El 20 de febrero se conmemora el Aniversario 50 de la creación, en igual fecha de 1962, de la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba. Con la misma, por primera vez la Academia adquirió un alcance efectivo a nivel nacional. La Comisión Nacional quedó facultada para, entre otras atribuciones, llevar a cabo “la reorganización, incorporación y disolución de cuantas sociedades, academias y corporaciones estimare conveniente a los efectos de esta ley” (la ley 1011 de 20 de febrero de 1962) y para proponer al gobierno la incorporación a esta de entidades científicas adscritas a ministerios o universidades. El presidente de la Comisión era Antonio Núñez Jiménez. Contaba entre sus miembros a Juan Marinello, Fernando Ortiz, Julio Le Riverend y Emilio Roig de Leuchsenring, entre otros. A propósito de la efeméride compartimos con ustedes el siguiente texto tomado de la Revista Juventud Técnica
Pasaban los meses y los años de aquella gente que no se cansaba de esperar tiempos mejores, alelados entre anuncios de bebidas, noticias de la lotería, algún que otro escándalo político y ciertas obras “dignas” de uno de los pueblos más rebeldes de América.
Un Capitolio y un túnel asombroso por debajo de la Bahía de La Habana traían las luces del capital que, en pleno auge algunas millas más arriba, inoculaba el virus del consumismo en hogares que, con trabajo, lograban reunir para ganarse el derecho a una consulta médica.
Bajo la piel de esa isla pintoresca, destino turístico de mafiosos connotados, paraíso pretendido de ron y mujeres, verdaderas sanguijuelas chupaban los recursos naturales y esquilmaban el patrimonio cultural construido con sangre y pensamiento criollos.
Dormía el legado de Poey, Finlay, Romay, Varela, Saco, Reynoso, adelantados de una ciencia originaria, de pura cepa cubana. Aquella real corporación por ellos soñada había renunciado a sus tiempos de gloria. La fusta colonial, que finalmente cedió ante el empuje nacional por edificar una ciencia autóctona, se retocaba con métodos doblemente siniestros.
La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana se sacudió la “realeza”, pero continuaba cargando la cruz del coloniaje. Se le perseguía y acallaba, se le apaciguaba como a las otrora epidemias, se le vapuleaba cual mendigo insalubre.
Algunas instituciones bregaron entre la barahúnda, y permanecieron “colgadas” a entidades del estado. Un orden “surreal” se había impuesto, en tanto nombres como los de Carlos de la Torre, Pedro Kourí y Juan Tomás Roig salvaban la honra de la ciencia en Cuba.
La Academia estaba adscripta al Ministerio de Justicia, y recibía unos exiguos 400 pesos para solventar sus gestiones;la Sociedad Geográficafuncionaba como una dependencia del Ministerio de Estado; el Parque Zoológico permanecía a la sombra del Ministerio de Obras Públicas; la Marina de Guerra rectoraba los estudios en meteorología.
La Sociedad Espeleológicaera atacada por fuerzas represoras y sus miembros perseguidos. Una resolución del Ministerio de Educación, de Batista, prohibió la difusión de la Geografía de Cuba, de Antonio Núñez Jiménez, fundador del grupo, en tanto la obra monumental de Felipe Poey, Ictiología Cubana, permanecía inédita, “por emanar de un hombre progresista y materialista”.
La investigación estaba refugiada en las universidades, a expensas del tiempo y voluntad de los profesores. Ninguna publicación. Nada de dar a conocer resultados de investigaciones. Nula colaboración entre centros. Absoluto desmembramiento de la labor científica en el país.
¿Ciencia? Esa palabra olía a élite, permanecía desconocida por el pueblo.
El Dr. Carlos J. Finlay es la figura cimera de la ciencia cubana por su relevante trayectoria, enorme talento y fidelidad ilimitada a los postulados científicos, por sus principios éticos y compromiso social.
Por el mérito heredado, 33 personalidades recibieron este sábado en La Habana, la más alta condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba, a propuesta del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, a investigadores con una brillante y útil obra científica en favor de la sociedad.
11 mujeres exhiben en sus pechos el premio al estudio y el desvelo. Entre ellas, Lourdes Valdés Fraga, doctora en Ciencias y Tecnología de los Alimentos, además de Investigadora Auxiliar, líder del equipo que ha desarrollado más de 30 tipos de alimentos especiales para niños, ancianos y mujeres embarazadas con determinados problemas de salud.
