Por: Ing. Rebeca Conde García
Directora de Transferencia de Resultados de la Investigación, CNEA
La vocación medioambiental de la Industria Turística en Cuba y su creciente y sostenido desarrollo, en correspondencia con el incremento anual de visitantes, exige eficiencia, higiene, confort, seguridad y alta calidad del producto ofertado al turista, lo cual está indisolublemente ligado al uso adecuado de los portadores energéticos de las instalaciones turísticas.
De la misma forma, es fundamental el correcto uso y tratamiento del agua como un elemento vital para las instalaciones hoteleras, teniendo en cuenta el elevado volumen del líquido que se consume diariamente en sus procesos. Si el agua no cuenta con la calidad apropiada puede llegar a convertirse en una seria amenaza en la gestión de los procesos hoteleros.
La circulación de “aguas duras” a través de las redes hidráulicas de un hotel causan incrustaciones calcáreas que pueden llegar a obstruir totalmente la red de tuberías, con el consiguiente deterioro de los equipamientos a los cuales suministran el líquido (máquinas de hacer hielos, cafeteras, lavavajillas, lavadoras automáticas, calderas, calentadores de agua y calentadores solares, entre otros) y un incremento en el consumo nos sólo de agua sino también de energía eléctrica y, por tanto, de los gastos del hotel.
Se ha demostrado que incrustaciones de un grosor de ½ pulgada puede causar un 60% de pérdida en eficiencia en un intercambiador de calor. Luego, el tratamiento del agua mediante acondicionadores magnéticos, al eliminar estas costras causadas por la deposición de sales de calcio y magnesio presentes en el agua, tiene como efecto inmediato el ahorro de energía y una extensión de la vida útil de las redes hidráulicas.
La aplicación de esta tecnología por parte del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA) en el Hotel Villa San Juan, de la Cadena Islazul en Santiago de Cuba, ha contribuido a que esta instalación haya reportado, a los 5 meses de explotación de la misma: una disminución del consumo de energía eléctrica en 3 000 kW, un decrecimiento en un 23% de los gastos por concepto de mantenimiento, así como la entrada en servicio de lavavajillas y máquinas hieleras que se encontraban en desuso.
Consideremos además que una de las áreas comunes con mayor consumo de agua dentro de un hotel es la piscina, las cuales deben cumplir con estrictos requisitos higiénicos sanitarios para proteger a los bañistas de posibles microorganismos y sustancias indeseadas. Estos contaminantes disueltos se eliminan mediante tratamientos químicos al agua, generalmente a base de cloros, el cual, sin embargo, debe ser seguro y eficaz toda vez que algunos de estos productos pueden ser nocivos para la salud.
Monitoreos realizados en el hotel San Juan, han permitido constatar que la aplicación del tratamiento magnético al agua de piscina ha contribuido a la reducción en un 23% del consumo de de los productos químicos (cloro, alguicidas, bactericidas y precipitadores, entre otros) utilizados tradicionalmente en el tratamiento del agua de las albercas, los cuales muestran alto valor en divisas en el mercado internacional. Trabajadores del área de servicios técnicos del hotel y encargados del mantenimiento de la piscina refieren además, un mejor funcionamiento de las bombas de recirculación de esa área, aumento de la transparencia del agua, estabilidad del pH, asepsia del líquido y poco olor a cloro.
La experiencia de nuestro equipo multidisciplinario y la de otros investigadores que investigan el uso de los campos magnéticos en la agricultura, la industria y el medio ambiente, demuestra que esta tecnología, además, estimula el crecimiento y el rendimiento de las plantas, es de fácil aplicación, no consume energía eléctrica, no contamina, es libre de mantenimiento y, lo más importante, tiene una garantía de por vida del producto. Apostemos por ella y estaremos apostando por una solución simple, sin consumo de energía eléctrica y sostenible para el ahorro de portadores energéticos y el mejoramiento del medio ambiente.