectará las actividades de investigación, más bien es una cuestión de CUÁNDO se comenzarán a sentir los efectos de esta incomunicación. Algunos podrán darse el lujo de darle la espalda a la comunicación y perder enriquecedoras posibilidades de crecimiento como científicos, y sobre todo como individuos. Otros, las nuevas generaciones sobre todo, no podrán alejarse de la comunicación científica sin perder espacios de crecimiento que serán más difíciles de recuperar a medida que pase el tiempo.

Wolk también considera que el cambio de OBSERVADOR se estimula creando el CONTEXTO apropiado para el aprendizaje y el planteamiento de dudas y temores en un clima de confianza y respeto. Los más altos niveles ejecutivos del sistema científico argentino están creando este contexto, lo cual indudablemente facilita los cambios buscados.

Sería interesante que este contexto sea aprovechado por los investigadores en su conjunto y que ellos contribuyan a que los cambios buscados no queden en una moda pasajera sino que se concreten en la creación de una nueva realidad en la cual ellos se verán ampliamente favorecidos.

Tomado de Tiempos para aprovechar | Rosario3.com.

Las funciones de la ciencia en el modelo económico cubano (IV)

Dr.C Agustín LagePor: DrC Agustín Lage. Director del Centro de Inmunología Molecular

LOS FRENTES DE LA BATALLA

Los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba establecen claramente que el enfrentamiento a los problemas de la economía debe transitar por dos tipos de soluciones: las de corto plazo, que deben buscar un equilibrio rápido de la balanza de pagos y un aumento de la eficiencia económica y la motivación por el trabajo, y las sostenibles a más largo plazo. Estas últimas deben conducir a “una autosuficiencia alimentaria y energética altas […] así como el desarrollo de nuevas producciones de bienes y servicios de alto valor agregado”.
Estas tienen tres orígenes posibles: o importamos tecnologías con nuestros limitados recursos, o buscamos inversión extranjera que las traiga (con el riesgo de construir nuevas dependencias), o las extraemos de nuestra propia capacidad científica. Las dos primeras pueden ser rápidas, pero son poco sostenibles. La tercera es robusta. Los países siempre se han construido de dentro hacia fuera, y no al revés; pero ¿puede esta vía ser también rápida? Esa es precisamente la batalla que debemos dar ahora quienes trabajamos en el sector de la ciencia, y la responsabilidad histórica que asumimos en la defensa de nuestro socialismo en el campo económico, y hay que darla, al menos, en cuatro frentes:

1. La Empresa socialista de alta tecnología. Con independencia del sector especifico de la producción, una Empresa de alta tecnología es una organización que ha sido capaz de construir un ciclo completo de investigación-producción-comercialización, que le permite tener productos novedosos, de alto valor agregado, y sustituirlos periódicamente por otros mejores, con estándares de calidad elevados y crecientes. Opera generalmente a bajo costo por peso y alta productividad del trabajo, y emplea recursos humanos de alta calificación. En los países grandes, puede operar en función de la demanda doméstica. Para los pequeños, hay un vínculo ineludible entre alta tecnología y exportaciones.

Ahora es el momento de capturar, en nuestras leyes y regulaciones, la existencia de este tipo de empresa y sus formas de funcionamiento, e identificar cuáles organizaciones, en este u otros sectores de la economía, pudieran serlo. En estas empresas, las conexiones entre la ciencia y la economía funcionan en ambas direcciones: los resultados de la ciencia se convierten rápidamente en nuevos productos y servicios, y su realización comercial (sobre todo exportadora) es una fuente de financiamiento de la investigación científica. Tal nexo ocurre en el contexto de la misma organización, sin los costos de la transacción academia-empresa en instituciones diferentes.

El surgimiento, a partir de colectivos científicos, de empresas de alta tecnología es expresión de madurez de nuestro sistema de ciencia y técnica. Son el instrumento principal por el cual las “entradas” de inversión social en estas se transforman en “salidas” de impacto económico. Estas organizaciones tienen rasgos de la empresa tradicional y de la unidad presupuestada: deben ser rentables y eficientes en el corto plazo y crecer en sus operaciones; pero también cuidar el mediano plazo, subsumir importantes gastos de investigación y desarrollo de nuevos productos, y asumir misiones sociales relacionadas con el impacto de estos.