«Esta Orden me compromete a seguir investigando en la temática de los alimentos especiales; pero no la recibo a título personal, es también un reconocimiento al equipo con el que comparto faenas, que la merece igual que yo», así expresa la doctora Valdés Fraga, quien ya se adentra en la búsqueda de una fórmula alimenticia para los enfermos de diabetes.
La Orden Carlos J. Finlay también le fue conferida al Centro de Investigaciones para la Industria Minero-Metalúrgica, colectivo que ha desarrollado nuevas tecnologías para la construcción de plantas mineras, con un destacado aporte económico.
Los hombres y mujeres condecorados con la Orden Carlos J. Finlay, no sólo representan a los científicos de las instituciones creadas por la Revolución «representan a los investigadores que trabajan en líneas priorizadas para elevar el bienestar de la población, y lo hacen con gran ética, modestia y consagración. Son los hombres y las mujeres de ciencia, de los cuales Fidel Castro siempre ha hablado», aseveró la viceministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, América Santos.
vía Personalidades de la ciencia cubana reciben la Orden Carlos J. Finlay (+Video).
Resulta imposible contar la historia del Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado (CNEA) sin mencionar a Arístides Berenguer, paradigma de la ciencia santiaguera, quien fuera Profesor Auxiliar, Profesor de Teoría de Circuitos Eléctricos y Jefe del Departamento de Electrotecnia de la Universidad de Oriente durante 25 años. Actualmente se encuentra vinculado a la Comisión Provincial del FORUM de Ciencia y Técnica y Preside la Comisión del Grupo IV de Energía.
– Ingeniero, ¿cuál fue el disparador de su interés por las ciencias y el mundo de las investigaciones?
– Fui un lector ávido, de la mano de Julio Verne y Salgari fui cimentando mi concepción del mundo. Disfrutaba del cine y las series de ciencia ficción como Flash Gordon. Comencé el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza en Santiago de Cuba, y ya leía a Aníbal Ponce, Descartes, Louis Stevenson, y se redondeo mi inquietud por la filosofía. Matriculé Ingeniería Eléctrica por decisión final pues me gustaba la Ingeniería Civil y Naval, y en ese momento se concretó en mí el interés por la ciencia aplicada. Se me abrió un gran campo y por decisión propia comencé a trabajar con personas que me introdujeron en ese camino de la ciencia aplicada a la obtención de resultados concretos.
– ¿Tuvo algún referente, es decir, alguna persona o personas cuyas investigaciones le han servido de estímulo?
– Sí, tuve referentes que fueron de gran estímulo como el compañero Francisco Marean Siria, Paquito como le decimos, un verdadero educador, quien me ayudó en el desarrollo de mis ideas científicas y de aplicaciones en el laboratorio. Tuve otros compañeros, pero como Paquito ninguno. Aunque no puedo dejar de nombrar en la parte académica y también práctica al Ingeniero Bernardo Álvarez Bravo, mi profesor de Electrónica, muy exigente y entrañable amigo el resto de la vida.
– ¿Cómo describiría su profesión?
– Sumamente interesante, útil, al extremo de imprescindible en todas las ramas del saber, tiene la ventaja que todos los fenómenos se explican rigurosamente, pues la matemática es su principal herramienta y no queda nada a la aproximación o al supuesto. Es altamente conceptual y eso a conducido a que muchos ingenieros eléctricos han desarrollado su trabajo en otras ramas tanto de la técnica como de las letras y las artes, teoría esta muy personal.
-¿Qué cualidades cree que debería tener un investigador?
– Ante todo, ser trabajador y un soñador insaciable. Saber que tiene una alta responsabilidad con su ciencia y el deber de trasmitirla con generosidad sin esperar recompensa. A veces el trabajo es duro pero cuando se obtiene el resultado, sea cual fuere, grande o pequeño, el placer que se siente es inigualable. Por eso me duele mucho ver que personas que nos rodean sólo ven en esto un medio económico o inclusive de lucro y se quedan en pequeñas, pequeñísimas cosas que no dan satisfacción al espíritu. Crear es hacer, y hacer algo útil.
– ¿Es gratificante dedicar parte de su vida a la investigación?
