La Bioimpedancia eléctrica marca el camino de la cooperación entre el CNEA y la UPC

Durante los días 18, 19 y 20 de julio tuvo lugar, en el Salón de Protocolos del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA), el curso de postgrado “Actualización de las Aplicaciones del Método de Bioimpedancia Eléctrica”, impartido por un colectivo de profesores liderado por la Dra. C. Lexa Nescolarde Selva, investigadora del Grupo de Instrumentación Electrónica y Biomédica (Instrumentaciò Electrònica i Biomèdica, IEB) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), quien se encuentra en nuestra institución gracias al apoyo del proyecto U-026 del Centre de Cooperaciò per al Desenvolupament (CCD) de la UPC.
A propósito de esta actividad académica, hicimos un aparte con la Dra. C. Lexa Nescolarde y el MSc Alcibiades Lara Lafargue, líder del Grupo de Biompedancia del CNEA, para acercarnos al método de la Bioimpedancia, sus aplicaciones en Cuba y la experiencia del curso recién terminado.
Magnetismo Aplicado: ¿Qué se define como bioimpedancia eléctrica?

La Dra C. Lexa Nescolarde actuó como profesora principal del curso de postgrado “Actualización de las Aplicaciones del Método de Bioimpedancia Eléctrica”, impartido en el CNEA

Dra Lexa Nescolarde: La impedancia representa la oposición que presentan los materiales biológicos al paso de una corriente eléctrica alterna. En el cuerpo humano la impedancia es una variable compleja que muestra dos valores: la Resistencia eléctrica (R) y la Reactancia eléctrica (Xc). LA resistencia eléctrica está determinada por el paso de la corriente eléctrica a través de las soluciones electrolíticas intra y extracelulares, mientras que la reactancia eléctrica está determinada por las propiedades dieléctricas de los tejidos.
MA: ¿Cuáles son las principales aplicaciones del método?
LN: El grupo de Instrumentación Electrónica y Biomédica (Instrumentaciò Electrònica i Biomèdica, IEB) de la UPC, encabezado por el catedrático Javier Rosell-Ferrer, lleva más de 35 años investigación en la temática dela Bioimpedancia Eléctrica y sus aplicaciones clínicas. Es uno de los grupos con más experiencia en el mundo, en el desarrollo de equipos analizadores de bioimpedancia. Nuestro grupo, en los últimos cinco años ha participado en tres proyectos europeos destinados a investigaciones en pacientes en hemodiálisis, con insuficiencia cardiaca y crecimiento de células madres en tejido cardíaco. Previamente se han hecho investigaciones conjuntos con empresas privadas yla Agencia Espacial Europea. Actualmente se está trabajando con deportistas de alto rendimiento.
MSc Alcibiades Lara: En el caso de Cuba no podemos decir que el Grupo de Bioimpedancia del CNEA haya sido pionero en el uso de este método. Existen referencias que datan de la década del 1980, de que en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) de La Habana, se utilizaba la bioimpedancia y había intenciones de generalizarla, a partir de una tecnología procedente de la antigua Unión Soviética, aplicándola fundamentalmente en la especialidad de cardiología para la determinación del gasto cardíaco.
Sin embargo, en la actualidad, el Grupo de Bioimpedancia del CNEA es el único que puede hablar de una composición de trabajo multidisciplinario, donde, en los últimos diez años, han tenido la oportunidad de trabajar físicos, ingenieros, biólogos, así como médicos de diferentes especialidades. A lo largo de estos años, hemos contado con la colaboración y el intercambio, además de la Dra Lexa y la UPC, con especialistas como el Dr Robert Patterson, de Estados Unidos, y el Dr Antonio Piccolli, de Italia.
En estos años, el grupo exhibe como principal resultado la caracterización de los parámetros bioeléctricos de una población cubana de referencia en Santiago de Cuba, para establecer el intervalo de lo normal para los parámetros de resistencia eléctrica, reactancia eléctrica y de ángulo de fase, que son la “materia prima” para, mediante el uso de ecuaciones de estimación,  determinar parámetros de interés médico.
A la par de este trabajo, se han llevado a cabo interesantes investigaciones en un variado universo de enfermedades como: insuficiencia renal crónica, el SIDA, la siclemia, el cáncer, entre otros; así como en otras ramas como el deporte de alto rendimiento.
MA: ¿Qué ventajas muestra este método respecto a otros?
LN: La principal ventaja es que es una tecnología de bajo coste, portables (se pueden llevara a cualquier sitio) y que además las medidas destinadas al análisis de la composición corporal son medidas no invasivas, que no requieren el uso de electrodos específicos. Usualmente se emplean electrodos destinados a la medida de ECG.
MA: Entonces, con todas estas ventajas y variedad de aplicaciones, ¿el método de la bioimpedancia eléctrica es un método bien establecido o todavía están luchando por insertarse en el sistema de salud?
LN: En España, aunque no es un método difundido, como lo puede ser, por ejemplo, en Italia o en Estados Unidos que son países punteros en estas aplicaciones; a nuestro grupo se han asociado importantes grupos de investigación de hospitales españoles, fundamentalmente de cardiología y hemodiálisis, donde si se aplica asiduamente la bioimpedancia.
MA: Adentrándonos en la realización del curso de postgrado impartido en esta oportunidad en el CNEA, ¿cuáles son las motivaciones principales de la Dra. C Lexa Nescolarde para venir a Cuba, al CNEA, a impartir el mismo y qué experiencias se lleva?
La Dra C. Lexa Nescolarde junto al Ing José J. Tristá, director del CNEA y alguno de los participantes en el curso

