
ENMA ROSA CHUY ARNAU (1934-1958).
Nació en el poblado de San Luis, provincia de Oriente, el 29 de junio de 1934. Una de las cuatro hijas de Joaquín Chuy de origen chino y comerciante con la cubana Emma Rosa Arnau dedicada a las labores del hogar. Desde pequeña la familia la llamó Yuyi. Cursó la enseñanza primaria en la escuela de Adela Sariol y luego en la Escuela de Hembras No. 5, continuó la primaria superior en el Colegio Eliseo López y la finalizó en la Mariana Grajales de la misma localidad. Su naturaleza humana y amor a la niñez cobraron vida al seleccionar la noble tarea de enseñar. Terminados los estudios primarios en 1948matriculó la carrera magisterial en la Escuela Normal para Maestros de Oriente, donde coincidió en actividades con Frank País y Pepito Tey, y en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba. Como tantos jóvenes de su tiempo, Emma Rosa repudió en lo más íntimo de su ser, el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Su maestra en la ENO, Dra. Zaida Martínez dijo de ella:
Emma era callada, yo nunca he visto una alumna tan calla como ella y era fina y muy cuidadosa en sus trabajos y en su manera de vestir. Escribía muy bien, sus exámenes eran excelentes. Además, Emma Rosa tenía los ojos muy lindos y como era muy saludable, a mí me extrañaba aquella tranquilidad de ella, lo callada que era […] no pude menos que asombrarme cuando un día me dicen que se había alzado […] así que aquella muchacha tan calada y tan fin, ahora era miembro del Ejército Rebelde.
Una vez graduada de maestra normalista en 1952, comenzó a trabajar como maestra sustituta en un aula de sexto grado de la escuela no. 12 del poblado de Cueto, Mayarí. Fue su primera experiencia como maestra rural y se dio por entero a ella con entusiasmo y capacidad, unidos a su exquisita sensibilidad. Posteriormente, fue nombrada maestra en propiedad de la escuela No. 43 de Cabonico, Mayarí. Le bastó conocer que faltaban maestros en esa zona para pedir que la ubiquen allí, decisión que tomó sin tener en cuenta la lejanía de su hogar, ni otras dificultades. Allí conoció de cerca la crítica situación que atravesaban las familias campesinas, sumidas en el desamparo, la miseria y el hambre; pudo comprobar la poca atención que dedicaba el régimen a la educación del campesinado cubano, en su mayoría analfabeto, y como los niños abandonaban tempranamente los estudios para dedicarse a las duras faenas agrícolas para contribuir al sustento familiar. Integró el Club Juvenil del Colegio de Maestros. Cuando supo que se necesitaban maestros para las aulas que funcionaban de noche solicitó su traslado, que la alejaba más de la Universidad de Oriente, institución en que había matriculado la carrera de Pedagogía en la Escuela de Educación, curso especial de los sábados, desde septiembre de ese año, con el sacrificio adicional que significaban los gastos en transporte, alimentación y alojamiento. Emma Rosa perteneció a la Asociación de Alumnos de su Escuela y la Federación Estudiantil Universitaria de Oriente. En su expediente estudiantil constan las muy buenas calificaciones obtenidas en la mayoría de las asignaturas cursadas, desde el primero hasta el cuarto año de la carrera, del que causó baja temporal por motivos desconocidos, para reingresar de nuevo en el curso 1956-1957. De no ser por la interrupción indefinida de las clases en la Universidad a raíz de las acciones armadas del 30 de noviembre de 1956, y su participación en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista, tal vez, Emma Rosa hubiera podido graduarse de Licenciada o Doctora en Pedagogía en la Universidad de Oriente. Durante el curso 1957-1958, fue ubicada en el sector urbano en una Escuela nocturna No. 55 de Guaro. También trabajó en escuelitas de Seboruco y la Herradura, estas dos últimas en la Sierra Cristal. Aquí todos le decían La China, y era muy querida por su temperamento sensible, delicado y su carácter que mostraba en su labor educativa. Sobre ello, la Dra. Hilda Beltrán, inspectora escolar del Distrito Mayarí-Sagua de Tánamo, expresó: “…era una maestra ejemplar […] una admirable compañera […] Su vida fue ejemplo y desinterés y de amor a la patria. Para mí fue un privilegio extraordinario trabajar a su lado”.
Con la convicción de que había que actuar para derrocar a la tiranía se integró a una célula del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y el Movimiento de Resistencia Cívica, participando en acciones de la clandestinidad, paralelamente a su labor de maestra en Guaro y en San Luis. El 3 de abril de 1958, en vísperas de la huelga general convocada por la Dirección Nacional del MR 26-7, participó en ataque al cuartel del antiguo central Preston, hoy Central Guatemala, propiedad de la UFCO, Holguín, en el cual murieron 6 guardajurados, se apoderan de algunas armas y lograron cortar las líneas telefónicas, paralizando las labores de la instalación fabril. Para entonces, presumiblemente, Emma Rosa se había ganado el grado militar de cabo de Milicias. Posteriormente, se vieron obligados a esconderse en el monte hasta contactar, pasados varios días, con combatientes del II Frente Oriental “Frank País”,[1]donde compartió por igual, las penalidades y los riesgos de la lucha guerrillera. La tarde del 15 de abril de 1958, cruzando los caminos enlodados que iban de un campamento a otro con varios compañeros tratando de organizar la educación entre la tropa rebelde y la población campesina, el jeep donde viajaban se volcó en la loma La Vigía, resultando heridos sus acompañantes y ella, muerta instantemente. Fue sepultada en el poblado Los Gallegos, en la Sierra Cristal, con honores de militar muerto en campaña.
[1] Fuentes: Rolando Dávila: Lucharemos hasta el final. Cronología 1958, p. 114. Belarmino Castilla y otros: Columna 19 “José Tey”, p. 194. Fuente: Ricardo Velázquez, Eriel y Mustelier Rojas, Estrella. San Andrés. Cronología histórica 1600-1958. Tomado de la Revista Educación No.68 enero-marzo 1988. Com. Historia de San Luis. Sierra Maestra 19 de abril 1959. Entrevistas a sus compañeros. El Militante Comunista.