– Es muy gratificante dedicar parte de la vida a crear nuevos conocimientos, tecnologías, etc. Hacer ciencia no es una profesión fácil, las personas que nos dedicamos a la investigación tenemos una presión elevada en cuanto al tiempo que le dedicamos a esta tarea, a la necesidad de la superación y el estudio constante, pero se produce un gran goce cuando se concluye algo con resultados evidentes y uno ve que es realmente útil y eso es lo que compensa las horas y el esfuerzo dedicado.
– ¿Cómo llegó al CNEA?
– El CNEA no existía y hago un poco de historia. El Departamento de Industria del Comité Central encargó al Departamento de Electrotecnia Básica la construcción de una regleta magnética para ser utilizada en los tornos como elemento de medición para la producción de piezas mecánicas. Habíamos conseguido un enorme y potente imán que estaba produciendo en el taller de mediciones donde se encontraba efectos nocivos. En eso, el compañero Ingeniero César Portuondo de la Textilera Celia Sánchez Manduley nos hablo de que tenían serios problemas con las incrustaciones de los enfriadores de los compresores, ya conocíamos de las aplicaciones del tratamiento magnético del agua (TMA) para eliminar incrustaciones, y allá fuimos y colocamos el imán en un circuito de enfriamiento. Resultó muy pero que muy efectivo. El compañero Ingeniero Eugenio Mainegra Jefe del Departamento de Industria del Comité Central, viajó a Santiago de Cuba para verificar como estaban los trabajos de la regleta magnética y cuando se enteró de esto, nos invitó a generalizar esta tecnología en el país.
Realmente se movilizó una maquinaria enorme produciéndose miles de equipos, se participó en cientos de conferencias en instituciones, industrias, servicios etc. De ahí salió la aplicación en los centrales azucareros, participamos en varios Forum de Ciencia y Técnica, tuvimos varios encuentros con el Comandante de la Revolución Fidel Castro, y de todo esto se comenzó a engendrar el CNEA.
Aparecimos como una institución formada tan solo por 4 compañeros: el Dr.Francisco Monier, Dr. Alfredo Fong Reyes, Ingeniero José Castillo Bonne y el que les habla.
El apoyo en todo momento por el Comité Central y particularmente del Grupo de Apoyo del Comandante en Jefe, fue decisivo en la construcción de la actual Sede del CNEA.
– ¿Qué aplicación a nivel social tuvieron esos proyectos que desarrollaron?
– Los proyectos que se desarrollaron y se desarrollan en el CNEA, estuvieron siempre inclinados a mejorar la economía del país, sustituir importaciones y brindar servicios de calidad por la vía del aumento de la eficiencia de los sistemas energéticos, aumento de productividad en los sistemas agrícolas y mejoramiento de los servicios, específicamente el de salud tanto humana como animal, en este punto tenemos que aclarar que nos abrimos al país con el uso de esta tecnología. Se realizaron una considerable cantidad de proyectos de equipos que fueron ejecutados en varias fábricas de equipos mecánicos y eléctricos del país. Fue un enorme movimiento y una gran inversión dedicada en lo fundamental a los equipos magnetizadores para la industria y la agricultura. Se realizaron múltiples aplicaciones en el MINAZ, MINAGRI, MINSAP.
El impacto social y económico fue fabuloso, y de eso dan fe las palabras de nuestro Comandante en Jefe en el VIII Forum de Ciencia y Técnica cuando dijo que:”el esfuerzo y el trabajo de desarrollo de las aplicaciones de los magnetizadores había sido enorme”. Todo esto generó lo que tenemos hoy.
– Desde su experiencia, ¿qué estrategia llevaría a cabo para impulsar la investigación y la inventiva en el CNEA?
– Cualquier estrategia tiene que pasar por recuperar el nivel de inventiva e ingenio que caracterizó al CNEA en los momentos fundacionales. Hubo una gran generación de nuevas ideas, llegando al clímax de otorgársenos la responsabilidad de ser un centro autofinanciado, logro que se consiguió no sin una dosis importante de creatividad, disciplina y visión del futuro. Se logró un gran sentido de pertenencia, cosa que aunque no me gusta la palabrita, tenemos que recuperar. El CNEA sigue siendo un gran centro, manteniendo algunos aspectos intactos pero tenemos que entrar al análisis profundo y sin prejuicios de la situación actual.
