Si se acepta lo que plantea la llamada ley de Murphy, la información está en peligro todo el tiempo. Según este adagio popular: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. Esta visión pesimista sobre la posibilidad de la ocurrencia de eventos que pueden incidir negativamente sobre la integridad de un proceso, llama la atención sobre la necesidad de la operación segura en el uso de la información.
Si bien esta “ley” no está basada en la ciencia, abre la puerta a pensar que la ocurrencia de un error o un contratiempo puede desencadenar un desastre. Por ello, se considera esencial brindar un conjunto de pautas que permitan proteger la información personal para prevenir pérdidas irreparables.