La "supertormenta" global

La humanidad ha superado los límites del planeta y se enfrenta a un complejo escenario por el impacto de las crisis hídrica, alimentaria y energética

La crisis hídrica

EL agua es fuente de vida y en general es un recurso renovable. «El agua que bebieron los dinosaurios millones de años atrás es la misma que hoy cae como lluvia», expresó Barbara Kingsolver en el sitio web de National Geographic. Tres cuartas partes de la superficie del planeta están cubiertas de agua, pero no es apropiada para uso agrícola ni para consumo humano o de animales. Tampoco lo es para muchos usos industriales. Menos del tres por ciento del agua del mundo es dulce y a veces se contamina debido a los vertidos industriales, agroquímicos y sanitarios,lo que perjudica la salud humana.

La crisis hídrica se acentúa por el cambio climático, los insostenibles patrones de consumo y la privatización del recurso. A esto se refirió el Doctor Ismael Clark, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, al decir que «el derecho humano al agua no ha podido proclamarse aún como un consenso internacional, entorpecido por las tendencias privatizadoras».

Sin embargo, existen ejemplos donde sí se ha logrado un reconocimiento como tal. Es el caso dela Carta Magnade la República del Ecuador, que reconoce que «el derecho humano al agua es fundamental e irrenunciable. El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida».

Según el informe Water Footprint of Nations 2004, del Instituto de Educación Hídrica de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO, en inglés), la «huella hídrica» global es de 7 450 billones de litros de agua al año. La huella hídrica es la cantidad de agua necesaria para sostener una población e incluye el «agua virtual» o «agua oculta», o sea, la cantidad de agua asociada a la producción de un bien de consumo o un servicio. Estados Unidos de América tiene la mayor huella hídrica per cápita, con casi 2,5 millones de litros de agua al año. La huella hídrica anual de cada cubano es 1,7 millones de litros y el 85 por ciento se vincula ala agricultura. Elconsumo de agua para uso doméstico en Cuba es similar al de Japón y Reino Unido juntos, aunque la población de esos dos países supera a la nuestra 17 veces.

Brasil, Rusia y Canadá tienen el 28,9 por ciento del agua dulce del mundo. Los cultivos de trigo, arroz, maíz, caña de azúcar y soya, abarcan la mitad del consumo global de agua de las cosechas primarias. El agua virtual asociada a un auto mediano es de300 000 litros, mientras que a un kilogramo de carne de res y a un paquete de 500 hojas de papel se asocian 15 500 y5 000 litrosde agua oculta, respectivamente.

Algunos países y regiones se están quedando literalmente secos. Libia, uno de los países más secos del mundo, llevó a cabo el proyecto de irrigación conocido como Gran Río Hecho por el Hombre, mediante el cual se extrajo agua fósil debajo del Sahara. El agua fósil ha permanecido miles y hasta millones de años en acuíferos no rellenables y al igual que el petróleo, es no renovable. El Ogallala, uno de los mayores acuíferos fósiles del mundo, formado por un lago subterráneo de hace millones de años, sostiene a una parte de la población de Estados Unidos de América.

Ante la crisis hídrica deberán usarse tecnologías más eficientes y promover estilos de vida austeros en el uso del agua, desde la alimentación y el vestir hasta el uso racional de la electricidad y el reciclaje de materiales. Habrá que garantizar también el acceso al preciado recurso a los millones de personas que aún no disfrutan de este.

La crisis alimentaria

Los precios de los alimentos se han disparado. Los factores que han llevado a esa situación son el control del comercio agrícola global por corporaciones multinacionales, la conversión de alimentos en combustible para los autos, la transformación de cereales en proteína animal, el cambio climático y otros.

«La mayor parte del crecimiento en la producción de alimentos en el último medio siglo fue construido sobre la expansión de las áreas irrigadas, las cuales crecieron de 100 millones de hectáreas en 1950 a274 millones en 1999». Así lo afirmó Brian Halweil en State of the World 2002. El experto estadounidense Lester Brown dice en su libro World on the edge, que países como Siria, Iraq, México y Afganistán se están quedando poco a poco sin agua para sostener la irrigación de sus sembradíos. Brown llama «burbujas alimentarias» a los sistemas agrícolas de los países que sostienen su producción de alimentos explotando de manera insostenible sus acuíferos o mediante el empleo de agua fósil. Para él, más de la mitad de la población mundial vive en países con burbujas alimentarias. Algunas de estas burbujas ya han explotado, como es el caso de Arabia Saudita, que pasó de autoabastecerse de trigo a dar por concluida la producción de ese cereal debido al empobrecimiento del acuífero fósil que la sostuvo durante unos 20 años.

Algunos países han empezado a alquilar tierras en otras naciones para producir alimentos. Lester Brown afirma quela empresa Hyundai HeavyIndustries, de Corea del Sur, está produciendo soya y maíz en la región de Vladivostok, enla Federación Rusa. ArabiaSaudita obtuvo en 2009 su primer cargamento de arroz producido en terrenos adquiridos en Etiopía, mientras que China adquirió siete millones de hectáreas enla República Democráticadel Congo para cultivar palma aceitera y usar sus frutos en la industria alimentaria y como biocombustible. El empleo de cosechas agrícolas como materia prima para producir combustibles genera un amplio debate. Por un lado está la contradicción que esto significa en medio de la crisis alimentaria mundial, y por otro los cuestionamientos ambientales a los llamados biocombustibles de primera generación, incluyendo su elevada huella hídrica.

La crisis energética

Más allá de la escalada en el precio del petróleo que ha caracterizado el inicio del siglo xxi, la verdadera crisis energética está por venir, debido al agotamiento real de los portadores energéticos fósiles que han sostenido a la sociedad moderna desde hace dos siglos. En 1957 el geólogo estadounidense Martin King Hubbert predijo que dado el carácter no renovable del petróleo, llegaría un momento en que la extracción superaría a las reservas de los nuevos yacimientos que se descubren, por lo que eventualmente se alcanzaría un pico y después habría un declive productivo.

Aunque solo el ocho por ciento de la electricidad que se usa en el planeta se genera a partir del empleo del petróleo (en Cuba es casi 95 por ciento), el mundo no está preparado para vivir sin esa sustancia, pues la mayor parte del transporte emplea derivados del petróleo. Además, muchos artículos de uso diario como bolígrafos, muebles, calzado, jeringuillas desechables, fertilizantes y muchos otros, se fabrican a base de petróleo. Por eso el físico ruso y premio Nobel Piotr Kapitsa llamó la atención hace 35 años, sobre la urgencia de resolver la crisis energética que él veía venírsenos encima.

El 80 por ciento del consumo mundial de energía primaria se basa en el empleo de los combustibles fósiles. Ese paradigma energético es insostenible tanto desde el punto de vista de la disponibilidad de los recursos, como de los impactos ambientales y sociales que provoca su empleo, incluyendo el aumento de enfermedades debido a la contaminación local. La generación eléctrica a partir del petróleo requiere de cuatro millones de litros de agua para producir un millón de kilowatt-hora debido a las pérdidas por la purga continua del generador de vapor, en el sellaje de las turbinas y el vapor que se emplea para mantenimiento y limpieza, entre otros factores. El agua «perdida» debe reponerse para mantener la generación eléctrica, lo que aumenta la huella hídrica del proceso. Algo semejante, aunque en menor cuantía, sucede con otras tecnologías para la generación de electricidad que usan el carbón mineral y el uranio e incluso la energía solar concentrada. Las tecnologías que se proponen para capturar el dióxido de carbono emitido por las centrales eléctricas que usan combustibles fósiles, provocan un irracional aumento de hasta 90 por ciento en el consumo de agua.

Cambiar el rumbo

No podemos dejar de alimentarnos, calzarnos, vestirnos y transportarnos. No es posible prescindir de la iluminación eléctrica, la recreación y la climatización de nuestras edificaciones. La humanidad entera precisa cubrir sus necesidades de educación, información, salud y otras que garanticen el disfrute universal de los avances de la ciencia y la tecnología y de una vida plena y digna.

Para sobrevivir y desarrollarse en medio de la «supertormenta» global creada por la acción simultánea de las crisis hídrica, alimentaria y energética, la especie humana deberá cambiar el paradigma energético insostenible reinante en el mundo desde la Revolución Industrialy el modelo de comportamiento consumista, uno de cuyos componentes esenciales es la obsolescencia percibida, que cobró fuerza después de la Segunda Guerra Mundial.Lo bueno es que los problemas están identificados y tenemos los conocimientos y las tecnologías necesarios para enfrentarlos, incluyendo reemplazar todas las fuentes energéticas usadas hoy por fuentes renovables de energía. Joaquim Sempere, filósofo, sociólogo y coeditor del libro El final de la era del petróleo barato, expresó que «pasar a un modelo energético enteramente solar y renovable es indispensable, pero seguramente no será fácil. Algunas técnicas no están del todo a punto. Se requerirán inversiones gigantescas, reconversiones industriales y reciclajes profesionales de miles de personas. Por eso cualquier demora en abordar la transición nos coloca en peores condiciones». Es hora de que la humanidad comprenda que más allá de las diferencias que existan entre los seres humanos, solo hay un planeta para vivir, por lo que debemos ser como una gran familia y cuidar nuestra casa común.

