INCIBE expone lo que no se debe compartir en Internet.

La prestigiosa española INCIBE, que trabaja los temas de ciberseguridad ha publicado una valiosa infografía que resumen siete aspectos que nunca deben ser compartidos en la red de redes, pues pueden poner en peligro la integridad de la persona que realiza la publicación.

La explicación de cada uno de los aspectos, creará mejores condiciones para no cometer los errores que pueden poner en peligro la integridad de si mismo y de las personas que lo rodean.

INCIBE: Instituto de Ciberseguridad de España.

El primer aspecto recomienda no divulgar el correo electrónico y el número de teléfono. Muchas páginas solicitan, para entrar a determinados servicios, realizar la acreditación; en otros casos se pide la inserción de datos personales para “personalizar” los resultados a obtener, aunque también se puede apuntar el “espionaje” que realizan los ciberdelincuentes de los perfiles de usuario. Estas, aunque no son las únicas vías, propician que los usuarios reciban ataques entre los que se pueden mencionar el spam, el phishing y otros basados en la ingeniería social.

No debe descartarse el hecho de que existen sitios de dudosa reputación que además de ser fuente de infecciones por códigos malignos, obtienen ganancias como resultado de la “cesión” de sus bases de datos de usuarios a ciberatacantes que las utilizan en las acciones antes descritas.

La divulgación de la dirección y la ubicación es otra de las cuestiones a proteger. Es común que se publique la dirección del hogar, del centro de trabajo o que se mencione en las redes sitios visitados o simplemente que se active la ubicación por geolocalización en la telefonía móvil. Las preguntas para decidir si se debe divulgar o no la información es: ¿quién es el interesado en la información? y el ¿por qué? del interés. Por estas razones mantener desactivada en la telefonía móvil el GPS es recomendable, Google por ejemplo, lo utiliza como parte de su estrategia para “conocer” a sus usuarios y anticiparse en “proveerlos de la información que pudieran solicitar, de manera intuitiva”.

El tercer aspecto se relaciona con una adicción que se ha tornado más notable con las posibilidades de difusión que brinda internet: la pornografía infantil; a ella se asocian otros conductas delictivas relacionadas con la infancia. Es por esto que la exposición de imágenes de menores cutos rostros pueden generar el interés malsano de personas con desviaciones de este tipo en su conducta. Por ende, al no conocer, dónde pueden ir a parar estas imágenes o quiénes pueden acceder a las mismas, la única recomendación es no publicar imágenes de menores de edad en las redes y en especial de sus rostros.

Un percepto básico, en una época donde las TIC nos dejan expuesto a la vista de todos, es separar la vida pública de la privada. Se ven con mucha frecuencia en las redes, que ante desacuerdos de pareja se publican imágenes que ponen en peligro la integridad moral de una persona.

En otros casos se guardan en sitios poco seguros imágenes de esa índole o simplemente son subidas a las redes fotos comprometedoras por las mismas personas y traen como consecuencia que sufran ciberacoso, sextorsión o alguna de las variantes de delitos informáticos relacionados con este tema.

El número cinco de esta infografía se refiere a los documentos personales, que pasan por un proceso similar al de las imágenes. Acceder a documentos de identidad propicia la suplantación de identidad, el uso de datos de forma fraudulenta. Debe recordarse que obtener el número de una tarjeta bancaria, relacionado con una estafa a través de uso del correo electrónico o la telefonía móvil puede generar efectos económicos negativos irreversibles para la persona afectada.

El sexto aspecto se relaciona con la emisión de opiniones, quejas o comentarios comprometedores. A partir de algún criterio emitido en un determinado contexto, si este es manipulado y llega a oídos de las personas implicadas puede considerarse una ofensa y crear un problema cuyas dimensiones no pueden vislumbrarse. Es por ello que se recomiendo mantener en la actuación ante los aportes de las TIC las normas de la “netiqueta”, que puede resumirse a grandes rasgos, en una actitud abierta, responsable, segura, ética y crítica ante los aportes de las TIC, donde el respeto a la opinión de los demás y la tolerancia deben ser una guía en el modo de actuación.

Finalmente, la necesidad de mantener conversaciones privadas como lo que son, tiene que ser una divisa. La divulgación de secretos puede conducir a la extorsión y ataques a la integridad de la persona. Debe recordarse que las cuestiones privadas u los secretos, deben ser custodiados como lo que son, porque de otra forma pueden convertirse en un bumerán que afecte a la misma persona.

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