LN: La principal motivación es que yo salí del CNEA, indudablemente –sonríe–; y aquí hay un grupo de investigación en bioimpedancia que creamos nosotros, Lara y yo, en el año 97.
Lo importante del CNEA es que, yo digo, es como un subgrupo de la UPC, es un centro que siempre ha estado muy vinculado a las líneas de investigaciones de la Universidad Politécnica. En el 99 viene Javier Rosell-Ferrer a Cuba, por un proyecto del CCD, centro que ha financiado tres proyectos vinculados al CNEA: este primero por el cual vino Javier Rosell-Ferrer y por el cual también pude ir a Barcelona, pasar 45 días trabajando con ellos [el IEB], y traer, donado por ellos, el primer equipo de impedancia que tuvo el CNEA y componentes electrónicos para desarrollar el primer prototipo; el segundo proyecto también lo financia el CCD en 2005 y viene el Dr Pere Riu Costa a dar un curso parecido al que hice yo pero con menos horas pues había coincidido con un Congreso Internacional que hizo el CNEA [II Conferencia Internacional de Electromagnetismo Aplicado] y el próximo proyecto que aprueba el CCD al CNEA es este por el que estoy acá. Esto te da una medida de que para la UPC, el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado es un centro de referencia como centro de investigación y dentro de él, el Grupo de Bioimpedancia.
Entonces creí oportuno (ya había pasado mucho tiempo, no habíamos vuelto) venir, organizar un poco el grupo, reencontrarme con mis antiguos compañeros de trabajo (que realmente me hacía falta –sonríe–) y ver qué se estaba haciendo, cómo se podían traer nuevas ideas y qué se podía comenzar a hacer.
Hay algo importante a destacar aquí, es increíble que por problemas económicos, el CNEA no cuente con un Laboratorio de Bioimpedancia como debe ser, porque al CNEA le sobran especialistas, dentro del CNEA en el Grupo de Bioimpedancia, y asociados al grupo, con ideas para hacer muchas cosas. En el curso salieron aplicaciones, proyectos que tienen en mente, tesis de maestría, tesis de especialidades médicas, todas asociadas a aplicaciones en la medicina de la bioimpedancia y todas novedosas; inclusive, aplicaciones en el deporte para el equipo de béisbol de Santiago de Cuba; el problema fundamental es la falta de equipos.
En la última reunión que tuvimos con Lara, llegamos a varios acuerdos: el primero, el de hacer todo lo posible para volver en febrero o junio del próximo año y traer otro analizador de bioimpedancia para el grupo, e ir controlando cómo van los estudios que ya están en marcha; lo segundo: contribuir a la publicación de dos trabajos en revistas indexadas antes de diciembre, porque el grupo tiene una base de datos enorme en pacientes geriátricos, en ancianos en centros de rehabilitación [hogares de ancianos], en niños, una base de datos inmensa (que yo sepa hay pocas bases de datos en el mundo que sean capaces de decir…, es imposible, allí no pueden decir que tengan una base de dato de 4000 personas, eso es inviable; aquí [en el CNEA] hay). Podemos intentar “sacar” dos artículos antes de diciembre, ya discutimos con los autores principales del trabajo que serían la Dra Ana Ibis [Dra Ana Ibis Núñez Bouron, del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba], y Lara, para “sacar” esos dos paper antes de diciembre y hay material suficiente para, cuando se cierren esas dos publicaciones, publicar dos artículos más a partir de enero.
Como investigadora yo comienzo una nueva etapa y pretendo, aparte de trabajar allí [en el IEB], de tener mis proyectos de investigación que tengo allí, mantener mis proyectos de investigación con el CNEA, crear un vínculo de trabajo entre el CNEA y mi grupo a través de mí, en la cual el CNEA aporta las muestras y nosotros el equipamiento.
Cuando venía al curso yo tenía claro, porque sabía lo que había dejado en Cuba, que en el curso no solamente iban a aprender ellos, yo estaba conciente de que yo iba a aprender muchísimo y me han dado mucho más, prácticamente, de lo que yo he traído.
MA: Por último, a partir de este curso, ¿qué retos ve Lara para el Grupo de Bioimpedancia Eléctrica del CNEA?
MSc Alcibiades Lara: El principal reto que tiene el grupo es generalizar el método en el orden de las aplicaciones y en el del desarrollo de tecnología, a la medida de nuestra realidad tomando como base los estudios previos.

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