Tomado de: Juventud Rebelde

Convocados los Centros de Investigación santiagueros a debatir sobre la comunicación y la divulgación científica.

Los próximos días 17 y 18 de mayo, en las instalaciones del CNEA, se llevará a cabo el primer taller provincial “Comunicación y divulgación científica: una mirada desde los centros de investigación”, convocado porla Dirección Organizacionaldel CNEA, con el apoyo dela Delegación Provincialdel Ministerio de Ciencia y Tecnología de Cuba (CITMA).

Dirigido en esta primera oportunidad a crear un espacio para el debate e intercambio de ideas, experiencias y proyectos relacionados con la comunicación y la divulgación científica realizada desde los propios centros de investigación de la provincia; la convocatoria al taller ha tenido una buena acogida y promete contar con la asistencia de personas de formaciones profesionales muy diversas pero que apuestan por la necesidad de comunicar y divulgar los resultados de la ciencia santiaguera desde su propia fuente gestora.

De esta forma, directivos de centros de investigación, científicos, periodistas, estudiantes del pregrado de la Universidad de Oriente y del Instituto Superior de Ciencias Médicas (ISCM) de Santiago de Cuba, docentes de la sexagenaria universidad santiaguera y otros profesionales afines a la temática, debatirán sobre el papel de las entidades de Ciencia e Innovación Tecnológica en la comunicación de la ciencia y la formación de una cultura científica en la sociedad a la cual van dirigidos sus resultados científicos.

Las jornadas del Taller se prestigiarán con las conferencias que impartirán destacados especialistas e investigadores de la provincia, entre los que destacamos al DrC Giovanni Villalón, Especialista de Comunicación Social del CITMA yla Dra MaribelBrul, Presidenta de la filial provincial dela Asociación Cubanade Comunicadores Sociales. Mientras que la perspectiva de los Centros de Investigación la brindarán las conferencias impartidas porla Dra LilianaGómezLuna y el DrC Fidel Gilart González, ambos investigadores del CNEA. Este último, a solicitud del comité organizador del Taller, nos ofrecerá un fragmento de su magistral intervención en la recientemente clausurada IV Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado, en la cual abordó el debate ciencia y seudociencia en el electromagnetismo.

El espacio será propicio igualmente, para mostrar algunas experiencias que en materia divulgativa se realizan en algunos centros de investigación del territorio.

Desde las páginas de Magnetismo Aplicado brindaremos, oportunamente, detalles del desarrollo de este primer taller.