Ellas requerirán de una clara conceptualización en nuestro modelo económico, y un “traje a la medida” para sus formas de funcionamiento y control. También será imprescindible un diseño cuidadoso de las organizaciones superiores de dirección empresarial para que sean capaces de diseñar y conducir las estrategias, y de evaluar el desempeño de las empresas de base, no solo en función de los planes anuales, sino en el más complejo proceso a mediano y largo plazo, y que puedan manejar las incertidumbres de los mercados externos, y extraer ventaja de la integración que deriva de la propiedad social sobre las empresas. En los sectores contentivos de empresas de alta tecnología, tendrán que ser dotadas de capacidad de interpretar las tendencias de la ciencia y la técnica en su área.

2. La innovación en todo el sistema empresarial. La segunda de las funciones de la ciencia en el modelo económico es la de incrementar el valor añadido de los bienes y servicios de todo el aparato productivo. Con independencia del nivel tecnológico que tenga hoy cualquiera de nuestras operaciones productivas, su valor agregado debe crecer. El esquema clásico de innovación espontánea más “introducción de resultados” (con estímulo moral y material al innovador), que funcionó durante décadas, está agotado, y hay que identificar las causas. La queja tan persistente de muchos dirigentes científicos de que el aparato empresarial no utiliza los resultados de nuestra ciencia, indica que hay razones de fondo en esto. O bien los resultados no son tan “introducibles”, o las empresas carecen de incentivos para introducirlos, o hay una mezcla de ambas cosas. La imagen del innovador individual con la idea brillante, de aplicación inmediata, es del siglo XIX; no funciona en el XXI. La innovación en la empresa moderna es una actividad de toda la organización, integrada a sus procesos esenciales. No tiene que partir siempre de “descubrimientos científicos” de la propia empresa, ni siquiera de instituciones científicas cubanas. La revolución de la informática hace que haya mucha información y tecnologías disponibles en las redes, de acceso barato. Lo que es imprescindible es que la empresa tenga capacidad para absorberlas. La innovación debe ser “guiada por la demanda”, es decir, incentivada por las oportunidades que se identifiquen para nuevos productos y servicios que incrementen la rentabilidad. Suintroducción pasa, con frecuencia, por decisiones de inversión, o al menos por un lapso entre el esfuerzo innovador y su retorno económico. Estos procedimientos, y los incentivos para emplearlos, deben ser capturados en la nueva Leyde Empresas e implementados en todos los sectores de nuestra economía.
3. Las universidades. Una tercera función de la ciencia en el modelo económico cubano está en el acercamiento del dispositivo docente al productivo. La mayor parte del capital humano para la investigación científica, y el que tiene, como promedio, mayor calificación académica, está en las universidades. Precisamente una de las principales heridas del Período especial, que debemos curar con prisa, es que aflojó los lazos entre ellas y la economía, construidos desde los años60 a partir del pensamiento de Fidel Castro y Ernesto Guevara. Recuperar y multiplicar el espacio de la educación superior en la economía, y no solamente en la formación de cuadros, es una de las urgencias del momento. Una vez más, es una interacción en ambos sentidos: el del impacto de las ideas y resultados del potencial universitario sobre la economía, y el de esta sobre la calidad de la docencia.

La “conectividad social” de la ciencia no se limita a sus vínculos con el aparato productivo, sino, de manera muy relevante, con la educación. Esde la única manera que el potencial científico se reproduce. Sobre las relaciones Universidad-Empresa hay una enorme literatura. Otros compañeros en Cuba han producido importantes reflexiones sobre el tema. Aquí solamente subrayaremos algunas intuiciones surgidas de la experiencia del sector de la biotecnología. Hay dos distorsiones que evitar: la primera es la copia del modelo de propiedad intelectual más negociación de patentes, que ha guiado la interacción entre universidad e industria en los países capitalistas desarrollados. Es un modelo que introduce “relaciones de mercado” en el uso del conocimiento, genera nuevos costos de transacción, y debilita el compromiso de los investigadores con el impacto final de sus resultados enla sociedad. Los propios pensadores de los países que lo aplican cada vez lo critican más, por disfuncional. Ese no es nuestro camino.

