
Creada con Inteligencia Artificial.
En los últimos años, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ha revolucionado numerosos sectores, y la ciberseguridad no es una excepción. La capacidad de la IA para procesar grandes volúmenes de datos, identificar patrones y tomar decisiones en tiempo real ha abierto nuevas posibilidades para proteger sistemas y redes. Sin embargo, como toda tecnología, también presenta riesgos, especialmente cuando cae en manos de ciberdelincuentes. Hoy se exploran los impactos positivos y negativos de la IA en la ciberseguridad.
Impactos positivos: Fortaleciendo la ciberseguridad.
1. Detección Automatizada de Vulnerabilidades.
Encontrar las vulnerabilidades de los sistemas informáticos para prevenir incidentes es tal vez una de las mayores contribuciones de la IA a la ciberseguridad. Su capacidad para identificar vulnerabilidades en sistemas y aplicaciones a partir del uso de las herramientas que pueden escanear códigos, configuraciones y redes en busca de debilidades, permite a los equipos de seguridad la corrección y mejora continua, antes de que puedan ser explotados por los ciberdelincuentes. Esto no solo ahorra tiempo, sino que también reduce el margen de error humano.
2. Prevención de incidentes en tiempo real.
Los sistemas que utilizan la IA pueden monitorizar de forma continua el tráfico de red y detectar comportamientos anómalos que podrían indicar un ataque. Los algoritmos de aprendizaje automático (machine learning) pueden identificar patrones asociados con malware, phishing o intrusiones, lo que hace posible el desarrollo de respuestas inmediatas antes de que el impacto y el daño sean significativos. En resumen, contribuyen a la mayor eficiencia de los sistemas de detección y prevención de intrusos.
3. Automatización de respuestas a amenazas.
La IA no solo detecta amenazas, sino que también puede automatizar respuestas. Esto es en parte, la continuación de lo expuesto en el punto 2. Ante un ataque, un sistema basado en IA podría aislar los dispositivos afectados, bloquear direcciones IP maliciosas y notificar a los administradores, todo en cuestión de segundos, lo que es muy útil ante ataques por códigos maliciosos como el ransomware, por solo citar un ejemplo.
4. Análisis predictivo.
La capacidad para analizar cuantiosos volúmenes de datos históricos, permite a las herramientas de IA la predicción de ataques futuros. Esto permite a las organizaciones prepararse y fortalecer sus defensas de manera proactiva y operar desde la prevención.
El lado oscuro de la IA en ciberseguridad.
Al igual que las herramientas de IA se utilizan para desarrollar la defensa en profundidad de los sistemas informáticos desde posiciones de prevención, los ciberdelincuentes las utilizan para perpetrar sus ataques incluyendo los novedosos aportes que aparecen a diario en este campo de las ciencias.
Esto provoca por ende, ataques más sofisticados, porque si bien se usa en proteger, puede ser aprovechada para desarrollar ataques más avanzados. Un ejemplo pudiera ser su utilización en la creación de programas malignos capaces de evadir los sistemas de detección tradicionales, aunque también se pudiera pensar en la automatización de ataques de phishing con alto nivel de personalización.
También la IA ha facilitado el desarrollo de campañas de noticias falsas que contienen videos o audios falsos con una apariencia muy real. Estos pueden ser utilizados para engañar a empleados o usuarios, para inducirlos a revelar información confidencial o realizar transacciones fraudulentas a partir de estos ataques.
Los ciberdelincuentes pueden utilizar la potencia del herramental basado en IA para lanzar ataques masivos automatizados que sean capaces de coordinar múltiples aspectos y por ende alcanzar una escala inimaginable. Son ejemplos el envío de correos con carga maliciosa o la explotación de vulnerabilidades en múltiples sistemas de forma simultánea, que con el uso de la IA aumenta la escala y el impacto de los ataques.
Los desafíos éticos y de privacidad deben ser atendidos.
El uso de herramientas de IA en ciberseguridad abre interrogantes de tipo ético. Es conocido el hecho de las discusiones en el ámbito de los sesgos, las invenciones ante la carencia de datos para una respuesta, pero está el dilema de si es o no aceptable que con una herramienta de IA se monitoree y analice el comportamiento de los usuarios para detectar amenazas. Esto puede generar preocupaciones sobre la privacidad y el uso excesivo de datos personales.
Sin embargo, desde una visión muy personal existen aspectos que no pueden pasarse por alto. Si se utilizan sistemas informáticos que las organizaciones facilitan para el cumplimiento de la misión institucional, los individuos no pueden violar las normas que se establecen para un uso aceptable, por lo que no deben ser utilizados para propósitos personales.
Si no se monitoriza los sistemas institucionales, cómo esperar una defensa en profundidad adecuada y la mejora continua. Debe recordarse que estos análisis se hacen a partir la trazabilidad de los comportamientos de los usuarios en el sistema informático. Entonces, las personas deben mantener líneas de acción que se ajusten a los ético axiológico.
Un futuro de oportunidades y riesgos.
El desarrollo de la IA ha modificado las maneras de hacer en la ciberseguridad, al ofrecer herramientas muy poderosas que protegen los sistemas y los datos. Sin embargo, también se han creado nuevos desafíos, que como se ha mencionado permiten a los ciberdelincuentes aprovechar esa misma tecnologías para acciones maliciosas.
Para obtener el máximo de beneficios y minimizar los riesgos, es esencial que las organizaciones adopten un enfoque equilibrado que incluye la inversión en soluciones de IA para la defensa, pero también, estar conscientes de las amenazas emergentes y fomentar la colaboración de todos en ciberseguridad.
En un mundo interconectado, donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la clave está en conjugar prevención, innovación y conciencia para entender la IA como algo más que un herramental; porque es un arma poderosa que – a la que pudiera aplicarse la frase de Carlos Rafael Rodríguez – tiene filo, contrafilo y punta, que requiere un aprendizaje para un manejo responsable.