Para mantener un mecanismo de interacción continuo con el usuario y rastrear las interacciones de este (inicios de sesión, preferencias o carritos de compras), surgieron las cookies como una solución al problema. Al almacenar identificadores de sesión o datos específicos del usuario en el lado del cliente, permite a los servidores reconocerlos, si son recurrentes y mantener estados de sesión a través de múltiples solicitudes.
Las cookies fueron estandarizadas en los años 90 como una solución al problema «del estado» en la web. Su adopción masiva por navegadores y marcos de trabajo de desarrollo (PHP, Ruby on Rails o Django) las consolidó como un pilar técnico, a pesar de existen tecnologías modernas como Web Storage API o JWT que ofrecen funcionalidades similares, pero no reemplazan por completo a las cookies en escenarios de sesión tradicionales.
Las cookies, como se aprecia, son una pieza fundamental en la experiencia de navegación web, pero su manejo inadecuado puede convertirlas en una brecha para ciberataques a pesar de las medidas técnicas que se implementan para protegerlas. Por ello, los usuarios tienen un papel muy importante en la prevención de vulnerabilidades.