La segunda distorsión que evitar es la visión de las áreas universitarias construyendo pequeñas fábricas y comercializando productos. Ese tampoco es el camino. El vínculo hay que construirlo preservando las especificidades de la actividad científica en cada espacio. La investigación universitaria tiene mayor contenido de exploración, mientras que la de empresa se concentra más en la explotación de los resultados y su escalada. La primera es el espacio para proyectos científicos de mayor riesgo (y mayor retorno potencial), que es necesario financiar con un esquema presupuestado, pues su ciclo de recuperación no cabe en los ejercicios económicos de la vida empresarial. Opera con mayor abundancia de recursos humanos, entre ellos los estudiantes, y es más multidisciplinaria porque su función incluye la formación de cuadros. Lo fértil está precisamente en la interacción de enfoques diferentes. Para estudiar cómo se hace esto en el socialismo no tenemos puntos de referencia. La experiencia de la URSS no fue exitosa en la movilización del ambiente académico en función del desarrollo económico. La débil vinculación entre la ciencia y la producción, a pesar de tener 25% de todos los científicos del mundo, fue uno de los factores determinantes del estancamiento que precedió a su desintegración. En Cuba, tendremos que ser muy creativos en la construcción de nuestro propio modelo.

4. Los centros universitarios municipales y el desarrollo local. Esta cuarta función de la ciencia en el modelo económico es la más ambiciosa: se trata de construir un sistema de producción, estructuración, circulación y absorción de conocimiento en todala sociedad. Elconcepto de “gestión del conocimiento” incluye la investigación científica tal como la conocemos, pero también otros propósitos como la identificación de las necesidades de conocimiento y sus fuentes posibles, la construcción de capacidad absortiva para la ciencia y la tecnología en el aparato empresarial, la captación del saber tácito que se genera en las empresas, la formación de cadenas productivas a nivel local, y la asimilación del método científico como un componente de la cultura general en la sociedad cubana.

La extensión del uso de tal método (de pensamiento, generación y evaluación objetiva de hipótesis), y de la capacidad de interpretación y asimilación social de la ciencia, podrá parecer un objetivo demasiado audaz; pero no lo es más que la Campaña de Alfabetización en un año, que ya hicimos con éxito en 1961. Nuestra sociedad socialista puede planteárselo. Las primeras experiencias en programas de desarrollo local basados en la gestión del conocimiento ya están indicando que es alcanzable, y que tiene enormes potencialidades para la economía, la docencia, la ciencia yla cultura. Laconexión entre la ciencia y la economía no es un proceso espontáneo: requiere dirección consciente, estrategia, y dispositivos de intermediación y catálisis. En estos propósitos, los 123 Centros universitarios municipales, que surgieron en Cuba a partir de 2004, pueden ser un dispositivo muy poderoso, convertirse en uno de los actores principales del desarrollo económico a nivel local asumiendo funciones de captación y distribución de conocimientos, y llegar a ser la institución docente y científica principal del municipio, y construir conexiones entre las instituciones del territorio y las de otros, incluyendo los centros científicos de carácter nacional.

LAS PALANCAS DEL SOCIALISMO

En el mundo interconectado de hoy, el desarrollo científico no puede verse como equivalente a “volumen de la actividad científica” —cantidad de investigadores, centros, porcentaje del PIB que se invierte en ciencia, publicaciones, etc.—, sino como la combinación de este más sus conexiones con la economía, la educación, y otros sectores sociales. La construcción de vínculos entre la ciencia y la producción, de la que depende el valor agregado de nuestros productos, y el desempeño exportador de la economía cubana tienen como actor principal a la empresa estatal socialista, a través de la cual se expresa la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, y la distribución del producto social con arreglo al trabajo. El modelo económico cubano deberá incluir los mecanismos concretos por medio de los cuales esa conexión de la ciencia con la economía debe producirse. A eso nos convoca precisamente el Lineamiento 132, cuando habla de perfeccionar las condiciones organizativas, jurídicas e institucionales para establecer tipos de organización económica que garanticen la combinación de investigación científica e innovación tecnológica, desarrollo rápido y eficaz de nuevos productos y servicios, su producción eficiente con estándares de calidad apropiados y la gestión comercializadora interna y exportadora.