– Partiendo de la convicción de que la situación económica es la principal tarea del Partido y del Gobierno y la asignatura básica de los cuadros a todos los niveles. ¿A qué los retaría en sus 20 cumpleaños para aumentar su liderazgo en investigación científica y tecnológica?
Tengo la absoluta convicción de que el CNEA, no puede bajo ningún concepto abandonar la estrategia de investigación-producción. Vemos con tristeza, que algunos compañeros plantean el carácter puramente científico del CNEA, lo que constituye no solo un error garrafal, sino una ausencia total del principio básico que nos anima. Se deben combinar la investigación científica, el desarrollo de nuevos productos y servicios, la producción eficiente y la gestión exportadora.
El centro tiene que jugar un papel importante en cuanto a los aspectos científicos puros y teóricos, porque esto se constituye en la base para el desarrollo de dispositivos, equipos y aplicaciones en cualquier rama de la industria y los servicios.
Si se logran los aspectos anteriores estaremos dando un decisivo aporte al desarrollo económico del país y al logro de resultados importantes que ratificarían el prestigio ganado por el CNEA en sus 20 años de existencia.
Y así, nos despedimos de este ingeniero jubilado que ya disfruta de su séptima década. Un hombre familiar, solidario, afectuoso, pero a la vez intransigente. Un hombre que donde se encuentre, hace que las cosas cambien, se dinamicen, adquieran dimensiones adicionales y se entretejan relaciones que hacen un todo de alta calidad.
Sus años de experiencia profesional en la investigación, han forjado a una persona experimentada y completamente feliz con su vida, de la cual asegura que «si tuviera que volver a vivirla no cambiaría nada”.
La jornada nacional por el Día del Trabajador de la Ciencia en Cuba estará dedicada a promover los resultados de los productos y servicios de los programas de investigación, innovación y desarrollo, en la economía nacional.Georgina Bonilla Pimentel, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores del ramo, informó este viernes en conferencia de prensa que desde el venidero miércoles en las áreas del recinto ferial de Expocuba se expondrán resultados aplicados en diversos sectores de la sociedad.
Integrantes de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), de varias entidades de la capital cubana, mostrarán allí los logros generalizados de su labor para mejorar la eficiencia y la productividad.
Bonilla Pimentel explicó que las actividades por la efeméride se realizarán en medio del proceso de la instrumentación de los Lineamientos del Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, y la actualización del modelo económico cubano.
Por su parte, Lina Domínguez, viceministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, resaltó la participación mancomunada de organismos, instituciones, innovadores y científicos en la obtención de vacunas, productos y servicios que sustituyen importaciones o son rublos exportables.
Indicó que la Revolución Cubana desarrolló todo el potencial humano que hoy hace posible esos éxitos.
Domínguez expresó también su insatisfacción con la aplicación de los resultados de las innovaciones, debido a que no se corresponden con la producción científica actual ni con las capacidades creadas para una mayor introducción.
El Día de la Ciencia cubana se celebra el 15 de enero, en recordación a la frase del Comandante en Jefe Fidel Castro pronunciada en 1960 de que el futuro de nuestro país tiene que ser necesariamente de hombres de ciencia.
La Comunidad Científica Cubana culmina el 2011 con el logro de importantes resultados en beneficio del país y convencida de la necesidad de alcanzar mayores impactos en la economía y en la sociedad.El Dr Vito Quevedo, director de Ciencia, Tecnología e Innovación, señaló entre los resultados la extensión del producto biotecnológico HEBERPROT-PE para pacientes con úlceras del pie Diabético, la crianza porcina con alimentos nacionales, los ecomateriales para la construcción de viviendas y los aportes de las Ciencias Sociales y Humanísticas.
También destacó la producción de maíz transgénico, avances en la obtención de software y los resultados de investigaciones sobre el cambio climático y su influencia en el país.
Otros logros se vinculan con la producción nacional de turbocombustible, estudios de hidrocarburos, el mapa geológico de Cuba y el uso de la energía renovable. Otros avances
El intercambio científico en diferentes proyectos con Vietnam, Venezuela, Brasil y otros países, estuvo en la agenda de nuestros científicos en el 2011, afirmó el doctor Vito Quevedo, director de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Subrayó que para el 2012 la prioridad será la contribución a elevar la producción de alimentos, así como continuar con la implementación de los lineamientos y otras tareas vinculadas con energía, agua, salud y la investigación básica.
