La computación en la nube y su incidencia en el medio ambiente.

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La computación en la nube (cloud computing) es el clásico ejemplo de la informática basada en la interconexión de los procesos a través de las redes informáticas.

En un mundo tan interconectado no es posible pensar en procesos en gran escala operando en una PC. Si se pretenden que las máquinas tomen decisiones, aprendan comportamientos, se actualicen y se reparen a si mismas, solo puede lograrse cuando se utilizan los recursos de internet, en especial la potencia instalada y el almacenamiento, que hace posible el funcionamiento del complejo mecanismo del tema que se introduce.

¿Qué es computación en la nube?

La computación en la nube (cloud computing, en inglés) es una tecnología que permite acceder remotamente, de cualquier lugar del mundo y en cualquier momento, a softwares, almacenamiento de archivos y procesamiento de datos a través de Internet, sin la necesidad de conectarse a un ordenador personal o servidor local.

En otras palabras, la computación en la nube utiliza la conectividad y gran escala de Internet para hospedar los más variados recursos, programas e información, y permite que el usuario ingrese a ellos través de cualquier ordenador, tablet o celular. (Grapsas, 2018)

La Informática en la nube, computación en la nube o cloud computing es vista como una metáfora que hace posible el acceso a los datos o programas a través de Internet, o al menos, tener esos datos sincronizados con otra información en la web.

De esta manera se puede operar desde cualquier locación para lograr una operación eficiente de la infraestructura (alojamiento en la web), del software (aplicación completa que se ejecuta en el sistema de otra persona) o de una plataforma para servicios (desarrollar aplicaciones haciendo uso de herramientas basadas en la web para que se ejecuten en sistemas de software y hardware proporcionado por otra), esta es la esencia del problema.

El uso de la nube garantiza rapidez y velocidad dado el equipamiento instalado en los centros de datos que proveen de este servicio que se sustenta en la virtualización también, otra ventaja es la reducción de los costos al utilizar el equipamiento de otros, reducir el consumo energético, pago de patentes y licencias, etc. También aporta por el dato del volumen de procesamiento un alto rendimiento y también seguridad, y con ello desplaza riesgos a terceros. Esto propiciará respaldo de la información y de soporte para el proceso que se gestiona y como es de suponer se eleva la productividad y el flujo de los procesos.

Wessly Chai (2021) en Computerweekly.es que exponen un cuantioso número de ejemplos y materiales de como puede aprovecharse la nube en gran escala y de manera especial para entender los retos que implica la computación en la nube.

Sin embargo, el objetivo de esta nota está enfocado a exponer la relación de la nube informática con el medio ambiente y de manera especial con el cumplimiento de la Agenda 2020.

La computación en la nube tiene enormes beneficios para el medio ambiente, el primero de ellos la reducción de la huella de carbono y con ello el menor consumo de energía y menor desperdicio electrónico.

Para comprender el problema debe conocerse qué es la huella de carbono y cómo incide en el medio ambiente.

La huella de carbono es uno de los indicadores cuya aparición está relacionada directamente con el cambio climático y puede ser definida como el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 (dióxido de carbono) equivalentes, y sirve como herramienta de gestión para conocer conductas o acciones que contribuyen a aumentar nuestras emisiones, cómo puede mejorarse y lograr un uso más eficiente de los recursos.

Para comenzar a comprender mejor el problema debe comprenderse que un gas de efecto invernadero es cualquier compuesto gaseoso en la atmósfera que es capaz de absorber la radiación infrarroja, atrapando y manteniendo el calor en la atmósfera. Sobre esta base si se genera calor se incentiva el efecto invernadero, responsable del calentamiento global.

Los monitores con tubos de rayos catódicos generan calor, como lo generan también las computadoras con su uso. Es por eso que en la selección de las tecnologías a utilizar se han comenzado a imponer las tecnologías de baja emisión de calor, primero las pantallas LCD (pantallas de cristal líquido) y luego las que funcionan a base de LEDs (diodos emisores de luz).

El consumo de combustibles fósiles para garantizar el funcionamiento de los equipos de computo y la climatización genera gases de efecto invernadero, de ahí la importancia de seguir las medidas de ahorro energético previstas, en especial las que se exponen en la resolución 85/07 del MINCOM esta temática.

Una buena opción sería el uso de las PC conocidas como clientes ligeros, cuyo mecanismo de alamacenamiento puede ser una nube informática, dado el hecho de que el funcionamiento de los discos duros es una de las mayores fuentes de emisión de calor en una PC.

No se pretende en estas notas abordar todas las aristas del tema, por el contrario se intenta una apertura al conocimiento del tema a partir de la búsqueda de materiales que puedan contribuir a su comprensión.

Por ejemplo Joaquín Maquieira Alonzo en su artículo La nube y el cambio climático expone algunas líneas que considera vitales:

“La cuarta columna sobre Cloud Computing se centró en los vínculos entre la industria del entretenimiento y la nube. Esta quinta columna atiende la relación entre la nube y el cambio climático. ¿Qué impacto tiene la computación en la nube sobre el cambio climático?. ¿De qué manera las empresas y gobiernos mitigan sus efectos?. ¿Cuáles son las oportunidades para nuestra región?”

En el artículo se expone como las instituciones que migran a la nube reducen su huella de carbono, sus consumos eléctricos, entre otros muchos ejemplos que pueden ser interesantes.

Sin embargo, se ha introducido un nuevo término: huella de carbono”. El conocimiento de su definición es vital para conocer su impacto en el medio ambiente.

En un sitio del Ministerio de Medio Ambiente de Chile la huella de carbono se define como el “conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y sirve como una útil herramienta de gestión para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos”.

Es a partir de la medición de este indicador que se establecen políticas en los países. En muchos países se responsabiliza a las empresas e instituciones de la medición de sus impactos en la huella de carbono e incluso se fijan límites de emisión con vistas al cumplimiento de la Agenda 2030.

Para la conclusión que se pudiera obtener después de leer estas notas, las palabras que sirven de presentación a una presentación en video en el sitio Collab.com: “Menor huella de carbono, menor consumo de energía y menor desperdicio electrónico son algunos de los beneficios de la computación en la nube en comparación con los centros de datos tradicionales. De hecho, la nube tiene impresionantes beneficios de sostenibilidad. La nube está impulsando centros de contacto más sostenibles con beneficios para el medio ambiente y para una economía más verde”.

Referencias bibliográficas:

Grapsas, T.(2018) . ¿Qué es cloud computing o computación en la nube? Conoce sobre el término a continuación

Conoce cómo funciona la informática en la Nube

Conzultek. Computación en la nube: ¿qué es y cuáles son sus alcances?

Chai, W. (2021) Computación en la nube. (computerweekly.es)

Maquieira, J. La nube y el cambio climático.

Chile. Ministerio del Medio Ambiente. Huella de carbono.

Collab. Cómo la computación en la nube hace que los centros de contacto sean más sostenibles.

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