Los treinta años de la biotecnología en Cuba nos aportan una experiencia concreta sobre este proceso. De hecho, los centros del Polo científico han estado operando como empresas socialistas de alta tecnología, donde ha funcionado muy bien la combinación de propiedad social y gestión descentralizada. Ha demostrado también de qué manera puede el socialismo expresar sus ventajas para la conexión de la ciencia con la producción, y el tránsito hacia una economía basada en el conocimiento. La propiedad privada y la economía de mercado no son dispositivos de conexión de la ciencia con la economía; son obstáculos.

La limitación en el desarrollo de la biotecnología en otros países de América Latina parte del carácter privado del aparato productivo, y su subordinación a los países centrales. Ello lo desarticula del proceso social de creación del conocimiento científico. Ambos sectores, el de la ciencia y el de la producción, se conectan por separado con los dispositivos científicos y productivos en el exterior, pero no interactúan. Solamente el socialismo puede romper ese círculo vicioso de dependencia. En Cuba esta afirmación ya no es “teórica”. Hay evidencias de que se puede lograr. Pero junto con ellas está ahora la responsabilidad de capturar esas experiencias y dibujar, dentro de nuestro modelo económico y sus diversos escenarios, los procesos por los cuales el desarrollo científico irá asumiendo una función directa como motor del desarrollo económico, y no simplemente de consecuencia distal de este.

La Revolución, con su obra masiva de formación de capital humano, de cohesión social y de valores, ensanchó el espacio de lo posible. Ni la biotecnología, ni la Universidad de las Ciencias Informáticas, ni los médicos de “Barrio Adentro”, hubiesen podido existir en los años 60. Fueron necesarias tres décadas de construcción socialista para hacerlo posible.

Ahora hay que partir de esa base y vislumbrar “el país posible” que podemos construir: una sociedad justa y solidaria, con una población saludable y culta, sustentada por una economía de alta tecnología enraizada en empresas de propiedad social, y protagonista de la integración latinoamericana. Así lo vio Fidel cuando dijo, en medio de las tensiones de aquel duro 1993, que la ciencia y las producciones de la ciencia, deben ocupar algún día el primer lugar de la economía nacional. Pero partiendo de los escasos recursos, sobre todo de los recursos energéticos que tenemos en nuestro país, tenemos que desarrollar las producciones de la inteligencia, y ese es nuestro lugar en el mundo, no habrá otro.

Tomado de Cuba en Noticias – Las funciones de la ciencia en el modelo económico cubano (IV).
 

Las funciones de la ciencia en el modelo económico cubano (III)

Dr.C Agustín LagePOr: Dr.C Agustín Lage. Director del Centro de Inmunología Molecular

6. La inversión extranjera no es la palanca adecuada para el desarrollo de la Empresa de alta tecnología.

Uno de los rasgos que más sorprende a quienes, en el exterior, escriben sobre la biotecnología cubana, es que esta se desarrolló como una inversión del Estado, sin acudir a la extranjera. Quizás su desarrollo se deba precisamente a eso. En ningún país del mundo, que conozcamos, ha surgido un sector biotecnológico innovador a partir de la inversión proveniente de los países industrializados. Ni China, ni India, ni Brasil —países “emergentes»— han logrado un despegue acelerado de la biotecnología. La primera instalación productiva de anticuerpos monoclonales terapéuticos en China, y la primera en India, fueron empresas mixtas en colaboración con Cuba. La primera fábrica de proteínas recombinantes de Brasil, también.