Vito Quevedo informó también que Villa Clara obtuvo la sede del acto central por el Día de la Ciencia Cubana, el próximo 15 de enero, por su quehacer científico integral con elevada estabilidad, producción y nivel de aplicación de los resultados.
Destacó además el trabajo estable en el sector científico de La Habana, Camaguey y Granma, reconoció la labor de Sancti Spíritus y felicitó a Santiago de Cuba.
Tomado de Relevante quehacer de la Comunidad Científica Cubana en 2011 « ciencia cubana.
Expertos de Cuba y Estados Unidos preparan hoy cinco días de encuentros en la búsqueda de oportunidades para la cooperación en investigaciones en materia de ciencias biológicas, ambientales, tecnologías habilitantes y política científica.
Al foro, coordinado por la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) y la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias (AAAS), asistirán unos 40 directivos de centros de estudios e investigadores de los dos países, anunciaron fuentes de la primera institución.
La intención es conseguir una colaboración sostenible entre los dos países, cuyos gobiernos carecen de relaciones diplomáticas desde la ruptura por la Casa Blanca de sus vínculos con La Habana en 1961.
Para los organizadores se trata de una consulta entre representantes de las comunidades científicas e incluirá sesiones especializadas para discutir proyectos específicos, con el fin de integrar un informe sobre las posibilidades de trabajo conjunto.
Los resultados podrían concretarse en planes de trabajo detallados para la futura cooperación, expresó un comunicado de la ACC, en el que anunció la reunión que iniciará mañana y concluirá el viernes próximo.
El encuentro entre líderes científicos del más alto nivel permitirá la discusión de las tendencias de investigación que puedan crear nuevos conocimientos en la atención de prioridades urgentes, para la sostenibilidad de las sociedades humanas.
Uno de los grupos intercambiará sobre trastornos cerebrales y del desarrollo, ensayos clínicos en psiquiatría y en el control de cáncer, así como en el manejo de enfermedades crónicas como la diabetes.
Las enfermedades infecciosas emergentes y desatendidas, además de la salud pública y las investigaciones que vinculan a la clínica de enfermedades infecciosas, completarán los debates en torno a las ciencias de la vida.
El expresidente de AAAS, premio Nobel de química y experto en enfermedades tropicales infecciosas Peter Agre será uno de los 17 norteamericanos presentes en el encuentro, que tendrá como contraparte a 23 cubanos encabezados por el presidente de la ACC, Ismael Clark.
Otras discusiones versarán sobre sostenibilidad de sistemas ambientales complejos, simulación de clima, y en materia de política de ciencia se analizará el rol de asesoramiento que desempeñan los científicos, así como la relación entre ciencia y diplomacia.
La conferencia “Química Biomimética Basada en Seudopéptidos Sencillos”, fue la primera actividad de la 20 Conferencia de Química, luego de ser oficialmente inaugurada el miércoles 7 de diciembre por el Dr. C. Hipólito Carvajal, Vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad de Oriente.
En el plenario del Hotel Meliá Santiago, el Dr. C. Santiago Vicente Luis Lafuente de la Universitat Jaume I, Castellón de la Plana de España, se refirió al diseño de compuestos seudopeptídicos sencillos, -unidades semejantes a la estructura de polímeros de aminoácidos-. Estas estructuras permiten afrontar una aproximación biomimética —imitación lo que sucede en compuestos biológicos—, para reproducir algunas de las propiedades y funciones de las proteínas. A partir de estas funciones, se pueden generar materiales funcionales capaces de responder a estímulos externos; asimismo podrán reconocer distintas especies, y actuar como catalizadores eficientes y altamente versátiles. Entre las ventajas, se reconoce el uso de algunos seudopeptídicos como sensores de pH intracelular, e incluso, para la detección enantioselectiva. Estos sistemas también permiten desarrollar catalizadores para la adición de dietil zinc a aldehídos.
El Simposium “Cuba en el año de la Química”, también estuvo entre las actividades de la jornada matutina del miércoles. La Dra. América García López, Secretaria Ejecutiva del evento, abordó la consolidación de la carrera de Química en la Universidad de Oriente, así como el desarrollo de su actividad investigativa al servicio del país y la educación posgraduada. También se rindió homenaje a Vilma Espín Guillois, quien estudió la carrera de Ingeniería Química, y se destacó en la lucha por la fundación del Alma Mater Oriental y por el derecho de la mujer a la preparación técnica y profesional.
