Arístides Berenger es de esas personas que, al hacer acto de presencia, de inmediato capta la atención de los presentes; no solo por la corpulencia de su estampa, sino porque es un conversador incansable. “Yo todos los días doy una conferencia”, dice jocoso, y quien lo conoce y ha tenido la oportunidad de ser uno de sus interlocutores alguna que otra vez, sabe que no exagera, pues sus conversaciones se sabe cuándo comienzan pero nunca cuándo acaban, y en ellas puede barrer temas tan diversos como la economía mundial, hasta lo último ocurrido en su querido barrio.
Este ingeniero jubilado, que ya disfruta de su séptima década, fue el invitado de honor de la segunda jornada de la Exposición “Desafíos y retos de la innovación inspirados por la vida” que, desde el pasado día 14 de junio, ocupa el espacio del Salón Permanente de la Ciencia santiaguera.
Méritos sobran para dedicar toda una tarde a “conversar” con Berenguer sobre innovación, pues ha sido un impulsor incansable del trabajo innovador y de los FORUM de Ciencia y Técnica en la provincia y el país, siendo reconocido en no pocas oportunidades por la más alta dirección del gobierno cubano.
En esta ocasión el Bere, como cariñosamente le llaman sus colegas, dedicó su intercambio con el público reunido en el salón del MEGACEN a los veinte años de experiencia del CNEA en la aplicación del magnetismo en la industria, la agricultura y la medicina, resaltando en este aspecto, el desarrollo y generalización de sus equipos resultado del trabajo innovador. Y no podía ser otro el tema para quien ha dedicado más de dos décadas a las aplicaciones del electromagnetismo en las diversas ramas del desarrollo socio-económico santiaguero y cubano, desde los tiempos del Grupo de Magnetismo del antiguo Instituto Superior Politécnico “Julio Antonio Mella” (IPSJAM), fructífero embrión de lo que sería luego el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA), institución de la cual fungió, durante años, como director general.
Ante un nutrido público, conformado en su mayoría por jóvenes estudiantes de enseñanza media, Berenguer nos adentró en aquellos primeros tiempos en que se iniciaban las aplicaciones del magnetismo en industrias santiagueras, el entusiasmo ante los magníficos resultados obtenidos, el apoyo incondicional de la dirección del país para llevar adelante una tecnología a todas luces factible y eficiente, y los primeros frutos de la generalización de los primeros productos de fabricación propia que fueron dando forma a lo que es hoy el CNEA.
Así, dedicado a resaltar la impronta de uno de los impulsores de los FORUM de Ciencia y Técnica en la provincia; y a la labor del CNEA, institución ala cual Berenguercontribuyó a forjar, transcurrió el segundo día del Salón Permanente dela Ciencia Santiaguera, un espacio necesario para la ciudad, pero que, como toda obra humana, aún es susceptible de mejorar.