La iniciativa del “corredor biotecnológico” del gobierno de Malasia, que intentó atraer inversión extranjera en este campo, no logró cristalizar. La estrategia de los parques tecnológicos en China, sin desconocer los innegables logros de ese país, también ha sido criticada, en el sentido de que las empresas multinacionales que invierten transfieren allí la etapa de manufactura masiva de determinados productos, pero retienen en sus países de origen las etapas de investigación científica, desarrollo de productos, y evaluación post-venta, que es donde radica lo más importante de la cadena de valor de las industrias intensivas en conocimiento. La globalización económica del mundo actual ha sido construida por las naciones ricas para su propio beneficio; y las relaciones económicas internacionales prevalecientes en el capitalismo neoliberal, tienen mucho de relación “depredador-presa”.

Las justas relaciones económicas que Cuba construyó conla Unión Soviética y el campo socialista eran un modelo diferente; pero ya no existen. Las que está construyendo con Venezuela en el contexto del ALBA también son un modelo diferente, pero todavía en construcción.

Las fuentes de inversión extranjera directa de los países capitalistas industrializados operan con las reglas de la competencia por la apropiación de la máxima ganancia, y ello implica la retención de los eslabones esenciales de la cadena de valor. El tránsito a una economía basada en el conocimiento ha ido desplazando esos eslabones, desde la manufactura al desarrollo de productos, y de este a la investigación científica, y no serán transferidos por la inversión extranjera.

Los países del Norte que comenzaron el tránsito hacia una economía basada en el conocimiento, lo hicieron internalizando capacidad científica en las industrias que ya tenían, y a partir de las fortalezas financieras y de control de mercados que también tenían. La historia de la industria biotecnológica cubana es exactamente la inversa: construcción de capacidades productivas a partir de las científicas y del capital humano pre-existente. Esa trayectoria retiene en Cuba las fuentes principales de valor agregado. No se puede recorrer basándose en inversión extranjera, lo que no quiere decir que dejemos de utilizarla selectivamente en determinadas operaciones.

Ello explica —adicionalmente al bloqueo extraterritorial norteamericano— la infertilidad de los acercamientos de la industria farmacéutica europea a la biotecnología cubana. La experiencia concreta de múltiples negociaciones indica la incompatibilidad entre el interés de esas empresas en “alquilar” capacidad científica en Cuba o comprar nuestras patentes, y el reclamo cubano de abrir las murallas del proteccionismo y obtener acceso a sus mercados, desde la industria cubana.

7. El enfrentamiento a los monopolios de las empresas multinacionales requiere acuerdos regionales entre gobiernos.

A pesar del discurso neoliberal sobre el libre comercio, la práctica histórica del capitalismo en los países desarrollados ha sido esencialmente proteccionista. El tránsito a una economía basada en el conocimiento refuerza ese proteccionismo en los productos de alto valor agregado. En estos sectores de la economía, esos países y sus empresas han acudido a dos tipos principales de barreras no arancelarias: las de la propiedad intelectual (patentes) y las técnicas. Ambas funcionan como frenos para que el Sur no produzca bienes y servicios de alta tecnología.

En los últimos años, hemos visto debilitarse la barrera de patentes, especialmente en el sector farmacéutico. Es cierto que el reconocimiento mundial de estas es exigido porla Organización Mundialde Comercio, pero también ocurre que muchos productos de altas ventas están llegando al momento de expiración de sus patentes, y que incluso antes, el mantenimiento de precios altos de medicamentos, por el solo hecho de tener protección de propiedad intelectual, se vuelve políticamente insostenible, como se demostró en los enfrentamientos exitosos de los gobiernos de Sudáfrica y Brasil a las patentes de los medicamentos contra el SIDA. Pero, al mismo tiempo, las barreras técnicas, bajo la forma de regulaciones sobre los atributos que deben tener los productos y los procesos, están creciendo aceleradamente. Esta forma de “proteccionismo tecnológico” además, no se circunscribe a las limitaciones de entrada que imponen los países desarrollados para proteger sus propios mercados domésticos; sino que el reclamo de armonización mundial de las regulaciones les permite proteger los de todos los países del mundo y preservarlos para sus propias empresas.