La otra conferencia de la mañana, la impartió el Dr. C. Roberto Cao Vázquez, Presidente de la Sociedad Cubana de Química. El autor explicó el desarrollo científico-técnico que tiene actualmente la nanotecnología y cómo la Química ha logrado cambios sustanciales al bajar las dimensiones y sustancias al nivel nano. El científico cubano remarcó la revolución que produce la Nanoquímica en los más variados campos de la ciencia y la técnica, desde la electrónica hasta la medicina, pasando por novedosos métodos de determinación de alta sensibilidad. Los amplios usos de la Química en la Nanotecnología, tienen que ver con el desarrollo de materiales super adherentes; la química en la nanomedicina, aportaría el diagnóstico precoz de muchas enfermedades y la utilización de nanodispositivos, ayudaría al tratamiento de afectaciones en la piel.
La sesión vespertina de la 20 Conferencia Internacional, cerró sus actividades en el plenario del Hotel Las Américas, con la discusión de los carteles electrónicos de comisiones y talleres.
Biotecnología Ambiental, Modelación Molecular y Sistema de Gestión de Calidad en Laboratorios Analíticos, serán algunos de los temas que se tratarán en la XX Conferencia Internacional de Química que se desarrollará en Santiago de Cuba, durante los días seis y siete de diciembre.
La cita tiene como objetivo conocer y discutir los más recientes avances científicos, industriales y de la enseñanza en los diversos campos de esa disciplina y reunirá a profesionales del ramo de 11 países, entre ellos Alemania, Angola, España, México, Brasil, Panamá, Ecuador y Venezuela.
Al encuentro asistirán prestigiosos profesionales como el doctor en Ciencias Santiago Vicente Luis Lafuente, Catedrático de la Universitad Jaume I, de Castellón de la Plana, España; y Luis Echegoyen, profesor de la Universidad de Texas.
Igualmente impartirán conferencias Rosa Catalina Bermúdez, del Centro de Estudios de Biotecnología Industrial de la Universidad de Oriente y Luis Alberto Montero y Roberto Cao, ambos de la Universidad de La Habana.
Esta edición incluye alrededor de 480 trabajos entre conferencias, plenarias, exhibiciones de carteles y talleres, además del Simposio «Cuba en el Año Internacional de la Química», los que contribuirán a difundir el papel de esta ciencia en la solución de los problemas globales.
Dedicada al cincuentenario de la primera carrera de Licenciatura en Química en Cuba, se homenajeará a la destacada revolucionaria Vilma Espín Guillois por ser pionera en los estudios de esta ingeniería en el país, y se celebrará, además, el centenario del otorgamiento de premio Nobel de Química a María Sklodowska-Curie.
La Conferencia de Química es el evento de esta ciencia más antiguo de Cuba, el cual se realizó por primera vez en el año 1964, como una propuesta necesaria para el intercambio sobre el quehacer en los campos de esas investigaciones.
Tomado de Sierra Maestra
A plena mañana arribamos al IPU Rafael María de Mendive, en los alrededores del casco histórico santiaguero, a un lado de la hermosa Sala de Conciertos Dolores.
Todavía ensimismados en la hermosa arquitectura del restaurado inmueble, sucesor de un pasado también académico, subimos unas interminables escaleras hasta llegar a un aula donde esperaban, inquietos como sus años adolescentes, jóvenes estudiantes del duodécimo grado.
Enfrentarse a esos rostros lampiños, dubitativos y a la vez retadores, puede parecer una «locura», pero cuando se descubre tras los aires de suficiencia, ese interés por lo desconocido, esa curiosidad que aún no los abandona, el reto es aceptado con alegría y el intercambio surge ameno.
Convocados por la Delegación Provincial del CITMA en Santiago de Cuba y la Dirección de la institución docente, llegamos con la misión de contribuir a la orientación vocacional de jóvenes que en apenas unos meses se enfrentán a los exámenes de ingreso a la Educación Superior, con todo el anhelo de vencer esa última prueba antes de alcanzar el sueño tal vez durante mucho tiempo acariciado, de recorrer los pasillos de los centros universitarios de nuetsro país.
Desde la labor del CNEA, con su incidencia en diversas ramas de la ciencia, se les mostró a los jóvenes nuevos horizontes para especialidades a las cuales muchos aspiran pero con una idea sesgada del futuro laboral que les depara.