Colonialismo científico: la batalla detrás de las revistas

Colonialismo científico: la batalla detrás de las revistas

Ya no son simples instrumentos para difundir el conocimiento. También representan una especie de círculo vicioso. A mayor cantidad de citas, mayor prestigio para la revista y mayor puntaje para la carrera de investigador. El fenómeno perjudica a la producción regional, que plantea estrategias de publicación bilingüe y acceso abierto. ¿Funcionarán?
Agencia CTyS (Nadia Luna*) – No se trata de las violentas guerras entre conquistadores europeos y aborígenes americanos. Ni de la soberanía económica ejercida por las poderosas potencias mundiales sobre los países de la “periferia”. Pero el fenómeno del colonialismo científico es una arista más de la eterna disputa entre las naciones hegemónicas y las subdesarrolladas. Aquí, el trofeo es el progreso, y el campo de batalla cobra la original forma de las revistas científicas.
Las revistas siempre han sido un instrumento imprescindible para la difusión social del conocimiento científico. Pero a mediados del siglo XX, el prestigio de las publicaciones comenzó a influir cada vez más en la evaluación de la carrera de un científico y así lo demuestra la archirepetida frase “Publish or perish” (publicar o perecer).
Mientras más citados sean los trabajos publicados en una revista, mayor será su prestigio. Si bien es lógico que un investigador quiera divulgar sus papers en publicaciones reconocidas, el problema surge cuando el medio se transforma en un fin en sí mismo.
“Los científicos lo viven como una pesadilla y están obsesionados por cumplir con las normas”, cuenta a la Agencia CTyS Rubén Calmels, subsecretario de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En esta “guerra de saberes”, los países iberoamericanos corren con desventaja, ya que cuentan con menos recursos para destinar a la ciencia que los del “primer mundo”. Como consecuencia, las revistas más prestigiosas surgen de la comunidad científica anglosajona y el inglés se instituye como “lengua madre” de la ciencia.
Pero ahí no terminan las dicotomías culturales. La ciencia también desarrolla una batalla interna entre ciencias duras y blandas. “En las disciplinas duras el Factor de Impacto pesa más”, asegura Jorge Atrio, director del Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT – CONICET), introduciendo un concepto clave en esta “cruzada” cultural.
Pero, ¿cómo se modifican situaciones tan arraigadas que arremeten contra el conocimiento científico universal? Ese es el desafío que Iberoamérica se ve obligada a enfrentar, a través de editoriales, organismos de promoción científica y diferentes políticas públicas, que apuntan especialmente a estrategias de publicación bilingüe y textos con acceso abierto.
Impacto profundo
El Factor de Impacto (FI) fue definido en la década del 60 por Eugene Garfield, creador del Instituto para la Información Científica (ISI), perteneciente a la empresa multinacional Thomson Reuters. Cada año, el ISI calcula el FI de las revistas indizadas en su Science Citation Index (SCI) y lo publica en un informe de citas llamado Journal Citation Reports.
El SCI registra artículos de aproximadamente 3.300 revistas científicas de un total de 70 mil publicaciones de todo el mundo. Para visualizar la disparidad, en 2009 sólo había 34 revistas brasileras, 8 chilenas y 6 argentinas.
La ecuación es bastante sencilla. El FI se obtiene al dividir la cantidad de citas que reciben los artículos de una revista en los dos años previos al que se calcula, por la cantidad total de artículos publicados en dicha revista durante el mismo período.
“Se evalúa indirectamente la capacidad del investigador por el lugar donde ha publicado”, explica a CTyS Daniel Cardinali, doctor en Ciencias Biológicas e investigador superior del CONICET, ya que no se cuentan las citas de “cada uno de los autores, sino de la sumatoria de todos ellos”. Con este criterio, la calidad del artículo pasa a ser secundaria.
Tanto Cardinali como Atrio coinciden en que los datos de citación deben ayudar en la toma de decisiones y no ser aplicados mecánicamente. “Cuando uno se maneja de manera rígida por estos índices, puede cometer injusticias grandes, pero por otro lado no puede prescindir de eso. Tienen que ser un elemento más en la evaluación”, remarcan.
El biólogo ilustró el panorama contando lo que sucede dentro de su disciplina. “Las revistas biomédicas más prestigiosas tienen un FI de entre 20 y 35 –graficó. -Se considera adecuada una publicación biomédica con FI superior a 3 para la investigación básica y a 1.5 para la investigación clínica. En el caso de las latinoamericanas, el FI no supera el 0.5”.
Para el investigador, sería más recomendable tener en cuenta las citas reales recibidas por cada autor. “Ese es el indicador más genuino porque tiene que ver específicamente con su trabajo”, precisa. Sin embargo, reconoce que es un método inadecuado para evaluar a un científico que recién inicia su carrera, debido a que el número de citaciones todavía es bajo.
¿Colonialismo o excelencia?
“No defiendo el colonialismo, pero creo que no todo es colonialismo”, opina, por su parte, la historiadora Noemí Girbal Blacha, Investigadora Superior del CONICET y Asesora de Ciencia y Técnica en la Cámara de Diputados de la Nación. “La sociedad nos paga para producir un conocimiento que tenga el mayor alcance posible y esas realidades deben ser conocidas más allá de nuestros ámbitos locales”, explica.
La doctora Girbal habla desde su propia experiencia: dirige la colección “Convergencia. Entre memoria y sociedad” de la Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). “Claro que en las evaluaciones cuenta mucho el lugar donde uno publica -ratifica- pero no está mal. Nosotros mismos queremos que nuestro trabajo se reconozca afuera.”
La investigadora expone así su idea: “A veces creo que muchos colegas tienen miedo de hablar de excelencia académica, como si fuera algo oligárquico, y en realidad la excelencia es una buena formación al alcance de todos pero con ciertas exigencias. Si esas exigencias no existen y todo da lo mismo, me parece que eso no está bien.”
Además, Girbal coincide con Atrio y Cardinali en que importa más calidad que cantidad, porque para que una investigación sea útil no sólo hay que publicarla, sino también utilizarla. Pero justamente por eso, piensa que “es importante medir hacia fuera. Y eso no es colonialismo, sino poder estar a nivel de los demás”, enfatiza.
Aunque no siempre es posible “medir hacia fuera”. “Hay disciplinas en las que tenés que evaluar las investigaciones en un ámbito más local -explica Atrio. -Si alguien se dedica a investigar algo muy puntual, que sólo se da en la región, es difícil que despierte el interés de publicaciones extranjeras. Y ahí es donde empiezan los conflictos. Si a esa persona la evaluás por sus publicaciones en el exterior, no va a salir bien evaluada”.
Es entonces cuando “la exigencia de publicar en determinados medios termina generando el riesgo de que la publicación condicione el tema de investigación”, deduce el director del CAICYT. Es decir, el deseo de publicar internacionalmente puede llevar, a veces, hasta a orientar la investigación hacia problemáticas ajenas a la región.
El dilema de las ciencias sociales
Las publicaciones de las áreas de Ciencias Sociales y Arquitectura, excepto revistas de desarrollo económico, directamente no se tienen en cuenta en el SCI. ¿Por qué? El doctor Cardinali explica que “en las ciencias sociales, por el tipo de producción, la cuestión es mucho menos internacional y preocupa más regional o nacionalmente”.
Girbal, por su parte, pone el ejemplo de los “Cuadernos de GeoHistoria Regional” y la “Folia Histórica del Nordeste”, publicaciones del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI – CONICET), que tienen una trayectoria de casi cuatro décadas.
“La mayoría de los autores son investigadores del CONICET o de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), pero en las evaluaciones académicas la ponderación es baja porque se le atribuye poca apertura internacional”, lamenta la historiadora.
De todos modos, Cecilia Rozenblum, bibliotecóloga del área de Publicaciones de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FAHCE) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), marca un cambio. “En humanidades se tiende a publicar más en revistas nacionales. Pero como el CONICET no da puntaje a las revistas argentinas, todos, desde las dos áreas de conocimiento, están publicando en revistas extranjeras”, relata.
Para la editora de la UNQ, “los esfuerzos para lograr proyección internacional hoy están hechos y avanzan progresivamente, en casi todas las revistas de este ámbito. Corresponde ahora que en las instancias de evaluación se dejen de lado los prejuicios y que estas publicaciones no sigan siendo invisibles y subvaluadas”, sugiere.
Una torre de Babel científica: problemas de cooperación e idioma
Al incentivar la publicación científica local, se busca propiciar una cultura de integración iberoamericana. Sin embargo, muchos investigadores señalan deficiencias de coordinación regional. “Me parece que las políticas científicas se han trazado igual que el ferrocarril inglés”, reflexiona Calmels. “Es un punto que va a distintos lugares del interior pero que, por adentro, no hay ninguna comunicación. Eso hay que construirlo”, afirma.
“Hay una falta de coordinación –coincide Rozenblum- porque sino no se daría el hecho de que el CONICET valúe cero las revistas nacionales y Brasil valúe con mayor puntaje a sus revistas. No se han puesto de acuerdo, quizás no se han planteado la problemática”, asume.
El editor de la UBA vislumbra una potencial solución a través de una situación concreta. “El MERCOSUR no se puede quedar sólo en un mercado común, debería dar una vuelta más sobre aspectos culturales y científicos -especula. -Tenemos que acordar políticas científicas con Brasil, por ejemplo, y aumentar la cantidad de proyectos en común”.
Segunda cuestión: el idioma. “Me parece que el idioma tiene más sentido para las ciencias duras o exactas”, indica Girbal. Cardinali, entonces, opina que la publicación bilingüe “puede ayudar a que los investigadores se vuelquen hacia los órganos locales”, ya que cumpliría con la misión de difundir tanto en sus respectivos países como fuera de ellos.
Pero aún dentro del mismo idioma, el lenguaje de los papers es cada vez más técnico y dificulta el entendimiento, incluso entre científicos de la misma disciplina pero distinta rama. Si a eso se le suman las diferencias de habla entre países, el asunto sólo empeora. “Creo que una cuestión importante para los investigadores más jóvenes es la necesidad de que hablen un lenguaje que pueda ser entendido por la sociedad”, apunta el biólogo.
Acceso Abierto: por la democratización del saber
“Las estrategias deben centrarse en la mayor difusión y visibilidad de las publicaciones, facilitadas por el acceso universal a Internet”. Así introduce el doctor Cardinali un fenómeno que viene en expansión: el “Acceso Abierto” (Open Access). Se trata del acceso libre y gratuito a material en formato digital, especialmente utilizado para artículos de investigación científica. Se dividen en dos grandes grupos.
Los repositorios son archivos de papers, que usualmente almacenan la producción de una determinada institución. Las revistas, en tanto, cuentan con un proceso de evaluación por pares (referato o peer review) que los artículos presentados deben superar para ingresar a la publicación, por lo que otorgan prestigio al investigador. Pero hay diferentes posturas.
“No soy partidario de una apertura total”, sostiene Calmels, al referir que las universidades de los países centrales tienen políticas científicas que responden a sus políticas imperiales. “Yo no le abriría completamente a Oxford, por ejemplo, porque ellos no abren sus archivos y revistas”, argumenta. En cambio, Rozenblum asegura: “Estamos absolutamente a favor del acceso abierto. Nuestro fin es que se conozcan los trabajos de los investigadores”.
El CAICYT es el organismo nacional encargado de administrar diferentes proyectos que promueven la publicación regional. La “vida” de una revista comienza con el ISSN (International Standard Serial Number), el código de identificación de toda publicación periódica (científica o comercial).
El siguiente paso es Latindex, una iniciativa generada a fines de los ´90 por la Universidad Autónoma de México (UNAM), que es un portal compuesto por un Directorio (entran prácticamente todas las publicaciones de carácter científico) y un Catálogo (que indiza sólo las revistas que superan un proceso de evaluación editorial).
Luego, está el Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas (NB), específico para publicaciones del país, con requisitos más restrictivos que Latindex. Por último, las revistas del NB tienen la posibilidad de ingresar a SciELO (Scientific Electronic Library Online), una red iberoamericana de bibliotecas electrónicas con revistas científicas a texto completo.
“Hoy estamos en unas 70 publicaciones argentinas en SciELO”, afirma Atrio, y explica que los que quieran entrar tendrán que adherir a las Creative Commons, una serie de licencias gratuitas que consignan libertades y restricciones para quienes citen y utilicen una obra. Son originarias de Estados Unidos, pero ya hay unos 30 países en proceso de traducción de las licencias. “Va a ser una fuerte promoción al acceso abierto en la región”, destaca.
Otra iniciativa regional importante es Redalyc, la Red de Revistas Científicas de América Latina y El Caribe, España y Portugal, que surgió en 2003 impulsada por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Hoy cuenta con más de 700 publicaciones.
También está Dialnet, un repositorio científico iberoamericano creado por la Universidad de La Rioja, España, que incluye más de siete mil revistas y más de tres millones de documentos, y en cuyo ranking de artículos publicados Argentina figura en sexto lugar.
“El acceso abierto es extremadamente importante. Pero alguien tiene que pagarlo”, reconoce Cardinali, y da el ejemplo de “´BioMed Central´, que cuenta con una gran cantidad de revistas médicas inglesas pero le cobra al autor 500, 600 o mil euros por cada publicación, lo cual muchas veces representa la totalidad del subsidio que tiene una persona acá.”
Al mismo tiempo, las revistas y repositorios son emprendimientos que hay que mantener, obligación que se dificulta debido a la escasez de recursos. “Hay centros de investigación muy chiquitos que cuentan con un equipo de trabajo menor, donde no hay plata destinada al editor de la revista. Entonces el comité editorial no cobra, y tiene que hacer su tarea como docente y como investigador, además de la revista”, describe Calmels.
“Los organismos de ciencia deberían asociarse regional e internacionalmente, para que los investigadores que trabajan en esos países tengan la posibilidad de entrar al acceso abierto de manera libre”, concluye Cardinali.
No se tratará de violentas guerras entre conquistadores europeos y aborígenes americanos. Pero el fenómeno del colonialismo científico está causando más de un dolor de cabeza por estos pagos. Sin embargo, la batalla cultural continuará.
*Colaboración: Gaspar Grieco.
Tomado de: Agencia CTyS.

EL DEBATE: ¿Empujados o atraídos? Movilidad del personal altamente cualificado

A menudo, explicaciones que parecen debates académicos superados aún perduran en algunos discursos, en las medidas políticas propuestas, en los mensajes de los medios de comunicación o en la opinión pública en general.
Esto ocurre con la movilidad de los profesionales altamente cualificados quienes, según la mayoría, no emigran sino que se desplazan de unos países a otros; no son expulsados sino atraídos por las instituciones científicas o académicas extranjeras; no causan problemas de socialización sino enriquecimiento. Estos mensajes positivos se multiplican evitando el angustioso debate sobre la pérdida de capital humano y la responsabilidad internacional de todos los países involucrados en los flujos de entrada y salida. Es un discurso interesado pues predica sus beneficios mientras limita las entradas y los permisos de residencia a colectivos similares con nacionalidades diferentes, o que presuntamente no son tan necesarios para las economías locales. Además, las cuotas no son estables en el tiempo sino que cambian de manera discrecional según cada equipo de gobierno, tal como ahora mismo está ocurriendo en Reino Unido
Para continuar leyendo el texto puede acceder la Revista Ibeoramericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad, a través del siguiente enlace: EL DEBATE: ¿Empujados o atraídos? Movilidad del personal altamente cualificado.