Estas tendencias se expresan en el sector farmacéutico de forma más visible, pero va emergiendo también en sectores como en la producción de alimentos, y se irá extendiendo a otros. La consecuencia inmediata es que el desarrollo de industrias de alto valor agregado en Cuba, y en países del Sur, requerirá acuerdos regionales entre gobiernos, que abran espacio a nuestros propios productos y construyan un contexto regulatorio donde la prioridad sea su impacto social. Varias de las grandes operaciones exportadoras y de transferencia de tecnología del Polo científico han tenido este enfoque, en el que el desarrollo industrial desborda el campo de la interacción económica entre empresas, para vincularse, cada vez más, con las estrategias políticas.

EL RETO DEL MEDIANO PLAZO

Cuando en Cuba se habla de la economía, la expresión cotidiana es la de “dificultades económicas”. Estas son muy reales, y sería irresponsable desconocerlas. Pero todo análisis serio tiene que empezar reconociendo que, en los veinte años que precedieron al VI Congreso del Partido, nuestro país libró una batalla colosal en el campo de la economía, enfrentando el Período especial, y emergió, con heridas y secuelas, pero esencialmente victorioso.

Una pérdida abrupta de más de 80% del comercio exterior, una caída de más de 30% del PIB, un incremento enorme de los precios del petróleo, y la continuidad de una agresión económica externa sin precedentes en la historia, fueron enfrentados sin deterioros significativos de los indicadores básicos de educación, salud, seguridad ciudadana, equidad y empleo; como se reconoce en los estudios del Índice de Desarrollo Humano, publicados por Naciones Unidas. El país reorientó su comercio exterior, reequilibró sus finanzas externas e internas, reemprendió el crecimiento del PIB, y en importantes indicadores recuperó las cifras anteriores a 1989.

Ahora emprendemos una segunda batalla, para enfrentar las secuelas del Período especial, que exige, como se expone en los Lineamientos del VI Congreso del Partido, soluciones a corto plazo encaminadas a eliminar el déficit de la balanza de pagos, que potencien la generación de ingresos externos y la sustitución de importaciones, y a su vez den respuesta a los problemas de mayor impacto inmediato en la eficiencia económica, la motivación por el trabajo y la distribución del ingreso.

Pero después (y aun simultáneamente) vendrá una tercera batalla en la que debemos enfrentar retos ante nuestra economía que tienen un carácter permanente. Estos son, en esencia, el de la estructura demográfica de la población cubana, y el de la globalización de la economía, así como la interacción entre ambos. En los años 50, teníamos una pirámide etaria de base ancha, con muchos jóvenes, prácticamente igual a la de 1907. En las cinco décadas transcurridas desde el triunfo revolucionario de 1959, esa estructura se modificó. Tenemos ahora más de 18% de la población por encima de los sesenta años de edad, y un pronóstico de que llegará a 30% en el año 2030. La natalidad cayó por debajo del nivel de reemplazo, y las cifras de los que arriban a la edad laboral apenas alcanza a las de los que llegan a la jubilación.

En la compleja causalidad de esta transición demográfica está el aumento de la esperanza de vida al nacer, y la reducción de la natalidad que sigue al incremento del nivel educacional de la mujer y su incorporación social. Un fenómeno similar ocurrió en el siglo XX, en Europa y Norteamérica, pero allí fue mucho más lento, y paralelo al desarrollo industrial. En Cuba produjimos un desarrollo social por delante del económico. Y eso es esencialmente positivo: refleja el principio político de que los derechos humanos a la salud y la educación deben ejercerse de manera inmediata, repartiendo lo que tengamos. Es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos; pero no por eso deja de ser un problema, cuya solución hay que encontrar. Si logramos construir desarrollo social desde la política (no desde la economía), ahora tenemos que construir desarrollo económico a partir de aquel. Ello va a requerir mucha creatividad. No hay referentes externos para un desafío de esta naturaleza.

