
Creado con Inteligencia artificial.
El impacto de la inteligencia artificial (IA) en todos los procesos de la vida impone retos a las personas para lograr un intercambio provechoso y a la vez seguro con el cúmulo de herramientas que están disponibles.
Sin embargo, el camino está plagado de obstáculos como consecuencia de las problemáticas que se manifiestan en en la órbita de los procesos que son inherentes al uso de éstas herramientas en el contexto social y en especial educativo.
El vertiginoso desarrollo de estas tecnologías hace, que lo que hoy se conoce sobre sus funcionalidades, herramientas, algoritmos y formas de explotación, sea un conocimiento permeado por la obsolescencia constante, por decirlo de alguna manera.
A partir de estas afirmaciones es esencial la tenencia de competencias para el manejo seguro de estas herramientas y de manera especial deben desarrollarse en el sector de la educación para enfrentar los retos que se imponen a los procesos que le son inherentes vistos desde los sesgos y la ética.
Entre la Innovación y la Precaución.
La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en las aulas con promesas de revolucionar la educación: plataformas adaptativas, tutorías personalizadas y herramientas de gestión docente. Sin embargo, su adopción acelerada también plantea dilemas nada fáciles de solucionar.
Uno de ellos es la respuesta a la interrogante: ¿Cómo garantizar que su uso no socave valores esenciales como la equidad, la privacidad o el pensamiento crítico?. La respuesta radica en poseer o construir un modelo de actuación basado en competencias abiertas, responsables, seguras, críticas y éticas. Este enfoque no solo mitiga riesgos, sino que maximiza el potencial de la IA como aliada educativa.
Posiciones Abiertas: Transparencia y Colaboración.
En el uso de la IA, en especial en el marco educativo se debe operar bajo principios de transparencia y accesibilidad. Esto implica, evitar las «cajas negras». Los docentes y los estudiantes deben conocer y comprender cómo funcionan los algoritmos que utilizan. Por ejemplo, si una plataforma recomienda contenidos, es crucial saber qué datos utiliza y bajo qué lógica, valorar si brinda un aparato referencial que asegure la transparencia, entre muchos otros aspectos. En especial se debe atender que las herramientas se sustenten en códigos abiertos y fomentar su utilización.
El código abierto en herramientas como Moodle o proyectos colaborativos entre instituciones promueven la adaptación a los problemas locales y reducen la dependencia de intereses comerciales, en especial, el dogal de las licencias y patentes qué limitan el alcance de todos.
El diálogo interdisciplinar qué involucra a pedagogos, tecnólogos y estudiantes en el diseño de soluciones asegura que la IA responda a necesidades reales, no a modas tecnológicas. En fin, que contribuya a encontrar soluciones a problemas perentorios de la sociedad. En esta misión la relación ciencia, innovación y educación es esencial.
La responsabilidad en el uso de la IA como complemento y no como sustituto en el aprendizaje y el crecimiento del conocimiento. Por ello, la automatización no puede reemplazar el papel del ser humano, por ello, un enfoque responsable exige:
* Límites claros: Sistemas de evaluación automatizada (como corrección de exámenes) deben validarse con supervisión docente para evitar sesgos.
* Responsabilidad y la rendición de cuentas consiste en asumir las consecuencias de las decisiones y acciones tomadas desde posiciones transparentes en el manejo de la información.
Además son necesarias las justificaciones sobre las decisiones tomadas y sus consecuencias si no se cumplen las obligaciones y los estándares que se establecen.
En su conjunto estos aspectos contribuirán a desarrollar nexos de confianza y credibilidad, que a la vez promueven valores desde lo ético axiológico y previene abusos desde la mejora continua.
Equidad en el acceso.
Es necesario incidir para garantizar que herramientas de IA no amplíen brechas socioeconómicas en entornos educativos y sociales, dada su diversidad. Debe atenderse de manera especial el hecho de las diferencias en el acceso a las TIC por las personas, no es solo terminales, sino también las plataformas que sustentan el servicio y sobre todo, la preparación de las personas para evitar desigualdades.
La seguridad como premisa.
En el uso de cualquier herramienta, el tema de la seguridad es esencial, por ello, proteger los datos y salvaguardar es crucial para que se crea en el mecanismo de funcionamiento de la IA.
En los entornos educativos se maneja información sensible, las calificaciones, los problemas de aprendizaje de los estudiantes, incluso aspectos conductuales.
Por ello, la seguridad debe priorizar el cumplimiento normativo, la adaptación a la legislación de protección de datos personales que asegure el consentimiento informado en la recolección de datos.
En seguridad el uso de protocolos criptográficos es esencial, plataformas como Google Classroom ya implementan medidas de encriptación, pero es vital la auditoría a los proveedores externos de IA.
Un aspecto importante es la educación digital, por ello, enseñar a estudiantes a proteger su huella digital, incluso cuando interactúan con chatbots o asistentes virtuales, constituyen un aspecto esencial pero no el único. Es vital, enseñar todo el abanico de aspectos que complementan una educación integral en el manejo seguro de las TIC.
Desarrollo del pensamiento crítico.
Se debe cuestionar porque la IA no es neutral. Para evitar la aceptación acrítica, deben eliminarse los mitos sobre el papel de la tecnología. Se deben enseñar las maneras de entrenar los modelos de IA, sus limitaciones, fallas y posibles sesgos.
Un procedimiento es el fomento de la duda metódica y razonable. Si un sistema recomienda un itinerario académico, los estudiantes deben aprender a contrastar fuentes y reflexionar sobre sus propios intereses. Para este fin los ejercicios prácticos, con polémica, son un punto en los debates para que se combine ética y eficacia.
Pero sobre todo: la ética va de la mano de la eficiencia.
Este subproceso abarca la justicia algorítmica qué permita corregir sesgos en los datos que subrepresentan o degrade sectores sociales o minorías, e incluso habitantes de determinados países.
Se debe atender la sostenibilidad al considerar el costo ambiental de entrenar modelos masivos y optar por alternativas eficientes y los riesgos que implica.
Finalmente se debe atender el propósito social. La IA en aulas tiene que fomentar la competencia de las personas y el trabajo colaborativo, alejando patrones pedagógicos individualista que intenten colonización cultural desde la pedagogía, la historia, la sociología, entre otras, que contribuyen a la integralidad.
La IA en la educación no es el problema, sino como se utiliza. Integrar competencias abiertas, responsables, seguras, críticas y éticas requiere de un docente con preparación multilateral en IA. También depende de políticas públicas con marcos normativos que equilibren innovación y derechos junto a la participación de los estudiantes de forma activa en estos procesos, con una ética aprendida.
La idea no es una educación donde las TIC sean el núcleo duro, sino como dijera Paulo Freire en Pedagogía del Oprimido (1968), una educación que cambie a las personas que van a cambiar el mundo. Por eso la IA y su uso abierto, responsable, seguro, ético y crítico es un puente tendido con visión de futuro.