Si no podemos explicar con la ciencia que existe, intentemos explicar con la ciencia que no existe.

Como en las mejores novelas de la literatura mundial, la IV Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado deparó el momento climax para su jornada final: La Conferencia Magistral “Magnetobiología y tratamiento magnético del agua: ciencia y pseudociencia”, impartida por el Dr.C Fidel Gilart González, fue literalmente una clase magistral sobre cómo debe enfrentarse la ciencia, haciendo hincapié en la rama que estudia los campos magnéticos y electromagnéticos y sus aplicaciones en diversas ramas del quehacer científico.
Como reconoce el Doctor en Ciencias Físicas, miembro del Consejo Científico del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado, la esfera del magnetismo, desde sus orígenes, siempre ha sido de las más perjudicadas por la pseudociencia; los misticismos, las exageraciones y las falsedades, se han convertido en una sombra acompañante del uso del magnetismo en varias ramas de la ciencia, con especial énfasis en la medicina.
Entre las principales críticas que se le hacen al magnetismo y sus aplicaciones, el Dr.C Gilart señaló las siguientes:
*La falta de una teoría científica que explique satisfactoriamente los efectos observados.
*Los reportes contradictorios sobre el uso de campos magnéticos similares.
* La divulgación de los resultados se hace en muchas ocasiones a través del uso de un lenguaje pseudocientífico, que contribuye a demeritar las experimentaciones que sí cuentan con un basamento teórico.
* La falta de rigor científico de algunas investigaciones.
Entre algunos de los méritos, de los tantos con que contó la exposición del DrC Gilart, cabe señalar la aclaración de terminologías erróneamente usadas, en ocasiones por los propios investigadores que experimentan en esta rama, y que tienden a barnizar de pseudociencia investigaciones con un buen rigor científico. Entre las sugerencias planteadas en la conferencia podemos mencionar el uso de la frase agua tratada magnéticamente y no las incorrectas “agua magnética” o agua magnetizada”; así como, el más exacto término de acondicionador magnético para referirse a los hasta ahora nombrados magnetizadores.
La Conferencia estuvo estructurada de forma tal que se mostraron evidencias de los principales enfoques pseudocientíficos que abundan en la actualidad en la INTERNET, y que obtienen amplias repercusiones a través de los medios de divulgación, haciendo mella en la credibilidad de otras investigaciones de mayor rigor científico en la materia; y luego se presentaron los principales avances en la explicación física de los efectos observados como consecuencia del tratamiento magnético del agua.
Aseguró el también Profesor Titular de la Universidad de Oriente, que aún cuando los efectos de los campos electromagnéticos de alta frecuencia están mejores documentados, los efectos de los campos magnéticos débiles (< 0,1mT) y de frecuencia extremadamente bajas (< 300Hz) son mucho más contradictorios, fundamentalmente, porque las experimentaciones con estos, tienen, hasta el momento, baja reproducibilidad.
Asegura el DrC Fidel Gilart, que debido a esto, la teoría que soporta la Magnetobiología, definida como la ciencia en desarrollo que estudia los efectos biológicos de los campos magnéticos, está lejanamente retrasada con relación a los experimentos.
No obstante este handicap, el Dr.C Gilart culminó su conferencia con la mención de estudios científicamente corroborados, que aportan evidencias satisfactorias acerca de los beneficios de los campos magnéticos estáticos (los más criticados en ocasiones) sobre diversos sistemas biológicos como: cambios en la hidratación de los tejidos, crecimiento y ciclo celular, estructura de membranas biológicas, reproducción y desarrollo, entre otros.
Una exposición brillante, digna de ser incluida en los primeros cursos de las carreras docentes que intenten formar verdaderos científicos, esos que sean capaces de explicar con la ciencia que no existe, aquello que no podemos explicar con la ciencia que existe.
Puede descragar la Conferencia del Dr.C Fidel Gilart González haciendo click en el siguiente vínculo: Tratamiento magnético del agua: ciencia y pseudociencia

Primera jornada de trabajo en Comisiones

Todavía hace eco en la mente de todos los participantes en la IV Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado, la Conferencia Inaugural impartida en la noche de ayer por el Dr.Cs Homero Calixto Fuentes, la cual ha servido de hilo conductor en casi todas las comisiones de trabajo que dieron inicio en la mañana de hoy, con presentación de trabajos científicos y el debate generado por los mismos. Una jornada matizada además, por la activa presencia de los medios de prensa acreditados, lo cual nos llena de satisfacción.

Electroterapia y Cáncer: Avances y Perspectivas

Así se tituló la Conferencia Magistral impartida por el Dr.C Héctor Camué Ciria , la cual abrió la primera jornada de trabajo en Comisiones de la IV Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado. Una temática de sumo interés si se tiene en cuenta que esta enfermedad constituye la segunda causa de muerte en el mundo y la primera en nueve de las 15 provincias cubanas, según datos aportados por el expositor.

Nos enfrentamos a uno de los procedimientos alternativos que intentan compensar la ineficacia que aún demuestran los procedimientos convencionales, dígase la cirugía, radioterapia y quimioterapia; y consiste en la aplicación de una corriente eléctrica directa (CED) sobre o en los alrededores del tejido tumoral.

El desarrollo de la electroterapia extiende sus bases hasta la segunda mitad del siglo XVIII, pero no es hasta las décadas de 1960 y 1970 del pasado siglo que se establecen los primeros fundamentos científicos y tecnológicos relacionados con el uso de las CED en tumores, gracias a los trabajos de Schaubel y Habal. En 1978, las investigaciones del investigador sueco Nordeströn, evidenciaron las potencialidades clínicas del método, y desde entonces su uso se ha extendido a varios países entre los que destacan China, Suecia y Eslovenia, mientras que en Latinoamérica Argentina, Brasil y Cuba incursionan en este campo.

Las modalidades de tratamiento varían en dependencia de la colocación de los electrodos (fundamentalmente de platino o platino-iridio), respecto al tejido tumoral, pero en todos los casos se trata de aprovechar los cambios bioquímicos que tienen lugar en el tejido tratado como consecuencia de las reacciones electroquímicas que tienen lugar en el entorno de los electrodos, para lograr la regresión parcial o total del tumor.

Los resultados obtenidos se han tratado de explicar por varios mecanismos entre los que se mencionan la apoptosis o muerte celular programa, la generación de especies reactivas del oxígeno, los cambios en los potenciales de membrana, daño mitocondrial, y otros; lo cual evidencia la complejidad propia de un sistema como el cáncer. Sin embargo, más allá de la variedad y aparente disgregación en los mecanismos que soporten los resultados, éstos son evidentes. En el caso de la experiencia cubana, liderada por el grupo del cual forma parte el Dr.C Héctor Camué, han logrado convertir en operables, tumores diagnosticado de inoperables por parte de los cirujanos, lo cual redunda en una mejor calidad de vida de los pacientes. En el caso cubano, los estudios clínicos realizados, algunos bajo asesoría de investigadores chinos, han sido hechos en pacientes en los cuales todas las restantes terapias convencionales habían fracasado.

El Dr.C Héctor Camué durante su Conferencia Magistral "Electroterapia y Cáncer: Avances y Perspectivas"
El método de la Electroterapia en el cáncer, se caracteriza por su seguridad y sencillez, y normalmente con una sola aplicación es suficiente para lograr el efecto deseado, aspecto que puede ser mejorado si en definitiva, en la clínica, se logra encontrar el punto temporal, denominado punto crítico, en el cual los modelos matemáticos que soportan la investigación del grupo al cual pertenece el DrC Camué sugieren que se aplique el tratamiento para lograr la regresión total del tumor.

No obstante sus ventajas, el método tiene limitantes. Por ejemplo, no puede ser aplicado en tumores del sistema hematolinfopoyético, o tumores del Sistema Nervioso Central, así como tampoco a pacientes con un umbral de dolor muy bajo.
En la actualidad, el Grupo de Electroterapia y Cáncer liderado por el Dr.C Luis Bergues Cabrales, encamina sus esfuerzos en la demostración de los mecanismos de acción propuestos, así como en la creación de modelos biofísicos y matemáticos que soporten el establecimiento de este procedimiento como tratamiento alternativo para la lucha contra el cáncer.

De las Comisiones de Trabajo

Las cuatro Comisiones de Trabajo de la IV Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado (agropecuaria, salud, industria y compatibilidad electromagnética, en sus nomenclaturas abreviadas) comenzaron sus sesiones en el día de hoy, con excelente afluencia de delegados.