Una estructura demográfica como la que tenemos demanda una economía tecnológica, de alto valor agregado. Pero ese aparato productivo hay que construirlo en el contexto de la globalización de la economía; que es muy diferente de la que había en los años 60, cuando la Revolución emprendió sus primeros programas de desarrollo. El capitalismo ha sido “globalizante” desde su surgimiento, pero el ritmo de esa globalización y el crecimiento del comercio internacional se han acelerado en los últimos cincuenta años. La economía cubana —como la de todos los países pequeños— será cada vez más dependiente de sus relaciones externas. Y no podremos equilibrar nuestra balanza de exportación con productos tradicionales, y menos aún con recursos naturales no renovables, de los que tenemos pocos. El turismo y los servicios médicos están funcionando como compensación y factores de estabilidad económica, pero tienen límites de crecimiento.

Si no logramos que nuestro aparato industrial transite rápidamente hacia productos de alto valor agregado, con capacidades productivas para aquello que está en la frontera entre la ciencia y la tecnología, corremos el riesgo de desindustrialización, pérdida de empleos fabriles, expansión desmedida de los servicios, déficit comercial persistente, y erosión del propio capital humano. El reto es muy grande y muy importante. Establecer relaciones económicas diversificadas y simétricas con el mundo es, en última instancia, un problema de soberanía nacional. Si no construimos aceleradamente capacidades productivas para bienes de alta tecnología, el país estaría en un plano de subordinación, porque sería abastecido de cosas complejas desde fuera, incapacitado de potenciar los nuevos conocimientos. En esa batalla tiene que involucrarse todo el potencial científico cubano. Pero no podemos desconocer un tercer desafío: recuperarnos del daño que hizo el Período especial, en todas las esferas de la vida nacional. Sería pretensioso e ingenuo afirmar que la ciencia no recibió ese impacto. En 2001, el porcentaje del PIB invertido en ciencia y técnica era de 0,98%, superior al promedio de América Latina. En 2007, decreció hasta 0,72%, por debajo de la media latinoamericana de 1,09%. Nuestra producción de publicaciones científicas fue, en 2007, de 6,67 artículos por cada cien mil habitantes, cifra inferior a la media de 8,20 para América Latina y el Caribe. En una compilación hecha para la UNESCO por el Observatorio Canadiense de Ciencia y Tecnología, se registraron 775 publicaciones científicas de instituciones cubanas, contra 6 197 provenientes de Argentina, 8 262 de México y 26 482 de Brasil. La cifra de usuarios de Internet era, en 2008, de 12,94 por cada cien personas, también inferior a la de 28,11 en Argentina, 21,43 en México y 37,52 en Brasil.

Más allá de las cifras, la percepción compartida por muchos es que las dificultades económicas del Período especial afectaron sensiblemente la actividad científica, y que precisamente el sector de la biotecnología es una de las excepciones. De hecho, en el capítulo sobre Cuba del Informe UNESCO sobre la Ciencia en 2010, al tratar de los resultados de la investigación, prácticamente todos los ejemplos que se citan son de este sector. Debemos preguntarnos por qué. Obviamente, no se trata de que en unas instituciones laboren científicos más competentes o más dedicados que en otras. La respuesta hay que buscarla precisamente en el modelo de interacción directa, a ciclo completo, que se construyó con un doble trasvase: el de los resultados científicos a la actividad productiva en la misma organización; y el de recursos de la actividad comercial y exportadora hacia la científica.

Encontrar dentro del modelo económico que estamos rediseñando un esquema viable de financiamiento de la investigación científica, dentro y fuera del sistema empresarial, es uno de los retos importantes que tenemos, no solo para la ciencia, sino para el propio modelo económico. En tal sentido, el número 24 de los Lineamientos establece: “Los centros de investigación que están en función de la producción y los servicios deberán formar parte de las empresas o de las organizaciones superiores de dirección empresarial, en todos los casos que sea posible”. Ahí está uno de los componentes dela estrategia. Noel único.

Tomado de: Cuba en Noticias – Las funciones de la ciencia en el modelo económico cubano (III).