Cada paso que se da a través de los canales de la virtualidad deja un rastro del que debe tomarse conciencia porque representa una especie de pasaporte de lo que se es o de cómo se actúa ante las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Este conjunto de datos que se deja en el uso de las TIC es una representación de nuestra identidad en el mundo virtual. Comprender cómo se genera, para qué se utiliza y su importancia, es fundamental para mantener un comportamiento seguro en esta esfera de la vida y se conoce como huella digital. Interiorizar en este aspecto es de importancia capital en la toma de conciencia de la necesidad de la protección de datos en una época donde la privacidad constituye un escudo para la defensa ante los ciberdelincuentes.