La idea de la sistematización y generalización de la investigación científica como herramienta transformadora, se evidenció en los trabajos expuestos en cada una de las comisiones de trabajo.

La "Comisión de Agropecuaria" en plena faena.
En la Comisión que abordó el tema de las aplicaciones del tratamiento magnético en la industria, se presentaron experiencias de investigaciones básicas sobre el tratamiento magnético a crudo (petróleo) cubano, y sobre el crecimiento de cristales de sacarosa en solución pura y en licores de la industria azucarera.

Destacó el interés de los investigadores en proponer mecanismos físicos de acción de los campos electromagnéticos sobre las muestras tratadas para explicar los resultados obtenidos en la experimentación. Esta comisión extendió sus debates a la jornada de la tarde con la celebración del Taller “Tratamiento magnético: avances en las investigaciones y la innovación en la industria”, durante el cual se expusieron diferentes experiencias en el uso de dispositivos magnéticos en la industria, la pertinencia de su utilización y las metodologías a seguir para lograr resultados óptimos con su aplicación.

La Comisión de Compatibilidad Electromagnética se destacó hoy la participación de profesores de la Universidad de Oriente con un trabajo relacionado con la aplicación de técnicas magnéticas para la restauración de propiedades mecánicas y estructurales del acero. Este material también fue el objeto de estudio de otros investigadores y profesores de la propia universidad quienes propusieron un método novedoso para la determinación de propiedades mecánicas de este material. Perú también mostró sus experiencias en la caracterización de los niveles de contaminación electromagnéticas unidades asistenciales de fisioterapia en Lima, trabajo presentado por el profesor Fernando Gallegos, de la Universidad Nacional de Ingeniería.

Según recoge la relatoría de la jornada inicial de la Comisión que debatió los trabajos relacionados con las aplicaciones de los campos magnéticos en la agropecuaria, los mismos se destacaron por la madurez en los temas abordados, observándose un marcado interés por no sólo explicar los efectos de los campos electromagnéticos y magnéticos a nivel macro, sino que se profundiza en mecanismo bioquímicos de acción de estos campos sobre los sistemas biológicos tratados. De esta forma, ya hoy se presentan trabajos que demuestran la influencia de los campos magnéticos sobre enzimas antioxidantes y sobre el metabolismo secundario de plantas. Igualmente de interés resultaron los trabajos presentados sobre la influencia del riego con agua tratada con campo magnético sobre la resistencia de las plantas al ataque de patógenos, un estudio que surgió como parte de un trabajo previo donde se sugirió su realización, evidenciándose de esta forma, que la ciencia se genera también del debate y exposición de sus resultados.

Durante la sesión se estableció un excelente marco de diálogo para la colaboración entre instituciones y se demostró la necesidad de la correcta caracterización magnética de las instalaciones utilizadas en la investigación. Se destacó el pensamiento innovador con soluciones generalizables en la práctica.

En la Sala de Conferencias No. 1, por su parte, sesionó la Comisión que trató sobre las aplicaciones del campo magnético en la medicina. A primera hora los delegados debatieron experiencias relacionadas con la aplicación de imanes permanentes y pirámides en enfermedades del Sistema Osteomioarticular. Estos trabajos beneficiaron a pacientes de todo el país con buenos resultados y actualmente se prepara para extender aun más la experiencia, en este sentido, el debate se encaminó a la aclaración de los parámetros de campo utilizados en los estudios, los temas que aún se hace necesario esclarecer sobre el uso de las pirámides dados sus evidentes resultados, no solo en la medicina sino en otras ramas, dado que no se cuenta con equipamiento para, desde el punto de vista físico, explicar los fenómenos que se producen en el espacio que encierra. Se propuso la realización de meta análisis que permitan consolidar los resultados de estas y otras investigaciones que a nivel internacional se realizan, de forma tal que se llegue a un nivel superior de consolidación de los conocimientos. Luego de estos temas fueron presentados otros cuatro trabajos que versaron sobre la aplicación del campo electromagnético de frecuencia extremadamente baja (FEB), cada uno con sus características particulares, pero que evidenciaron la eficacia los mismos en enfermedades tales como el tratamiento de la Psoriasis Vulgar, Enfermedades del Colágeno y patologías del SOMA que afectan particularmente a atletas y población en general tales como sinovitis, rupturas musculares, tendinitis, bursitis y otras. Particularmente interesante resultó la presentación del tratamiento del cáncer con campos magnéticos de baja frecuencia y la propuesta de un mecanismo de acción en el que juega un papel fundamental la producción de radicales libres del oxígeno como mediadores de los procesos de apoptosis de las células neoplásicas. Un tema presente en todo el debate de los trabajos y aun no esclarecido por los investigadores del tema es la preocupación de los investigadores por el esclarecimiento del mecanismo de acción del campo magnético al interactuar con los sistemas biológicos y la necesidad de publicar los resultados para que sean del conocimiento de la comunidad científica internacional que se dedica a la investigación relacionada con estos temas.

La jornada de análisis cerró con la celebración del Taller sobre “Gestión del Conocimiento y la Innovación para el Desarrollo” en el cual, una vez más, se evidenció que el conocimiento genera valor en la medida en que se socialice, que sea transmitido; no sólo, agregaría yo, en la realización de eventos como el CNEA’2011 o la publicación en revistas arbitradas, sino en la comunicación y divulgación de ese conocimiento hacia la sociedad con vistas a crear una cultura científica que vaya a la par con la aplicación de los resultados de la ciencia en ese propio contexto social.

Por su parte, la Dra.C Margarita Moncada, abordó el tema de la evaluación del impacto social de las ciencias, haciendo hincapié, en la evaluación del impacto de las Instituciones científicas, toda vez que normalmente el análisis de impacto queda restringido a proyectos.

Para hoy está reservada la Conferencia Magistral «Efectos del agua tratada magnéticamente sobre los sistemas biológicos», previo a la segunda jornada de trabajo en Comisiones.

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Magia, pseudociencia y ciencia. (IV y final)

Magia, pseudociencia y ciencia.
Una reflexión desde la Neurobiología (IV Parte)