De la mano del MSc Douglas Deás, los estudiantes preuniversitarios, por momentos totalmente absortos en lo que se les narraba, se adentraron en las posibilidades del uso de los campos electromagnéticos en diversas ramas del saber científico-técnico y, a la vez, aprendieron sobre la importancia del trabajo multidisciplinar en las ciencias.
Muchas preguntas nacieron del encuentro, otras quedaron en las mentes intranquilas de los adolescentes; pero la experiencia del intercambio con una generación del mañana, vuelve a dejar en los protagonistas todo el regocijo del aprendizaje mutuo.
Representantes de varias de las principales organizaciones de investigación científica del mundo han respaldado un llamamiento por un código universal de conducta sobre los derechos, libertades y responsabilidades de los científicos, exigiendo que este código sea reconocido y considerado como parte de la legislación de cada país.
El llamado forma parte de una declaración aprobada el 19 de noviembre por los participantes del Foro Mundial de Ciencia, una reunión internacional de científicos y parlamentarios realizada en Hungría la semana pasada (17 a 19 de noviembre).
La declaración incluyó propuestas sobre temas que van desde la construcción de capacidad científica hasta la brecha mundial en el acceso al conocimiento científico.
Un código de conducta, señalan, ayudaría a evitar el daño «debido a la ignorancia o el juicio equivocado sobre las consecuencias de nuevos descubrimientos y aplicaciones del conocimiento científico».
«Es responsabilidad de aquellos que promueven la ciencia y de los científicos de mantener la primacía de las preocupaciones morales y sociales por sobre los intereses económicos de corto plazo en torno a la selección e implementación de proyectos de investigación industrializados».
La enérgica posición sigue una enmienda hecha por el Consejo Internacional de Ciencia (ICSU, por su sigla en inglés) en su estatuto actual sobre la libertad científica para incluir las responsabilidades de los científicos junto a la defensa de sus libertades.
Es uno de los temas destacados de la declaración, dijo Sir Brian Heap, miembro del comité directivo del foro y presidente del Consejo Científico Asesor de las Academias Europeas.
«La ciencia, la tecnología y la innovación así como los fundamentos del éxito económico nunca estuvieron en duda. Pero ellas no tienen todas las respuestas, particularmente con las renovadas preocupaciones en torno a la prioridad de las inquietudes morales y sociales por sobre los beneficios a corto plazo».
Pero Carthage Smith, subdirector ejecutivo del ICSU, unas de las organizaciones socias del foro, dijo: «Si bien la ciencia es universal y una pequeña cantidad de normas sobre la práctica de la ciencia puede ser definida o codificada (precisión, integridad, apertura, honestidad, imparcialidad, respeto), es poco probable que un código de conducta detallado sea universalmente útil».
«Los códigos detallados necesitan ser desarrollados localmente, usando esas normas como puntos de partida y transformándolas en buenas prácticas en acuerdo con las partes relevantes de la comunidad científica».
La declaración reconoce que el mundo científico se ha vuelto ‘multipolar’, con las economías emergentes como «jugadores clave en las actividades de investigación y desarrollo de vanguardia». Además de la ética, la declaración establece declaraciones en otras cuatro areas.
Sin embargo, algunos de los pronunciamientos no son nuevos, y son similares a los emitidos en 1999, durante la Conferencia Mundial de Ciencia, que inspiró a los foros científicos bianuales, o de hecho, se asemejan a las conclusiones surgidas de foros anteriores.
Estos incluyen «la urgente necesidad de reducir la brecha entre los países en desarrollo y los desarrollados mediante la mejora de la capacidad científica y la infraestructura en los países en desarrollo» y la necesidad de mayor colaboración, equilibrio de género, la importancia de la ciencia en la política y en la toma de decisiones reguladoras e, incluso, un llamado a un código de ética para científicos.
Pero es discutible qué impacto tuvieron esas recomendaciones después de la conferencia de 1999.
Smith dijo que, si bien las recomendaciones pueden no ser novedosas, sí reflejan un consenso creciente sobre que para la ciencia ‘lo mismo de siempre’ no es suficiente frente a los desafíos [ambientales] que enfrenta el mundo.
El próximo Foro Mundial de Ciencia se realizará en Brasil en 2013.
Tomado de SciDev