En esta oportunidad se toma el artículo que nombra esta entrada y que fuera publicado en “La Vanguardia” sobre la huella digital. Este es un tema poco divulgado en Cuba y del que muchas personas conocen poco o nada, cuando en realidad, debe prestarse mucha atención en este apartado tan importante en el manejo seguro de las TIC.
En el siglo XIX cubano, ante la fuga de esclavos de una plantación, los “rancheadores” contaban con los servicios de una persona para rastrear las huellas dejadas por los fugitivos. En la era digital, cada vez que utilizamos la red de redes vamos dejando una traza de las cosas que hacemos o que publicamos que no siempre es utilizada de manera adecuada por los “rastreadores” en la modernidad.
Esta huella se queda, cuando se realiza un registro en un sitio, o se sube una imagen a las redes; el problema está, en como es utilizada por las personas que acceden a la información que se deja en esa traza.
A continuación el texto del artículo de la autoría de Alexandra Roiba, publicado el 16 de octubre de 2023.
Ya sea registrándose en una página web, haciendo una compra online, publicando contenido en redes sociales o simplemente buscando respuestas a preguntas en los navegadores. El caso es que las personas están constantemente compartiendo información por internet incluso sin darse cuenta. Este rastro de datos que uno mismo deja tras de sí cuando navega en la red es lo que se conoce como la huella digital. El problema es que no siempre es tan evidente, ya que existen dos tipos distintos, las llamadas huellas digitales activas y las pasivas.
Un usuario está construyendo su huella digital activa cuando es quien comparte de forma voluntaria su información, como puede ser a través de imágenes subidas a sus redes sociales o creando una cuenta con sus datos en ciertas páginas web. Sin embargo, las de carácter pasivo son mucho más sutiles. Estas tienen que ver con la recopilación de datos que se produce de manera ajena al conocimiento del usuario. Por ejemplo, el hecho de que los sitios web recopilen información acerca de los usuarios, como su dirección IP o el número de visitas que realizan.
¿Cómo se puede reducir la huella digital en internet?
La huella digital de una persona supone algo relativamente público, a lo que cualquier persona puede acceder. Y, en el caso de ciberdelincuentes, el acceso a información más privada y comprometida puede dar lugar a escenarios indeseables que traigan consigo unas consecuencias de considerable gravedad, como son las estafas o usurpaciones de identidad. Por todo ello, a fin de proteger la privacidad, algunas personas han decidido poner remedio a esta situación y proteger su huella digital en internet para reducirla lo máximo posible. Algo que puede conseguirse siguiendo una serie de recomendaciones.
Consejos para reducir la huella digital en internet
1. Revisar la huella digital. El primer paso consiste en descubrir, por medio del uso de los motores de búsqueda, cuáles son los datos que se encuentran actualmente disponibles. Así se podrán iniciar los procesos pertinentes para tratar de eliminarlos si es lo que se desea.
2. Desactivar las cookies de terceros. Así se evitará que hagan seguimiento de la actividad del usuario.
3. Cuidado con las redes sociales. Antes de compartir contenido, o incluso de crear una cuenta en estas, habrá que tener en cuenta cómo afectará esto a la huella digital.
4. Usar varios navegadores. De esta manera lo que se consigue es evitar que toda la información personal se concentre en un solo perfil.
5. Crear contraseñas seguras. Además, hay que recordar cambiarlas de forma regular para aumentar su capacidad de protección.
6. Reducir el número de aplicaciones en el smartphone. Muchas de ellas exigen datos, registran la ubicación y recopilan información, por lo que será mejor mantenerlas en un límite fácil de controlar.
Fuente del artículo original: La Vanguardia