Por DrC. Jorge A. Bergado Rosado y DrC. William Almaguer Melián (Centro Internacional de Restauración Neurológica, CIREN)
Ciencia y pseudociencia
El hombre moderno y civilizado, cree en la ciencia y confía en ella, y aunque no por eso deja de creer en otras cosas, su visión del mundo se apega cada vez más a las interpretaciones que ofrece la ciencia moderna.
Obnubilados y timadores siempre han existido. Cualquiera puede, lleno de ingenua buena fe o con execrable ánimo de lucro, construir hipótesis descabelladas o aplicar terapias y tratamientos inoperantes. Solo que hoy en día, para lograr una mayor credibilidad, han debido disfrazarlos de ciencia. Surge así un fenómeno de nuestro tiempo: la pseudociencia, algo que parece ciencia, pero no lo es. Basta con que alguna vez, por azar, parezca que funciona; ese acontecer fortuito será disfrazado de hecho científico y adornado con palabras, poderosas palabras -como energía-, y nos será ofrecido como solución efectiva a problemas reales.
Cuando digo que parezca funcionar quiero decir exactamente eso, que ofrezca al menos la apariencia de que puede funcionar. Lo que un científico hace es probar experimentalmente si funciona o no; lo que el pseudocientífico hace es retar al crítico y decirle: “Demuestra que no es cierto”, escamoteando con malas artes que su deber primero e intransferible sería aportar las pruebas, los hechos comprobados, que demuestren lo que afirma. Quien propone una verdad tiene la obligación de demostrarla, y no al revés.
La sociedad capitalista moderna sufre de males raigales y terribles. La explotación despiadada de seres humanos y recursos naturales genera tragedias enormes y tiene al mundo al borde de una catástrofe ecológica devastadora. Algunos profetas acusan a la Ciencia de ser culpable de este entuerto, lo cual además de injusto, es falso. La Ciencia es conocimiento y el conocimiento es poder. Usarlo razonablemente, usarlo solidariamente, usarlo sabiamente, es algo que la sociedad capitalista no ha sabido y nunca sabrá hacer, a menos que renuncie a sus esencias consumistas, egoístas y derrochadoras.
Nuestra sociedad se debate en un mundo lleno de problemas, crisis y amenazas aparentemente sin solución. La caída del socialismo europeo parece habernos dejado sin esperanzas de un futuro mejor para todos. Nosotros, y muchos como nosotros, creemos que eso no es cierto, pero de momento, la realidad percibida por una buena parte de la humanidad es bastante pesimista, por no decir apocalíptica.
En tiempos así los hombres se debaten, las ideologías se derrumban y se alzan y se renuevan. Aparecen, se nos proponen y se nos venden, todo tipo de soluciones, todo tipo de refugios, todo tipo de líderes, todo tipo de Mesías. Son tiempos de incertidumbre y búsqueda, una aparente vuelta atrás en la espiral de la evolución.
Profetas, farsantes y lunáticos preconizan el fin de la Ciencia, el cambio de paradigma, la vuelta al pasado, las medicinas antiguas y las terapias místicas. Los seres humanos, confiados y crédulos, buscan asideros y consuelos. Surgen o resurgen engendros en forma de pseudociencia o religión, o ceremonias mágicas, o ritos ocultistas, reunidos malsanamente.
Las predicciones astrológicas ocupan espacios inauditos en los medios de prensa, conjuntamente con dietas mágicas que nos convertirán en Venuses y Adonis. La gente regresa a los antiguos cultos, y adquieren fuerza y popularidad teologías relegadas, desde el Espiritismo a la Teosofía; incluso aparecen nuevas religiones como la Cienciología, creada por un escritor de ciencia ficción en los Estados Unidos y que cuenta entre sus adeptos a populares estrellas de Hollywood.
Curadores y espiritualistas difunden el Reiki y el Feng shui, la imposición de manos y la radiestesia y hasta algunos médicos aceptan y recomiendan viejos métodos de curación con respaldo científico pobre o ausente, como la homeopatía y la terapia floral, que no tienen nada que ver con el tradicional uso de las plantas en tisanas o cocimientos para aliviar determinadas dolencias.
El hombre imaginativo, confiado y gregario, tiene premisas biológicas que lo predisponen a la credulidad. Pocas repeticiones, aislados aciertos azarosos, bastan para darles fuerza y sustento. Nuestro cerebro predictor no necesita muchas repeticiones y adquirir un pensamiento científico no es algo sencillo, pues requiere de un entrenamiento riguroso y largo.
A modo de conclusiones
Al presentar estos argumentos no lanzamos el anatema fatalista de que el hombre está biológicamente condenado per secula seculorum a ser supersticioso. La evolución de la cultura humana y el desarrollo de la Ciencia nos han dotado de un método poderoso y sencillo (al menos conceptualmente) para distinguir entre ilusión y realidad.
La evolución cultural de la humanidad es un proceso complejo, pero con más avances que retrocesos. Magos, brujos, sacerdotes y científicos, son escalones dentro de ese proceso, que se suceden unos a otros, pero que también pueden coexistir y de hecho lo hacen distintas formas de pensamiento y de entender el mundo. Si primero fue desplazada la magia por la religión y luego esta por una cosmovisión científica, esos desplazamientos no han significado la extinción de las anteriores; en la sociedad viva está toda la historia del pensamiento humano.
Hay que reconocer que la sociedad no evoluciona in toto, y que en cualquier etapa del desarrollo subsisten y persisten todas las formas anteriores de su evolución. Los pseudocientificos, en la más benévola de las consideraciones, lideran un amotinamiento contra la ciencia desde el pensamiento anterior a la ciencia.
El pensamiento científico es el logro más alto de la cultura humana, nada compite con él, nada se le aproxima, ni siquiera la 9na. Sinfonía de Beethoven. Aprender a pensar científicamente es aprender a vivir y actuar de otra manera, pero vale la pena. El universo, el mundo, la vida, son maravillas tan espléndidas que no hace falta aderezarlas con espectros.
Bibliografía Consultada
Llinás, R.: El cerebro y el mito del yo. Editorial Norma. Bogotá 2003
Frazer, G.: La Rama Dorada. Magia y Religión. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2009
Kandel, E.R, Schwartz, J.H. y Jessell, T.M.: Principles of Neural Science. 4ta Ed. McGraw-Hill, New York, 2000
Agradecimientos
Los autores agradecen al Prof. Ivan Izquierdo de la Universidad Federal de Río Grande de Sur (Brasil) y al Prof. Luis C. Silva del Centro Nacional de Información Científica sus comentarios, críticas y sugerencias al presente trabajo. También agradecemos el estímulo recibido de otros colegas consultados para perseverar en este empeño.

Magia, pseudociencia y ciencia (III)

Magia, pseudociencia y ciencia.
Una reflexión desde la Neurobiología (III Parte)

Por DrC. Jorge A. Bergado Rosado y DrC. William Almaguer Melián (Centro Internacional de Restauración Neurológica, CIREN)
Hombre, sociedad, magia y religión
El hombre biológico posee una imaginación poderosa y es gregario. El gregarismo se construye sobre bases de confianza; confianza en los otros miembros del grupo, horda, tribu, nación o estado. Aunque muchas personas hoy día reniegan de la confianza, lo cierto es que aún hoy, nuestra existencia en sociedad se basa en la confianza mutua. Confiamos en el conductor del ómnibus que nos lleva al trabajo, en el panadero que elabora el pan nuestro de cada día, en el médico que nos prescribe un tratamiento… Son solo ejemplos, la lista sería demasiado extensa.
De modo que nuestro imaginativo y gregario hombre biológico se sociabiliza con otros en quienes confía y además ¡habla!
La palabra es, sin dudas, la herramienta más útil y el arma más poderosa inventada por el hombre. La palabra permite coordinar acciones, describir lo existente, pero también lo imaginario. Es también una vía para conservar y hacer durar una forma nueva de herencia sin parangón biológico: la herencia cultural.
Así pues el hombre, en su vida social, ha añadido nuevas formas de aprender y de establecer asociaciones a partir del lenguaje. Indudablemente, el lenguaje puede sustituir la experiencia más o menos eficazmente según la “labia” y el poder histriónico de nuestro interlocutor.
Escuchar la narración de dolores terribles no duele, pero funciona perfectamente para el establecimiento de asociaciones; basta con imaginarlo, lo cual es extremadamente útil. No todo el mundo tiene que aprender por experiencia propia lo peligroso que es introducir objetos metálicos en una toma de corriente. A esto llamamos aprendizaje preceptivo que consiste, básicamente, en aprender de la experiencia de otros, transmitida por la narración oral; una información en la cual confiamos.
El hombre social y primitivo tenía dudas, temores y necesidades. Magia y religión surgen y evolucionan de la combinación de todas estas cualidades y de todos estos peligros y preguntas. La primera es un intento de manipular la naturaleza, la segunda un intento de comprenderla.
La creencia en la magia se fundamenta en una asociación imaginada entre fenómenos naturales, o entre estos y acciones humanes. En muchos casos la acción humana remeda una acción natural que se asocia con el fin deseado, como ocurre en lo que Frazer define como magia homeopática. El trueno se asocia a la lluvia, el tronar de un tambor mimetiza la acción del trueno y debe, por tanto, hacer llover.
El inventario de ceremonias mágicas que han existido a lo largo de la historia humana es enorme. Cada pueblo y cada cultura las tuvieron. Simples o complejas, ingenuas o sofisticadas, inocentes o crueles hasta el sacrificio humano. La magia fue un recurso primitivo y, las más de las veces, fallido; eso la hizo ceder en primacía a la sumisión ante imaginarios, etéreos y poderosos seres: espíritus y dioses. Ceder no significa desaparecer. Sorprende hoy constatar que las prácticas mágicas siguen siendo en nuestra moderna y civilizada sociedad un recurso empleado por millones de personas -en todo el mundo- para obtener el bien para sí y los suyos o el mal para sus enemigos.
No excluimos, por supuesto, a nuestro país, donde florece la hechicería asociada fundamental, aunque no exclusivamente, con los cultos africanos. La larga vida de la magia es una muestra de la fuerza de las asociaciones, aún de las que nos llegan por vía indirecta. Tienen poderes de hechizo esas anécdotas que se narran ponderando la efectividad de prácticas mágicas y conjuros. Los fracasos, las predicciones no cumplidas y los ensalmos fallidos se olvidan, se pasan por alto ante el ocasional y aparente éxito de algunos intentos. Por eso la magia pervive a pesar de sus reiterados fracasos. La magia es primitiva, pero es expresión del afán del hombre por encontrar vías útiles para poner las cosas del mundo y la naturaleza a su favor y servicio.
La imaginación del hombre es poderosa, mucho más que los fracasos. Este inventó un espíritu para sí, y lo extendió a otros seres vivos e inanimados, dando así origen a la pléyade de ánimas que repletan los panteones totémicos primigenios. Incapaz de dirigir a su antojo a las fuerzas naturales, la rendición llega en la religión. En lugar de exigir, suplica. Y los espíritus se transforman en dioses que se van sublimando en un dilatado proceso de depuración intelectual hasta convertirse en monopólicos seres eternos y todopoderosos, sin rostro ni cuerpo, etéreos y omnipresentes, insondables en sus propósitos y omnisapientes.
Los dioses fueron hipótesis colosales, y más que eso: fueron herramientas sustitutivas de las ineficaces ceremonias mágicas. La religión, vista en una perspectiva histórica, fue la claudicación de los hombres ante sus propias creaciones y dominó la vida y la cultura europeas durante la larga noche intelectual del medioevo.
Los dioses compartidos fueron también elementos de unión de las sociedades humanas primitivas y, por ese camino, llegaron a ser herramientas de enorme valor para justificar la explotación de unos hombres por otros en las sociedades clasistas, desde su inicio hasta hoy.

Magia, pseudociencia y ciencia. (II)

Magia, pseudociencia y ciencia.
Una reflexión desde la Neurobiología (II Parte)

Por DrC. Jorge A. Bergado Rosado y DrC. William Almaguer Melián (Centro Internacional de Restauración Neurológica, CIREN)
El pensamiento científico es el cenit de la cultura humana
La Ciencia es un método valioso y útil, aunque no infalible, de poner a prueba las asociaciones que el pensamiento y la experiencia nos sugieren. Es decir, nuestras hipótesis. El experimento científico es la vía para comprobar si esa asociación imaginada es real y obedece a una relación causa-efecto (causal), o si se trata de una relación fortuita (casual). Las relaciones comprobadas por la experiencia son hechos, hechos científicos y una buena parte de la labor cotidiana del investigador es obtener evidencia confiable sobre la realidad de relaciones supuestas. O sea, establecer hechos científicos. Los hechos científicos convierten a la hipótesis en tesis, estas permiten la elaboración de teorías científicas, concatenaciones de ideas que aspiran a interpretar, del modo más simple posible, los hechos comprobados.
Las teorías científicas no son inmutables. Cuando nuevos hechos probados lo hagan necesario, las teorías se renuevan, se modifican o se sustituyen. Las teorías más sólidas y comprobadas se consideran leyes de la naturaleza, lo que tampoco concede perdurabilidad eterna.
La ciencia no es un dogma. No se impone, nada en ella es inmutable, nada en ella tiene pasaporte a la eternidad. Los científicos serios comparten este credo, pero también comparten su escepticismo, su duda metodológica, para aceptar como un hecho algo que no haya sido probado rigurosamente mediante la experimentación, empleando métodos y diseños apropiados. La ciencia no es, por tanto, un sistema cerrado, pero tampoco tan abierto como para aceptar como verdadera cualquier especulación seductora que no haya sido suficientemente probada.
Así hemos progresado. En poco tiempo, apenas cuatro siglos, la nueva Ciencia, armada de esta herramienta metodológica, construyó un colosal monumento intelectual: el de la Ciencia Moderna, donde la física se articula con la química, y ambas con la biología, que no requiere ya de fuerzas vitales, ni demiurgos, ni otros espectros porque es un proceso físico y químico.
La Ciencia Moderna permite viajar, sin solución de continuidad, desde el átomo hasta el organismo, desde la partícula subatómica hasta el universo. Puede que alguna pieza, de momento no encaje, pero ¿en qué disminuye un ladrillo rajado la magnificencia de una catedral?
Con la ciencia hemos construido máquinas y herramientas, hemos entendido las bases de la vida e interpretado innumerables enfermedades y las hemos prevenido y curado. La ciencia nos ha permitido comprender la naturaleza, y las aplicaciones de la ciencia (lo que llamamos tecnología) ponerla a nuestro servicio, aunque hoy la misma ciencia nos ayuda a comprender que no se trata de dominarla, sino de convivir con ella en armonía.
El cerebro predictor, la magia y la religión
Pero el pensamiento científico no es intuitivo, ni innato. Pensar y actuar científicamente no forman parte del acervo biológico de ninguna especie animal, sin excluir al hombre. Sin embargo, el hombre y los animales sí necesitan encontrar asociaciones útiles entre eventos externos, o entre acciones suyas y la ocurrencia de acontecimientos significativos para orientar más adecuadamente su conducta, sobrevivir y reproducirse. El Sistema Nervioso debe ser, más que un órgano de respuestas reflejas, un predictor eficiente que, en lugar de reaccionar ante los estímulos, los anticipe.
Las plantas no tienen sistema nervioso, no lo necesitan. Los animales de vida sésil poseen sistemas muy primitivos de respuesta, pero su modo de vida no requiere una función predictiva. Viven donde se asientan y su medio es relativamente estable. Por el contrario, para los animales que se desplazan, la predicción es fundamental. Solo así pueden sobrevivir y reproducirse eficazmente en un medio cambiante en el cual no solo existen, también se trasladan.
Los animales, aun los más primitivos, comparten con nosotros la capacidad del aprendizaje asociativo y lo que es más, los mecanismos moleculares que la sustentan tienen notables semejanzas en unos y otros. Nada tampoco tan sorprendente: la evolución conserva los mecanismos efectivos.
El aprendizaje asociativo es fundamental para las funciones predictivas del sistema nervioso. Según la teoría pavloviana del reflejo condicionado, el estímulo condicionado adquiere entonces la función de indicador o señal de que un acontecimiento relevante está por ocurrir y debe actuarse previsora y anticipadamente.
Otra característica común del aprendizaje asociativo en hombres y animales es que la relación predictiva, para que tenga real valor adaptativo, debe establecerse con el menor número posible de repeticiones. Ante un alimento desconocido, una rata comerá un poco de este. Si en las horas siguientes manifiesta síntomas de envenenamiento o intoxicación, no comerá jamás de ese alimento nuevamente. Un niño introduce una barrita metálica de su juguete en la ranura de una toma de corriente y recibe una descarga eléctrica que lo sacude. Nunca más volverá a hacerlo. Solo así es útil: pocas repeticiones. Si el niño para aprender que no debe introducir objetos en los tomas de corriente necesitara repetir la acción muchas veces pondría su vida en gran peligro. Aprender con un requerimiento mínimo de repeticiones, de lo contrario no sería efectivo ni útil.
La contrapartida negativa es que la probabilidad de establecer relaciones falsas entre eventos no vinculados causalmente y creer que una simple coincidencia encierra una relación que no existe, es bastante alta. El alimento que probó la rata y los signos de intoxicación que siente después pueden no estar relacionados. Un investigador inyectó a la ingenua rata una pequeña dosis de cloruro de litio que produce síntomas leves de envenenamiento. El alimento nuevo no encerraba ningún peligro, pero la rata no volverá a probarlo jamás. Ante las alternativas de morir joven por lerdo o morir de viejo creyendo en algo falso, la selección natural, obviamente, privilegió la segunda. El resultado es lo que podríamos considerar una mentira piadosa biológica.
Un ejemplo sorprendente de estas falsas asociaciones fue el resultado de estudios de conducta en palomas, realizados por el psicólogo norteamericano B.F. Skinner en los albores de la Psicología Conductual. Las palomas fueron entrenadas a recibir una recompensa, alimento, cuando presionaban un botón con el pico. Lo que se ha dado en llamar condicionamiento operante: hago esto y sucede aquello. De repente, la acción dejó de producir la recompensa (por decisión, claro está, del investigador).
En estas condiciones la respuesta se extingue, es decir, luego de varios intentos sin recompensa, la paloma deja de presionar sobre el botón, algo también muy útil para evitar la perseveración de acciones que han perdido su valor. Pero ¿qué sucede si de pronto, el aparato comienza a dar recompensas al azar? Curiosamente la paloma comienza a asociar acciones propias con la recompensa. Por ejemplo, si de modo casual ocurre que poco antes de que se presente la comida la paloma volteó la cabeza a la izquierda, bastará que ambas acciones coincidan solo un par de veces para que la paloma comience a voltear reiteradamente la cabeza en el intento de obtener la recompensa. Skinner llamó a este fenómeno “superstición conductual”.
Los mismos principios pueden conducir a las personas a establecer relaciones falsas. Si a Ud. le duele el estómago por un resfriado transitorio y un buen vecino le ofrece una tisana de hierba de guinea y poco después su dolor se alivia, quedará Ud. convencido, de una vez y para siempre, que el cocimiento de hierba de guinea alivia los dolores de vientre. El mecanismo es fuerte y funciona lo mismo para el más primitivo hombre de Cromañón que para el más docto profesor universitario.
Nótese que en todos los casos lo fundamental y decisivo es que la asociación funcione, o parezca funcionar. Obviamente, ni la paloma ni la rata intentan explicar por qué esa comida es dañina o por qué oprimir el botón dispensa un bolo de alimento. El hombre tal vez lo intente, puede que incluso lo necesite, pero no es imprescindible; las apariencias pueden ser, y con frecuencia lo son, más convincentes.
El agricultor primitivo no podía entender por qué la luna influía en sus cosechas; al profesor universitario quizás le gustaría conocer qué hay en la hierba de guinea que le hizo mejorar, pero no saberlo no le restará confianza en su “cocimientito”. Puede que ese mismo profesor, siendo muy racional y crítico considere otras opciones posibles: sus mecanismos fisiológicos de defensa estaban actuando y es a ellos a quienes debe su curación; es más, puede que la hierba de guinea lejos de curarle haya retardado el proceso ya en marcha, pero la impronta de la asociación cocimiento-mejoría se quedará por siempre en su memoria.
Cuando estas asociaciones se hacen muy fuertes, se convierten en convicciones, algo en lo que se cree, un motivo de fe. La fe parece un atributo esencialmente humano aunque también aquí podemos encontrar antecedentes en el mundo animal.
Un modelo de aprendizaje, muy empleado en roedores de laboratorio, consiste en ponerlos dentro de una piscina circular llena de agua fría (digamos 21 grados centígrados) que tiene oculta bajo la superficie una plataforma que no puede ver, pero que le permite a la rata escapar del agua. Las ratas son excelentes nadadoras, pero detestan el agua fría, de modo que si mantenemos la plataforma siempre en el mismo lugar y existen puntos de referencia estables que le permiten orientarse adecuadamente en el espacio (es decir, mientras juguemos limpio) ellas aprenderán, en pocas repeticiones, a localizar la plataforma y escapar del agua. Una maniobra importante para medir la fuerza del trazo de memoria que se forma en el cerebro del animal consiste en realizar una última prueba en la cual se retira la plataforma y se mide la cantidad de veces que el animal cruza por el sitio donde aquella había estado (es la parte en que jugamos sucio).
Las ratas que han aprendido bien pasan varias veces por ese lugar. Pasan y de inmediato se dan vuelta, y vuelven a cruzar, y la ansiedad y perseverancia que evidencian en su conducta parece decir: “¡caramba!, ¡yo estoy segura de que aquí había una plataforma!”. Un elemental y primitivo “acto de fe”.

Magia, pseudociencia y ciencia (I)

El pasado mes de enero, la revista de cubana Juventud Técnica (JT), publico un trabajo (en cuatro partes) de la autoría de los Doctores en Ciencia Jorge A. Bergado Rosado y William Almaguer Melián, ambos pertenecientes al Centro Internacional de Restauración Neurológica, CIREN; bajo el sugerente título Magia, pseudociencia y ciencia. Una reflexión desde la Neurobiología; en el cual hacen un acercamiento a un tema que en los últimos años ha cobrado nuevos bríos, y que en este blog ha sido tratado en alguna que otra oportunidad.

A partir del día de hoy, y durante cuatro días consecutivos, pondremos a su consideración este trabajo, el cual fue presentado por JT bajo la siguiente nota:

La revista Juventud Técnica pone a disposición de los lectores un material que polemiza sobre el lugar de la ciencia en la sociedad actual. A tono con los debates que se suceden en el país, en torno a la nueva política económica y social, el artículo aporta criterios que contribuirán con la reflexión colectiva.

Magia, pseudociencia y ciencia.
Una reflexión desde la Neurobiología (I Parte)

Por DrC. Jorge A. Bergado Rosado y DrC. William Almaguer Melián (Centro Internacional de Restauración Neurológica, CIREN)

Volando hacia Europa, hace algunos años, tocó de vecino a uno de los autores un joven cubano de aspecto profesional. Fue el último en abordar y en el obligado diálogo que imponen diez horas de vuelo, el autor-viajero le recordó que había estado a punto de perder el avión. Respondió que se había demorado, pues había confrontado problemas de sobrepeso al despachar su equipaje. Respuesta sorprendente, porque nosotros solemos tener esos problemas al regreso, pero no a la ida. Ante el asombro, aclaró: “Es que viajo con todos mis santos”.
Pero la sorpresa fue aún mayor cuando, en el curso de la conversación, fue revelando que era graduado de Historia en la UH y ex profesor de esa asignatura en una escuela superior. Sobre su recién descubierta fe en los cultos africanos dio una explicación: la caída del campo socialista le había quitado el piso de debajo de sus pies, la santería le había salvado. Le había devuelto un asidero, algo en que creer, algo en que confiar.
Hace menos tiempo, un reportaje de una televisora alemana seguía paso a paso los andares de una ciudadana de ese país centroeuropeo, que venía a Cuba a “hacerse el santo”. Venía acompañada de su esposo quien lo había hecho ya el año pasado.
Meditando sobre esos dos sucesos nos preguntábamos ¿cómo es posible?, ¿cómo puede ser que personas educadas e instruidas terminen abandonando toda racionalidad y ciencia para adscribirse a prácticas mágicas?
Concluíamos que estos casos son solo ejemplos, aunque no aislados, de cómo sobreviven en los seres humanos creencias superadas tan solo en apariencia. Queremos, en este artículo, intentar explicar qué factores hacen a las personas, aún a las más modernas y cultas, presas de supersticiones y ritos.
Haremos algunas consideraciones acerca de las características del pensamiento científico para evidenciar su condición de construcción cultural y presentaremos argumentos para mostrar las bases biológicas que nos hacen vulnerables ante el embate de creencias atávicas.
La ciencia y sus orígenes
La ciencia, surgida en el alba de una nueva era, de renacimiento intelectual, hereda de la magia la motivación inicial, conocer la naturaleza para utilizarla en nuestro beneficio; pero a diferencia de esta solo utiliza conocimientos confirmados por un método riguroso y efectivo, recurso poderoso y creativo: el del Método Científico.
Dos factores sirvieron de impulso a este desarrollo nuevo y único. Uno, económico: el capitalismo naciente necesitaba conocimientos confiables para hacer mover sus máquinas de modo cada vez más eficaz y más eficiente. El otro, ideológico: del enfrentamiento entre racionalismo y empirismo se erguía vencedor el segundo. Un hombre sintetizó en su accionar las bases fundacionales de la ciencia moderna: Galileo.
El papel del capitalismo naciente en el desarrollo inicial de las ciencias ha sido objeto de análisis en innumerables y enjundiosos estudios con los que no pretendemos emular. En un marco más restringido la pugna entre racionalismo y empirismo ha sido objeto de profunda revisión por la filosofía. Solo una nota para recordar en qué consistía ese antagonismo del cual nació la ciencia.
El racionalismo de aquella época heredaba toda la tradición filosófico-matemática anterior de la cultura greco-latina y tenía respaldo en la iglesia católica, apoyada en sus dos colosos: Agustín de Hipona y Tomás de Aquino. El objeto del conocimiento es Dios; la ciencia -por otra parte empeño menor- es Aristóteles y Aristóteles es la Ciencia. Amén. Los conocimientos se obtienen por medio de la reflexión, la introspección, el pensamiento. La razón es el instrumento que (regalo divino) permite a los hombres comunicarse con Dios y obtener la forma más pura y alta de verdad: la verdad revelada.
La práctica, la experiencia, la empiria, solo tenían cabida en este teocrático proceso intelectual, como fuente de observaciones lúcidas que solo el Señor podría confirmar poniendo ideas claras en la mente de sus elegidos.
Los empiristas, por el contrario, ponían todo el valor en la experiencia, en los hechos. Galileo aplicó este principio como método para obtener conocimientos confiables, más allá de la lógica. Impuso a sus ideas la verificación por medio de algo que ha venido a ser la piedra angular de todo el desarrollo científico posterior: el experimento. La observación y el razonamiento solo son fuente de ideas, ideas concretadas en forma de hipótesis, que experimentos diseñados ad hoc habrán de comprobar o negar. Para el creyente la más grande verdad es la verdad revelada; para el científico es la hipótesis comprobada.
Para comprobar es necesario medir y cuantificar. Midiendo y cuantificando Galileo comprobó la verdad de la teoría cosmogónica copernicana. La confirmación de esta hipótesis casi le cuesta la vida y dejó para la Historia una frase que no dijo y que es el summum del pragmatismo: e pur si muove.
Menos conocidos, pero más importantes, fueron los experimentos galileanos de cinemática, la rama de la física que se ocupa del movimiento de los cuerpos. Midiendo y comparando los tiempos de caída de los cuerpos dio origen a la mecánica y con ella fundó la física, madre de todas las ciencias naturales. El mejor razonamiento, la hipótesis más lógica, no se constituyen en verdades hasta que sean confirmados experimentalmente; es decir, en la práctica.
Estos experimentos son el modelo que se impondrá en las ciencias naturales. De la física se extenderá a otras ramas. La química nacerá de la alquimia y la biología, completado en lo esencial el inventario de seres vivos por Linneo, y conocidos los órganos del cuerpo, podrá ahora preguntarse: ¿cómo funciona? Los conocimientos así obtenidos serán incorporados en forma de teorías científicas, pero este no es el final.
Las teorías sirven para hacer predicciones que pueden, a su vez, ser verificadas o negadas por nuevos experimentos. Sirven también para desarrollar nuevas máquinas y tecnologías, nuevos medicamentos y tratamientos, cuyo buen o mal funcionamiento seguirá aportando elementos de verdad o falsedad a la teoría que las sustenta.
La Ciencia es un proceso interminable, cambiante siempre ante los nuevos hechos que nuevas técnicas permiten descubrir; solo un elemento permanece inalterable: la práctica, la experiencia, la empiria como criterio último de la verdad.
Destacar el papel del Galilei no niega el gran aporte de otros muchos que le antecedieron, o compartieron con él los elementos fundacionales de la Ciencia Moderna. Una forma de hacer y de pensar, que no es intuitiva, ni primitiva, ni biológica, ni compartida con especie alguna.